66Ruth Alejandra Tapia-Arias, et al.Vol. 15 Número 1 2024
RESUMEN
ABSTRACT
Food cultural adaptation in Ecuadorian Amazonian indigenous students.
ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES INDÍGENAS
AMAZÓNICOS ECUATORIANOS
1 Universidad Estatal Amazónica, Carrera de Comunicación, Puyo-Ecuador, ra.tapiaa@uea.edu.ec; 2Centro Ecológico Zanja Arajuno, Recinto Mariscal Sucre, Pastaza-Ecuador.
² Centro Ecológico Zanja Arajuno, Recinto Mariscal Sucre, Pastaza-Ecuador.
³ Universidad Estatal Amazónica, Facultad de Ciencias de la Vida, Puyo-Ecuador.
⁴ Universidad Estatal Amazónica, Facultad de Ciencias de la Tierra, Puyo-Ecuador.
Autor de correspondencia:
Correo: ra.tapiaa@uea.edu.ec / alejandratapia.comunicacion@gmail.com
Introducción: En la Amazonía ecuatoriana, región insuficientemente atendida con infraestructura pública, la aspiración de acceso a estudios
de jóvenes autoidentificados indígenas promueve su migración hacia las capitales provinciales y con ello, el cambio y la adaptación a
nuevos alimentos. Objetivos: Analizar la cultura alimentaria en comunidades Indígenas de la provincia amazónica de Pastaza, examinar
los cambios en la alimentación en jóvenes indígenas amazónicos que por satisfacer su necesidad de estudios migran a Puyo-Pastaza
desde espacios rurales; referir algunas características de los alimentos prevalecientes en la dieta alimentaria de estudiantes indígenas en
la ciudad. Metodología: Estudio observacional con diseño integrado en el que prevalecen metodologías cualitativas: diseño etnográfico,
enfoques narrativo y fenomenológico que sintetizan información a partir de eventos propios de los pueblos indígenas donde discuten su
desarrollo y planifican su futuro y a partir de entrevistas abiertas, en profundidad, e investigación documental. Resultados: Se reportan las
características alimentarias adaptadas a las condiciones de trabajo y ambientales en la selva en la provincia de Pastaza-Ecuador, la resiliencia
de los estudiantes indígenas y cualidades de alimentos como yuca y plátano, considerados de gran cantidad de carbohidratos complejos.
Discusión: Ciertos alimentos no resultan altamente incidentes en el índice glucémico, evidencia de la necesidad de profundizar estudios
basados en el lugar, que permitan sustentar mejor las políticas públicas sobre nutrición desde una perspectiva intercultural. Conclusiones:
Las comunidades indígenas amazónicas ecuatorianas muestran una tradición cultural alimentaria basada en un amplio conocimiento de
especies alimenticias que cultivan en sistemas agrícolas adaptados al medio.
Palabras claves: Pastaza-Ecuador, rutina alimentaria indígena, alimentación saludable.
Introduction: In the Ecuadorian Amazon, a region insufficiently served by public infrastructure, the aspiration of self-identified indigenous
youth to access education promotes their migration to provincial capitals and with it, change and adaptation to new foods. Objectives: To
analyze the food culture in indigenous communities of the Amazonian province of Pastaza, to examine the changes in the diet of young
Amazonian indigenous people who migrate to Puyo-Pastaza from rural areas to satisfy their need to study; to refer to some characteristics
of the prevailing foods in the diet of indigenous students in the city. Methodology: This is an observational study with integrated design
in which qualitative methodologies prevail such as ethnographic design, narrative and phenomenological approaches that synthesize
information from events of indigenous people where they discuss their development and plan their future through open and in-depth
interviews and documentary research. Results: The food characteristics adapted to the working and environmental conditions in the jungle
in Pastaza-Ecuador, the resilience of indigenous students and the qualities of foods such as yucca and plantain, considered to be high in
complex carbohydrates, are reported. Discussion: Certain foods do not have a high impact on the glycemic index and there is evidence
of the need for further place-based studies to better support public policies on nutrition from a cross-cultural perspective. Conclusions:
The Ecuadorian Amazonian indigenous communities show a cultural food tradition based on a broad knowledge of food species that they
cultivate in agricultural systems adapted to the environment.
Keywords: Pastaza-Ecuador, indigenous food routine, healthy food.
Facultad de
Salud PúblicaORIGINAL Historial del artículo: Recibido: 15/05/2024 · Aceptado: 13/06/2024 · Publicado: 23-07-2024
https://cssn.espoch.edu.ec
iD iDRuth Alejandra Tapia-Arias ⁽¹ ,
²⁾ * Manuel Lázaro Pérez-Quintana ⁽⁴⁾Ruth Irene Arias-Gutiérrez ⁽³⁾
ra.tapiaa@uea.edu.ec mperez@uea.edu.ec
iD
rarias@uea.edu.ec
CSSNLa Ciencia al Servicio de la Salud y la Nutrición
REVISTA CIENTÍFICA DIGITAL
DOI: https://10.47187/cssn.Vol15.Iss1.273
67ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
Con la pregunta de investigación: ¿ha sido posible
la adaptación cultural alimentaria en estudiantes
indígenas amazónicos ecuatorianos que migran
desde espacios rurales hacia la ciudad, donde
deben establecerse para tener acceso a educación
de calidad?, se analizan aspectos alimentarios, en
la experiencia de la dinámica regional amazónica
ecuatoriana que vivencia movilidad en busca de
acceso a mejores condiciones socioeconómicas.
