101MANEJO DE LA INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO EN NIÑOSVolumen 14 Número 2 - 2023
RESUMEN
ABSTRACT
Management of urinary tract infection in pregnancy
MANEJO DE LA INFECCIÓN DEL
TRACTO URINARIO EN NIÑOS
(1) Facultad de Salud Pública, Carrera de Medicina, Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Panamericana Sur Km 1.5, código postal
060106, Riobamba, Ecuador.
(2) Facultad de Salud Pública, Carrera de Promoción para la Salud, Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Panamericana Sur Km 1.5,
código postal 060106, Riobamba, Ecuador.
(3) Facultad de Ciencias de la Salud, Carrera de Medicina, Universidad Nacional de Chimborazo, Avenida Antonio José de Sucre Km 1 1/2 vía
a Guano, código postal 060103, Riobamba-Ecuador.
(4) ProSalud Medical Center, Jacinto González 1951 y Rey Cacha, Código postal 060101, Riobamba, Ecuador.
Correspondencia: Dr. Lino Arturo Rojas Pérez, Facultad de Salud Pública, Carrera de Medicina, Escuela Superior Politécnica de Chimborazo,
Panamericana Sur Km 1.5, código postal 060106, Riobamba, Ecuador, linoarojas@hotmail.com
Introducción: La infección del tracto urinario es un problema clínico frecuente y significativo en la población
pediátrica. Se clasifican en pielonefritis aguda, cistitis, y bacteriuria asintomática. Objetivo: Identificar el
tratamiento más apropiado para las infecciones pediátricas del tracto urinario, de acuerdo con la evidencia
científica más reciente y sólida. Métodos: En el desarrollo de este artículo de revisión no sistemática, se utilizó
las bases de datos PubMed, Scopus, DynaMed y UpToDate. En cuanto a los criterios de inclusión, se consideraron
los artículos escritos en los últimos cinco años, tanto en idioma inglés como en idioma español, siempre y cuando
el texto completo fuera accesible. En esta selección incluyó estudios clínicos, estudios clínicos aleatorizados,
revisiones sistemáticas y metaanálisis Resultados: En total, se encontraron 2236 artículos durante todo el
proceso de búsqueda de información. De esos 2236, se descartaron 2201 artículos que no cumplían con los
criterios de inclusión, y se utilizaron 35 artículos para esta investigación sobre el manejo de la infección del tracto
urinario en niños Discusión: La infección del tracto urinario es un problema común en la niñez. Los síntomas
clínicos pueden ser inespecíficos en bebés y niños pequeños; no obstante, en niños mayores, los síntomas son
más claros e incluyen fiebre, dolor lumbar, dolor suprapúbico, disuria, polaquiuria, entre otros. El diagnóstico
confirmatorio se realiza mediante el urocultivo. El tratamiento oportuno disminuye el riesgo de complicaciones
posteriores. Conclusiones: Esta revisión proporciona una guía integral para el manejo efectivo de las infecciones
del tracto urinario en niños, considerando tanto el diagnóstico preciso como el tratamiento adecuado.
Palabras clave: infecciones urinarias, niños, quimioterapia.
Introduction: Urinary tract infection is a frequent and significant clinical problem in the pediatric population.
They are classified into acute pyelonephritis, cystitis, and asymptomatic bacteriuria. Objective: To identify the
Lino Arturo Rojas Pérez (1-4) *
Augusto Ernesto Rojas Cruz (2,4)
Blanca Herminia Cruz Basantes (1,4)
Andrés Eduardo Rojas Cruz (4)
Lino Arturo Rojas Cruz (3,4)
María Daniela Villagómez Vega (4)
linoarojas@hotmail.com.
augusrojascruz@hotmail.com
blancahcruzb@hotmail.com
andresrojascruz@hotmail.com
lino91_rojas001@hotmail.com
danny_danila@hotmail.com
iD
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Facultad de
Salud Pública

BY

ISSN 1390-874X
Recibido: 03-05-2023 · Aceptado: 17-11-2023 · Publicado: 08-01-2024
ARTÍCULO DE REVISIÓN
https://cssn.espoch.edu.ec
102Lino Arturo Rojas Pérez, et al.Volumen 14 Número 2 - 2023
La infección del tracto urinario (ITU) es un
problema clínico frecuente y significativo en la
población pediátrica. Las infecciones del tracto
urinario superiores, como la pielonefritis aguda,
pueden ocasionar daño renal, hipertensión
y nefropatía terminal. Aunque los niños con
pielonefritis suelen presentar fiebre, resulta
complicado diferenciar clínicamente entre la
cistitis y la pielonefritis, especialmente en niños
menores de dos años (1,2).
La incidencia de la infección del tracto urinario
(ITU) en niños varía según la edad, el sexo
y otros factores. En general, se estima que
aproximadamente el 8% de las niñas y el 2% de
los niños tendrán al menos una ITU antes de los
7 años (3).
Durante los primeros meses de vida, los
varones tienen una mayor incidencia de ITU,
principalmente debido a anomalías congénitas
del tracto urinario, como la válvula de uretra
posterior. Sin embargo, después de los primeros
meses de vida, las niñas tienen una mayor
incidencia de ITU que los niños. Esta diferencia
puede estar relacionada con la anatomía
femenina, particularmente la longitud más corta
de la uretra en las niñas, lo que facilita el acceso
de las bacterias al tracto urinario (4).
Las infecciones del tracto urinario son
particularmente comunes en niños con
factores de riesgo específicos, como el reflujo
vesicoureteral (una afección en la que la orina
fluye hacia atrás desde la vejiga hacia los riñones),
el estreñimiento y la incontinencia urinaria (5).
1. Introducción
Es importante destacar que estas cifras son solo
estimaciones y la incidencia real de la ITU en
niños puede variar según la población y la región
geográfica.
La infección del tracto urinario (ITU) en niños es
causada generalmente por bacterias, aunque
otros microorganismos también pueden estar
involucrados. La mayoría de las ITUs son causadas
por la bacteria Escherichia coli (E. coli), que
normalmente vive en el intestino. Otras bacterias
que pueden causar ITUs incluyen Proteus
mirabilis, Klebsiella pneumoniae y varias especies
de Enterococcus y Staphylococcus (3,4).
Estos microorganismos pueden entrar en el tracto
urinario de varias maneras. En la mayoría de los
casos, las bacterias del intestino se mueven desde
la piel alrededor del recto hasta la uretra y luego
suben hasta la vejiga, causando una infección.
Este tipo de infección se conoce como infección
ascendente (5).
En algunos casos, las bacterias pueden entrar en
el tracto urinario a través del torrente sanguíneo,
aunque esto es menos común. Las infecciones
del tracto urinario también pueden ser causadas
por la presencia de un cuerpo extraño, como
un catéter urinario, que puede proporcionar un
camino para que las bacterias lleguen al tracto
urinario (5).
Existen varios factores que pueden aumentar
el riesgo de ITU en niños. Estos incluyen
anomalías congénitas del tracto urinario, reflujo
vesicoureteral, estreñimiento, incontinencia
urinaria y una inadecuada higiene personal (6).
most appropriate treatment for pediatric urinary tract infections, by the most recent and solid scientific evidence.
Methods: In the development of this non-systematic review article, the databases PubMed, Scopus, DynaMed,
and UpToDate were used. As for the inclusion criteria, articles written in the last five years, both in English
and Spanish language, were considered as long as the full text was accessible. This selection included clinical
studies, randomized clinical trials, systematic reviews, and meta-analyses. Results: In total, 2236 articles were
found during the entire information search process. Of these 2236, 2201 articles that did not meet the inclusion
criteria were discarded, and 35 articles were used for this research on the management of urinary tract infection
in children. Discussion: Urinary tract infection is a common problem in childhood. The clinical symptoms can be
unspecific in babies and small children; nevertheless, the symptoms are clearer in children, including fever, lower
back pain, suprapubic pain, dysuria, and polyuria, among others. The confirmatory diagnosis is made through
urine culture. Timely treatment reduces the risk of subsequent complications. Conclusions: This review provides
a comprehensive guide for the effective management of urinary tract infections in children, considering both
accurate diagnosis and appropriate treatment.
Keywords: urinary tract infections, Child, drug therapy.
103MANEJO DE LA INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO EN NIÑOSVolumen 14 Número 2 - 2023
Los factores de riesgo para la infección del tracto
urinario (ITU) en niños son múltiples y varían
dependiendo de la edad, el sexo y la anatomía
individual del niño. Aquí se destacan algunos de
los factores de riesgo más comunes:
Edad y sexo: Durante los primeros meses de vida,
los niños tienen un mayor riesgo de ITU debido
a la mayor prevalencia de anomalías anatómicas.
Sin embargo, después de esta etapa inicial, las
niñas tienen un mayor riesgo debido a la corta
longitud de la uretra femenina, que facilita la
entrada de bacterias (1,7).
Anomalías congénitas del tracto urinario:
Las anomalías congénitas, como el reflujo
vesicoureteral (la orina fluye hacia atrás desde
la vejiga hasta los riñones) o la válvula de uretra
posterior en niños, pueden aumentar el riesgo de
ITU (3).
Estreñimiento: El estreñimiento puede
aumentar el riesgo de ITU al reducir la
capacidad de vaciar completamente la
vejiga, permitiendo así que las bacterias
crezcan (5).
Incontinencia urinaria: La incontinencia
puede contribuir a las ITUs al permitir
que la orina se estanque en la vejiga,
proporcionando un ambiente propicio para
el crecimiento bacteriano (5).
Higiene inadecuada: La higiene deficiente,
especialmente después de usar el baño,
puede permitir que las bacterias del área
rectal se desplacen hacia la uretra (5).
Uso de un catéter urinario: El uso prolongado
de un catéter urinario puede aumentar el
riesgo de ITU al proporcionar un camino
directo para que las bacterias lleguen a la
vejiga (5).
En este artículo de revisión, examinaremos
el tratamiento para las infecciones del tracto
urinario en niños, basándonos en la evidencia
más sólida disponible en la actualidad.
El objetivo de este estudio es identificar el
tratamiento más apropiado para las infecciones
del tracto urinario pediátricas, de acuerdo con la
evidencia científica más reciente y sólida.
La pregunta clínica que nos guiará para ubicar
la evidencia científica en el estudio es "En niños
con infección del tracto urinario, ¿el tratamiento
con antibióticos en comparación con el no
tratamiento o tratamiento alternativo reduce la
incidencia de complicaciones de las infecciones
del tracto urinario?"
La metodología PICO (Paciente, Intervención,
Comparación, Outcome) es una herramienta
útil para formular preguntas de investigación de
manera clara y específica.
P (Paciente o Problema): Niños con infección del
tracto urinario (UTI)
I (Intervención): Tratamiento con antibióticos
C (Comparación): No tratamiento o tratamiento
alternativo
O (Outcome o Resultado): Reducción de la
incidencia de complicaciones de las infecciones
del tracto urinario.
Bajo este formato se identifica la población de
interés (niños con ITU), la intervención que se
está considerando (tratamiento con antibióticos),
lo que se compara con esta intervención (no
tratamiento o tratamiento alternativo) y el
resultado que se está midiendo (incidencia de
complicaciones de ITU).
En el desarrollo de este artículo de revisión no
sistemática, se planteó la siguiente pregunta
clínica: "En niños con infección del tracto urinario,
¿el tratamiento con antibióticos en comparación
con el no tratamiento o tratamiento alternativo
reduce la incidencia de complicaciones de las
infecciones del tracto urinario?". bajo el formato
PICO que ayudó en la búsqueda de información
científica.
Las bases de datos consultadas fueron PubMed,
Scopus, DynaMed y UpToDate.
Para determinar los términos MeSH que se
utilizarán en la búsqueda de información se
utilizó las palabras en español niños, infección
del tracto urinario que se consultó en la página
de descriptores de ciencias de la salud https://
decs2020.bvsalud.org/cgi-bin/wxis1660.exe/
decsserver/, obteniéndose los siguientes términos
MeSH: Child, Urinary Tract Infections
En la base de datos de PubMed se utilizaron los
términos MesH Child, Urinary Tract Infections, en
la búsqueda avanzada se utilizó el algoritmo de
búsqueda ("Urinary Tract Infections"[Mesh]) AND
"Child"[Mesh]
2. Metodología
104Lino Arturo Rojas Pérez, et al.Volumen 14 Número 2 - 2023
En la página de DynaMed se utilizó los términos
Urinary Tract Infection in Child.
En la página de UpToDate se utilizó los términos
Urinary Tract Infection in Child.
Se establecieron ciertos criterios de inclusión y
exclusión para este artículo de revisión. En cuanto
a los criterios de inclusión, se consideraron
válidos los artículos escritos en los últimos cinco
años (desde 2018 hasta 2023), tanto en idioma
inglés como en idioma español, siempre y cuando
el texto completo fuera accesible.
Por otro lado, los criterios de exclusión abarcaban
los artículos escritos hace más de cinco años,
los redactados en un idioma distinto al inglés
o español, y aquellos cuyo texto completo no
estuviera accesible.
La selección de la información requerida se
llevó a cabo mediante la revisión del resumen
y el título de todos los artículos encontrados.
Esta selección incluyó estudios clínicos, estudios
clínicos aleatorizados, revisiones sistemáticas y
metaanálisis
Se realizaron búsquedas en diferentes bases de
datos para recopilar información sobre el manejo
de la infección del tracto urinario en niños. En la
base de datos PubMed, utilizando el algoritmo
de búsqueda ("Urinary Tract Infections"[Mesh])
AND "Child"[Mesh], se obtuvieron inicialmente
10,695 resultados. Luego se aplicaron varios
filtros, incluyendo la restricción de acceder
a artículos completos de libre acceso, la
publicación entre 2018 y 2023, y la inclusión de
ensayos clínicos aleatorizados, metaanálisis o
revisiones sistemáticas. Después de aplicar estos
filtros, se obtuvieron 42 resultados. De esos
42, se eliminaron 18 artículos que no estaban
relacionados con la infección del tracto urinario
en niños, dejando un total de 24 artículos que se
utilizaron en esta revisión.
En la página de DynaMed, se utilizaron los
términos "Urinary Tract Infection in Children" y
se obtuvieron 391 resultados. De esos 391, se
descartaron 390 artículos y se utilizó solo uno
para esta revisión.
En la página de UpToDate, se utilizaron los
términos "Urinary Tract Infection in Children" y
3. Resultados
4. Discusión
se obtuvieron 150 resultados. De esos 150, se
descartaron 140 artículos por no cumplir con los
criterios de inclusión, y se utilizaron diez artículos
en esta revisión.
En total, se encontraron 2236 artículos durante
todo el proceso de búsqueda de información.
De esos 2236, se descartaron 2201 artículos que
no cumplían con los criterios de inclusión, y se
utilizaron 35 artículos para esta investigación
sobre el manejo de la infección del tracto urinario
en niños.
La infección del tracto urinario (ITU) es un
problema común en la niñez y una de las
principales razones por las cuales se busca
atención médica en el servicio de urgencias
para los niños. Los síntomas clínicos pueden ser
poco específicos en bebés y niños pequeños;
no obstante, en niños mayores, los síntomas
son más claros e incluyen fiebre, dolor en el
costado, sensibilidad al tocar el área de los
riñones y señales de infección en la vejiga,
como dificultad al orinar, necesidad frecuente
de orinar, sensación de esfuerzo al orinar
e incapacidad para controlar la micción. El
diagnóstico confirmatorio definitivo se realiza
mediante análisis de cultivo de orina. El
conocimiento de los factores de riesgo, junto
con consideraciones clínicas y epidemiológicas
específicas, son esenciales para guiar las
medidas preventivas de las infecciones del
tracto urinario. Las infecciones urinarias graves
como la pielonefritis aguda pueden causar
daño renal, hipertensión y enfermedad renal
terminal. Identificar la diferencia clínica entre la
infección de la vejiga o cistitis y la pielonefritis
puede ser complicado, especialmente en niños
pequeños (menores de dos años), aunque los
síntomas como la fiebre suelen estar presentes
en casos de pielonefritis. Es más frecuente en
niños desnutridos (1,3–6,8–11).
En bebés y niños pequeños, la infección del
tracto urinario (ITU) a menudo se presenta con
síntomas y signos inespecíficos, como fiebre e
irritabilidad. En lactantes y niños menores de 2
años, la fiebre puede ser el único signo clínico de
una ITU. Según estudios observacionales, la ITU
es más común en bebés y niños pequeños con
fiebre superior o igual a 39 °C en comparación
105MANEJO DE LA INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO EN NIÑOSVolumen 14 Número 2 - 2023
con aquellos con fiebre má baja. Aunque se ha
asociado un mayor riesgo de ITU con fiebres que
duran más de 24 horas, la evaluación de una ITU
no debe retrasarse en niños con posibles síntomas
y fiebre de ≤ 24 horas. El riesgo de daño renal
aumenta a medida que la fiebre persiste antes
de comenzar el tratamiento con antibióticos. En
un estudio retrospectivo con una cohorte de 482
niños con ITU febril, el riesgo de daño renal fue
de aproximadamente el 5% en niños con fiebre
de uno a dos días, el 8% en niños con fiebre
de dos a tres días y el 14% en niños con fiebre
persistente durante más de 3 días antes de recibir
antibióticos (1,12).
Tener otra fuente identificada de fiebre, como
una infección del tracto respiratorio superior,
otitis media aguda o gastroenteritis aguda,
disminuye el riesgo de ITU pero no lo elimina por
completo. En estudios observacionales con niños
pequeños que acudieron a servicios de urgencias
con fiebre, la prevalencia de ITU varió entre el 2%
y el 3% en aquellos con fiebre y entre el 6% y el 8%
en aquellos sin una fuente de fiebre identificada.
Esto resalta la importancia de obtener análisis de
cultivo de orina en lactantes y niños pequeños
con fiebre sin una causa definida (1,13,14).
En niños mayores, los síntomas y signos de una
infección del tracto urinario incluyen fiebre,
síntomas urinarios como dificultad al orinar,
urgencia urinaria, necesidad frecuente de orinar,
aparición repentina de incontinencia, dolor
abdominal, sensibilidad en la parte baja del
abdomen y sensibilidad en el área del riñón. La
combinación de fiebre, escalofríos y dolor en el
costado sugiere la presencia de pielonefritis (1).
Es crucial evaluar de manera rápida a los niños
que presenten síntomas de infección del tracto
urinario. El reconocimiento y tratamiento
tempranos de la ITU y sobre todo en aquellos que
se sospecha pielonefritis es fundamental para
prevenir la cicatrización renal que puede afectar
el funcionamiento de los riñones (1).
En la evaluación clínica, se deben registrar
los antecedentes de la enfermedad aguda,
incluyendo síntomas urinarios como dificultad
al orinar, micción frecuente, urgencia urinaria,
incontinencia, dolor abdominal, malestar en
la parte baja del abdomen, dolor de espalda,
duración e intensidad de la fiebre, enfermedades
recientes, uso de antibióticos y, si corresponde,
actividad sexual. En el historial médico previo,
se deben considerar los factores de riesgo de
infección del tracto urinario, como síntomas
urinarios crónicos (incontinencia, flujo urinario
insuficiente, frecuencia urinaria, urgencia
urinaria, maniobras de retención que sugieren
disfunción de la vejiga), disfunción intestinal
y vesical (incluyendo estreñimiento crónico),
infecciones urinarias previas o enfermedades
febriles sin cultivo de orina, reflujo vesicoureteral
(RVU), antecedentes familiares de ITU frecuente,
RVU u otras anomalías genitourinarias, anomalías
renales diagnosticadas antes del nacimiento.
Después de una primera infección del tracto
urinario febril, hasta el 15% de los niños pueden
experimentar daño renal permanente. Esta
condición puede resultar en una disminución
del crecimiento renal, episodios recurrentes de
pielonefritis, hipertensión renal o enfermedad
renal en etapa terminal. Sin embargo, este riesgo
puede prevenirse mediante un tratamiento
antibiótico inmediato (1,15–18).
En el examen físico, es fundamental registrar
la presión arterial y la temperatura. Una
temperatura ≥ 39 °C se asocia con pielonefritis
aguda, que puede llevar a cicatrización renal.
La presión arterial elevada puede indicar
cicatrización renal. También se deben evaluar los
parámetros de crecimiento, ya que un deficiente
aumento de peso puede indicar insuficiencia
renal crónica debido a cicatrización renal (1,19).
Durante el examen abdominal, se debe buscar
sensibilidad en el área suprapúbica y en el ángulo
costovertebral, ya que están asociadas con la
ITU. Una vejiga o riñón agrandados pueden
indicar obstrucción urinaria, y la presencia
de heces palpables en el colon puede indicar
estreñimiento, ambos factores predisponentes
para la ITU. Se deben examinar los genitales
externos en busca de anomalías anatómicas,
signos de vulvovaginitis, cuerpos extraños
vaginales o infecciones de transmisión sexual
que puedan predisponer a la ITU. Es importante
evaluar la parte inferior de la espalda en busca de
signos de un posible mielomeningocele oculto,
como pigmentación en la línea media, lipoma,
lesión vascular, seno o mechón de cabello, ya
que esto puede estar asociado con una vejiga
neurógena e ITU recurrente. También se deben
evaluar otras posibles fuentes de fiebre, ya que la
presencia de otra fuente disminuye el riesgo de
ITU, aunque no lo elimina por completo (1)
106Lino Arturo Rojas Pérez, et al.Volumen 14 Número 2 - 2023
Microbiología
Escherichia coli es la bacteria más comúnmente
asociada con las infecciones del tracto urinario y
representa aproximadamente el 80% de los casos
de ITU en los niños. Otros patógenos bacterianos
gramnegativos, como Klebsiella, Proteus,
Enterobacter y Citrobacter, también pueden
causar ITU. Entre los patógenos bacterianos
grampositivos se encuentran Staphylococcus
saprophyticus, Enterococcus y, en casos raros,
Staphylococcus aureus. La presencia de una
infección causada por un organismo distinto de
Escherichia coli se asocia con un mayor riesgo
de cicatrización renal. Un metanálisis basado en
datos de pacientes individuales de nueve estudios,
que incluyó a 1280 niños de 0 a 18 años que se
sometieron a una gammagrafía renal al menos
cinco meses después de su primera ITU, mostró
que la presencia de una ITU sin Escherichia coli se
asoció con un mayor riesgo de cicatrización renal
(razón de probabilidad 2.2, intervalo de confianza
del 95% 1.3-3.6) (1,3,5,8,20–23).
La respuesta inflamatoria, medida por el recuento
de glóbulos blancos, parece variar según el
patógeno. Un estudio retrospectivo que incluyó a
1181 niños diagnosticados con ITU mostró que los
niños infectados con especies de Enterococcus,
especies de Klebsiella y Pseudomonas aeruginosa
tenían menos probabilidades de presentar piuria
que aquellos infectados con Escherichia coli
(odds ratio de 0.14, 0.34 y 0.19, respectivamente).
Los virus (como adenovirus, enterovirus,
Coxsackievirus, echovirus) y los hongos (como
Candida spp, Aspergillus spp, Cryptococcus
neoformans y micosis endémicas) son causas
poco frecuentes de ITU en niños. Las infecciones
urinarias virales generalmente se limitan al tracto
urinario inferior. Los factores de riesgo para las
infecciones urinarias fúngicas (3,5).
Clasificación
La infección del tracto urinario (ITU) se
caracteriza por la presencia de bacterias que
colonizan el sistema urinario, abarcando desde
la vejiga hasta el tejido renal, y suele estar
acompañada de la presencia de glóbulos blancos
en la orina (leucocituria) y síntomas clínicos
que pueden variar en intensidad. Abarcan
diferentes condiciones causadas por la presencia
de microorganismos en el tracto urinario. Estas
incluyen (24–26):
Incontinencia urinaria: La incCistitis o ITU
baja sintomática: Esta infección se limita a la
vejiga. Los pacientes experimentan síntomas
causados por la inflamación local, como
disuria, aumento en la frecuencia urinaria,
urgencia para orinar, presencia de sangre en
la orina y dolor en la parte baja del abdomen
en los niños que ya controlan el esfínter.
Pielonefritis aguda (PNA) o ITU alta: Esta
infección bacteriana afecta el tracto urinario
superior y compromete el tejido renal.
El síntoma principal es la fiebre, y otros
síntomas comunes incluyen irritabilidad,
dolor abdominal y vómitos. En niños
mayores, también pueden presentarse
fiebre y dolor en la región lumbar. En
algunos casos, la fiebre puede ser el único
síntoma sin un enfoque específico. En niños
pequeños menores de 2 años, los síntomas
son inespecíficos y pueden dificultar la
distinción entre pielonefritis y cistitis. Por lo
tanto, cuando se presenta una ITU con fiebre
en niños pequeños, se debe considerar y
tratar como una posible pielonefritis.
Bacteriuria asintomática (BA): Se refiere
a la presencia de bacterias en recuentos
significativos en muestras repetidas de orina
durante el seguimiento después de una ITU
o en controles de salud, sin la presencia
de síntomas sistémicos o urinarios. Existe
la presencia de bacterias en la orina sin
síntomas Puede haber o no cambios en el
sedimento de la orina, como la presencia
de glóbulos blancos (leucocituria). La BA es
más frecuente en niñas en edad escolar y
generalmente no tiene implicaciones clínicas
importantes.
Diagnóstico.
Cuando se sospecha de una infección del tracto
urinario (ITU), es importante considerar el
diagnóstico en función de la historia clínica y el
examen físico, que pueden indicar la presencia de
la enfermedad. Para confirmar el diagnóstico, se
requiere un examen de orina que sea compatible
con los síntomas y hallazgos clínicos. Además, se
confirma la ITU mediante un urocultivo positivo,
que identifica la presencia de bacterias en la
muestra de orina. Esto es fundamental para evitar
errores en el diagnóstico y evitar procedimientos
innecesarios (26).
107MANEJO DE LA INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO EN NIÑOSVolumen 14 Número 2 - 2023
Manejo
Los objetivos del tratamiento para la infección
del tracto urinario en niños se enfocan en
diferentes aspectos esenciales. Estos incluyen
la erradicación de la infección y la prevención
de la aparición de urosepsis. Además, se busca
aliviar los síntomas agudos asociados, como
fiebre, disuria, polaquiuria, tenesmo vesical entre
otros. También se busca prevenir la recurrencia
de la infección y las posibles complicaciones a
largo plazo sobre todo como consecuencia de
la pielonefritis, como hipertensión, daño renal,
cicatrización renal y problemas en el crecimiento
y la función renal (5,27).
El tratamiento agudo de la infección del tracto
urinario en niños implica el uso de terapia
antimicrobiana eficaz para erradicar la infección
actual, así como la evaluación de posibles
factores predisponentes o factores de riesgo,
como las anomalías urológicas. Por otro lado, el
manejo a largo plazo se enfoca en la prevención
de recurrencias y complicaciones asociadas a la
infección (5,28,29).
La mayoría de los niños mayores de dos
meses con ITU pueden ser tratados de forma
ambulatoria y segura, pero existe situaciones
en las que se recomienda la hospitalización
y/o terapia parenteral para tratar este tipo de
infecciones. Estas situaciones incluyen la edad
menor a dos meses, sepsis de origen urológico
como complicación de una pielonefritis, niños
inmunocomprometidos, presencia de vómitos
o incapacidad para tomar medicación oral, falta
de seguimiento ambulatorio adecuado y falta de
respuesta al tratamiento ambulatorio. La decisión
de hospitalizar o no a un niño con ITU depende
de la evaluación clínica del médico y la gravedad
o complicación de la infección (5).
El tratamiento antibiótico oportuno, administrado
dentro de las primeras 72 horas después de la
aparición de los síntomas, puede prevenir el daño
renal en casos de pielonefritis aguda. Según un
estudio, se observó que retrasar el tratamiento
de las infecciones del tracto urinario febriles se
asoció con un mayor riesgo de cicatrización renal.
Específicamente, un retraso de 48 horas o más
aumentó las posibilidades de desarrollar nuevas
cicatrices renales en aproximadamente un 47 %
(5,26,30).
La selección del tratamiento antibiótico
empírico se basa en la prevalencia de resistencia
antibiótica en la localidad. Se aconseja evitar el
uso del mismo antibiótico que el paciente estaba
utilizando como profilaxis o el que está recibiendo
para tratar otra infección (26).
Las decisiones sobre el inicio de la terapia
antimicrobiana empírica para tratar la infección
del tracto urinario son más efectivas cuando se
toman de forma individualizada, teniendo en
cuenta la probabilidad de una ITU determinada
por factores demográficos, clínicos y los
resultados del análisis de orina. Se recomienda
que la terapia antimicrobiana empírica se inicie
de inmediato después de obtener una muestra
adecuada de orina en niños con una alta
probabilidad de tener una ITU, basada en los
hallazgos clínicos y de laboratorio (5).
Es especialmente crucial iniciar tempranamente
la terapia antimicrobiana en niños que tienen un
mayor riesgo de desarrollar cicatrices renales si la
infección del tracto urinario (ITU) no se trata de
inmediato. Esto incluye a aquellos que presentan
los siguientes factores de riesgo (5,31):
Fiebre, especialmente si es mayor a 39°C o
persiste por más de 48 horas.
Mala apariencia, que puede manifestarse
como síntomas generales de malestar o
deterioro del estado de salud.
Sensibilidad en el área del ángulo
costovertebral, que puede indicar una
posible infección renal.
Inmunodeficiencia conocida, que implica
una función inmunitaria debilitada y mayor
susceptibilidad a las infecciones.
Anomalía urológica conocida, que puede
predisponer a la ITU y aumentar el riesgo de
complicaciones.
En estos casos, el inicio temprano de la terapia
antimicrobiana es fundamental para prevenir el
daño renal y reducir el riesgo de cicatrices renales
a largo plazo.
Si se dispone de un frotis de orina teñido con
tinción de Gram, puede ser útil para orientar las
decisiones en cuanto al tratamiento empírico. No
obstante, la elección definitiva del tratamiento
antimicrobiano se basa en las susceptibilidades
del organismo aislado a los antibióticos (5,19).
108Lino Arturo Rojas Pérez, et al.Volumen 14 Número 2 - 2023
Se sugiere que el tratamiento empírico para la
infección del tracto urinario incluya un antibiótico
que brinde una cobertura adecuada contra la
bacteria Escherichia coli (E. coli). La elección del
agente antibiótico debe basarse en los patrones
locales de resistencia. Aproximadamente el
50% de las cepas de E. coli son resistentes a la
amoxicilina o ampicilina. Además, en algunas
comunidades se han observado tasas crecientes
de resistencia de E. coli a las cefalosporinas
de primera generación (como cefalexina),
amoxicilina-clavulánico o ampicilina-sulbactam,
y trimetoprim-sulfametoxazol (TMP-SMX). Los
factores de riesgo de resistencia a los antibióticos
de espectro reducido (como amoxicilina,
cefalosporinas de primera generación,
nitrofurantoína, TMP-SMX) incluyen la falta de
circuncisión en hombres, disfunción intestinal
y vesical, uso previo de antibióticos en los
últimos seis meses y origen étnico hispano. Las
cefalosporinas de segunda o tercera generación
(como cefuroxima, cefpodoxima, cefixima,
cefdinir, ceftibuten, cefotaxima, ceftriaxona) y los
aminoglucósidos (como gentamicina, amikacina)
son opciones apropiadas de primera línea para
el tratamiento empírico de la ITU en la mayoría
de los niños, especialmente aquellos con mayor
riesgo de afectación renal (por ejemplo, fiebre
>39 °C). Las cefalosporinas de primera generación
(como cefalexina) son razonables para niños con
bajo riesgo de afectación renal, siempre y cuando
la resistencia local de E. coli a las cefalosporinas
de primera generación no sea alta (por ejemplo,
<15%). Sin embargo, las cefalosporinas no son
efectivas para tratar la infección por Enterococcus
y no deben usarse como monoterapia en
pacientes con sospecha de ITU causada por
enterococos (por ejemplo, aquellos con catéter
urinario, instrumentación del tracto urinario o
anomalía anatómica). En estos casos, se debe
agregar amoxicilina o ampicilina (5,32,33).
La mayoría de los niños que no presentan vómitos
pueden recibir tratamiento con antibióticos
administrados por vía oral. Es importante
mantener una vigilancia durante los primeros
dos o tres días de terapia. Se debe enfatizar
la gravedad de la infección y la importancia de
completar todo el curso de tratamiento. Se
recomienda el uso de una cefalosporina como el
primer tratamiento oral en niños sin anomalías
genitourinarias que tienen una infección del
tracto urinario. Sin embargo, el tratamiento
antimicrobiano para niños con anomalías
genitourinarias debe adaptarse a cada caso de
forma individualizada, teniendo en cuenta las
características específicas de la anomalía y las
susceptibilidades del organismo causante de la
infección (5,30).
En niños con alta probabilidad de afectación renal,
como en el caso de la pielonefritis (fiebre >39
°C con o sin dolor lumbar) o inmunodeficiencia,
generalmente se recomienda el uso de una
cefalosporina de segunda generación (como
cefuroxima) o tercera generación (como cefixima,
cefdinir, ceftibuten). Esto se debe a que la
probabilidad de resistencia a las cefalosporinas de
primera generación, trimetoprim-sulfametoxazol
o amoxicilina es relativamente alta en estos
casos. Además, las concentraciones tisulares de
nitrofurantoína generalmente no son adecuadas,
ya que no alcanzan el tejido renal de manera
efectiva (5,26).
La dosificación de las cefalosporinas sugerida es
de la siguiente manera (5):
Cefuroxima es de 30 mg/kg al día,
administrada por vía oral en dos dosis
divididas.
Para la cefixima, la dosis recomendada es de
8 mg/kg una vez al día, por vía oral.
El cefdinir se administra a una dosis de 14
mg/kg por vía oral, una vez al día.
Para el ceftibuten, la dosis recomendada es
de 9 mg/kg por vía oral, una vez al día.
La cefpodoxima es otra opción, con una dosis
de 10 mg/kg al día, administrada por vía oral
en dos dosis divididas. Sin embargo, hasta el
momento no hay ensayos clínicos grandes
que hayan evaluado específicamente
la eficacia de la cefpodoxima para el
tratamiento de infecciones del tracto
urinario en niños.
En el caso de niños con un diagnóstico probable
de cistitis, se recomienda el uso de una
cefalosporina de primera generación, como
la cefalexina, en dosis de 50 a 100 mg/kg al
día, administrada por vía oral en dos dosis. Sin
embargo, esta recomendación está sujeta a la
condición de que la resistencia local de E. coli
a las cefalosporinas de primera generación en
la comunidad no sea alta, es decir, no supere el
15 por ciento. Es importante tener en cuenta
que la probabilidad estimada de resistencia al
109MANEJO DE LA INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO EN NIÑOSVolumen 14 Número 2 - 2023
trimetoprim-sulfametoxazol y a la amoxicilina
es relativamente alta en estos casos. Como
alternativa adecuada de tratamiento, se puede
considerar el uso de nitrofurantoína (5,26,34).
La terapia parenteral, destinada a pacientes
hospitalizados, generalmente se recomienda en
niños que cumplen con los siguientes criterios (5):
Tienen menos de 2 meses de edad.
Presentan urosepsia clínica, que se
caracteriza por síntomas graves como
apariencia tóxica, hipotensión y relleno
capilar deficiente.
Tienen un sistema inmunológico
comprometido.
Experimentan vómitos o son incapaces de
tolerar la medicación oral.
Carecen de acceso adecuado a atención
ambulatoria, como la falta de un teléfono o
vivir lejos del hospital.
No han respondido adecuadamente a la
terapia ambulatoria.
En pacientes hospitalizados, existen diferentes
regímenes de tratamiento aceptables, que
incluyen la combinación de ampicilina y
gentamicina, el uso de gentamicina sola, o el
uso de una cefalosporina de tercera o cuarta
generación. Si se sospecha una infección del
tracto urinario (ITU) causada por Enterococcus,
se debe incluir ampicilina en el tratamiento (5).
Las dosis recomendadas para estos medicamentos
son las siguientes (5,34):
Ampicilina: 100 mg/kg al día, administrados
por vía intravenosa en cuatro dosis divididas.
Gentamicina: 7.5 mg/kg al día, administrados
por vía intravenosa en tres dosis divididas.
Cefotaxima: 150 mg/kg al día, administrados
por vía intravenosa en tres o cuatro dosis
divididas.
Ceftriaxona: 50 a 75 mg/kg al día,
administrados por vía intravenosa.
Cefepima: 100 mg/kg al día, administrados
por vía intravenosa en dos dosis divididas,
con una dosis diaria máxima de 4 g.
El tratamiento con antibióticos administrados
por vía parenteral debe continuar hasta que
el paciente presente mejoría clínica, como
la ausencia de fiebre, y sea capaz de tolerar
líquidos y medicamentos por vía oral. Según una
revisión sistemática, se encontró que la terapia
antimicrobiana de corta duración (dos a cuatro
días) fue igual de efectiva que la terapia de
duración estándar (7 a 14 días) en la eliminación
de bacterias en niños con sospecha de infección
del tracto urinario (ITU) inferior, es decir, niños
con cistitis. Sin embargo, hay una falta de
evidencia suficiente para determinar la duración
óptima de la terapia antimicrobiana en niños
con pielonefritis. Como recomendación general,
se sugiere un curso de terapia más prolongado,
por lo general de 10 días, para los niños con
pielonefritis, y un curso de terapia más corto, de
tres a cinco días, para los niños con cistitis. Estas
pautas pueden ajustarse según la evaluación
individual del paciente y la evolución clínica
(5,35).
La presencia de bacteriuria asintomática es
poco común. La frecuencia de bacteriuria
asintomática es considerablemente menor
que otras infecciones del tracto urinario.
Según un metaanálisis de 14 estudios que
incluyeron a 49,806 niños menores de 19 años,
la prevalencia de bacteriuria asintomática fue
del 0.47% en mujeres y del 0.37% en hombres.
Por lo general, las bacterias involucradas son
de baja virulencia y es común que la infección
se resuelva espontáneamente, por lo que no
se recomienda el tratamiento con antibióticos.
Aunque un metaanálisis de tres ensayos
aleatorios no encontró suficiente evidencia para
determinar los riesgos y beneficios, concluyó que
es poco probable que la terapia con antibióticos
proporcione beneficios a largo plazo para los
niños (1).
5. Conclusiones
El manejo de la infección del tracto urinario
en niños puede basarse en las siguientes
conclusiones:
Diagnóstico adecuado: Es crucial realizar
pruebas de diagnóstico precisas, como
análisis de orina y cultivos, para confirmar
la presencia de una infección del tracto
urinario y determinar el tipo de bacteria
involucrada.
Tratamiento antibiótico: En general, se
recomienda el tratamiento con antibióticos
para las infecciones sintomáticas del
tracto urinario en niños como la cistitis y
110Lino Arturo Rojas Pérez, et al.Volumen 14 Número 2 - 2023
la pielonefritis, que de inico pueden ser
antibióticoterapia empírica y luego se debe
evaluar su respuesta clínica y comparar con
los resultados del urocultivo y la sensibilidad
bacteriana. La duración del tratamiento
varía según la gravedad de la infección y las
características individuales del paciente.
Evaluación de anomalías estructurales: En
los niños con infecciones recurrentes o
complicadas del tracto urinario, se debe
realizar una evaluación adicional para
detectar posibles anomalías estructurales
en el tracto urinario.
Educación y prevención: Es importante
educar a los padres y cuidadores sobre la
prevención de infecciones del tracto urinario
en niños. Esto puede incluir medidas como
la higiene adecuada, la promoción de la
micción regular y completa, y el fomento de
una ingesta adecuada de líquidos.
Seguimiento y evaluación: Después del
tratamiento de una infección del tracto
urinario, se debe realizar un seguimiento
para evaluar la respuesta al tratamiento y
detectar cualquier recurrencia
6. Agradecimientos
7. Conflicto de intereses
8. Conflicto de intereses
Agradecemos a la Carrera de Medicina de la
Facultad de Salud Pública de la ESPOCH, por la
oportunidad de compartir esta investigación a la
comunidad científica.
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No existen conflicto de intereses de ninguno de
los autores.
No existen conflicto de intereses de ninguno de
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