Se considera seguridad alimentaria al acceso
material y económico a alimentos suficientes
para la familia, sin riesgos indebidos de pérdida
de acceso o condición de vulnerabilidad (1,2),
así como se conoce que factores geográficos y
socio económicos condicionan la alimentación
en los hogares. En Ecuador -una de las naciones
sudamericanas más densamente pobladas- en
comunidades indígenas de la región oriental o
amazónica, en la provincia de Pastaza, donde la
infraestructura vial es prácticamente inexistente,
se desarrollan sistemas de producción agrícolas
tradicionales llamados chacras por la nacionalidad
kichwa o aja por los shuar y achuar, sin pesticidas
u otros químicos; estos sistemas abastecen de
alimentos a las familias durante todo el año, pese
a soportar hasta 6 000 mm de lluvia anuales, en
las estribaciones orientales de la cordillera de Los
Andes (3).
Alimentos sanos, conocimientos y recursos
para producirlos sin contaminantes, pueden
considerarse parte del patrimonio en comunidades
indígenas originarias en la selva amazónica,
pero condiciones de movilidad humana
provocan desarraigos en el territorio, la cultura
y la alimentación (4). Es el caso que enfrentan
estudiantes que para acceder a servicios de
educación migran del campo a la ciudad y deben
adaptarse a otra circunstancia alimentaria,
no siempre segura, completa, de calidad, ni
supervisada por sus familiares por lo que, se
necesita investigar la adaptación alimentaria en
estudiantes indígenas amazónicos ecuatorianos,
motivo del presente reporte.
En medio de la preocupación mundial por el
cambio climático y las consecuencias del efecto
invernadero en el mundo, se reconoce que cerca
de un 80 % de la biodiversidad del planeta se
conserva en territorios ocupados por pueblos
indígenas, en un 11 % de la tierra, donde unos
300 millones de habitantes, casi un 4.5 % de la
población mundial o 10 % de la población más
pobre, conserva bosques, prácticas agrícolas y
culturas; sus territorios ayudan en la mitigación de
1. Introducción los efectos de contaminación global, aunque sus
poblaciones son todavía poco estudiadas (5, 6, 7).
Más de 20 000 años de ocupación humana se ha
referido en la Amazonia (8), el bosque tropical
continuo más extenso del mundo; hay indicios
de producción de alimentos desde hace unos 6
000 años y pruebas de eficiencia adaptativa de
muchas culturas amazónicas al medio selvático
desde hace unos 3 000 años a. C. (9). Cerca de
Puyo, ciudad amazónica ecuatoriana, capital de
la provincia de Pastaza, se descubrieron vestigios
de ocupación humana y de alimentación, de más
de 2 000 años a.C. (10) y se presume la existencia
de redes densamente pobladas, con sistemas
agrícolas avanzados para alimentar una elevada
población, también desde hace al menos 2 000
años a.C., según los hallazgos en el valle del Upano,
cerca de Macas, capital de la provincia amazónica
de Morona Santiago (11).
Los hallazgos actuales evidencian que los pueblos
indígenas en la Amazonia ecuatoriana tienen
una cultura y tradición muy largas de ocupación
en sus territorios y no un poblamiento reciente,
pero en la historia ecuatoriana, particularmente
en la vida republicana, la ocupación de espacios
rurales no ha tenido vasta atención en educación,
investigación, servicios y ejercicio de derechos
conferidos a la ciudadanía del país. La Amazonia se
considera la región ecuatoriana de mayor pobreza
y necesidades básicas insatisfechas (12, 13).
Los servicios educativos para bachillerato y
universidad se concentran en la capital provincial
de Pastaza, en la ciudad de Puyo. La necesidad
de satisfacción de derechos elementales como
la educación pública, no siempre disponible en
comunidades rurales amazónicas dispersas en
la selva, hace que familias indígenas enteras o
jóvenes solos, migren a Puyo, la ciudad amazónica
más cercana a una capital nacional de la cuenca;
entonces cambian las prácticas consuetudinarias
en las condiciones de ciudad, disminuye el control
de la familia sobre la calidad de la alimentación de
los estudiantes; sucede como parte del fenómeno
de la globalización, que erosiona la diversidad
cultural y natural pero se corresponde, al mismo
tiempo, con las diversas manifestaciones locales
para resolver los problemas que se enfrentan
(14,15,16,17).
La cercanía o lejanía a los principales centros
urbanos, la variación en las condiciones
socioeconómicas y la posibilidad o necesidad de
servicios educativos, modifican varios aspectos
fundamentales como el acceso y la movilización
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
Con la pregunta de investigación: ¿ha sido posible
la adaptación cultural alimentaria en estudiantes
indígenas amazónicos ecuatorianos que migran
desde espacios rurales hacia la ciudad, donde
deben establecerse para tener acceso a educación
de calidad?, se analizan aspectos alimentarios, en
la experiencia de la dinámica regional amazónica
ecuatoriana que vivencia movilidad en busca de
acceso a mejores condiciones socioeconómicas.
Se considera seguridad alimentaria al acceso
material y económico a alimentos suficientes
para la familia, sin riesgos indebidos de pérdida
de acceso o condición de vulnerabilidad (1,2),
así como se conoce que factores geográficos y
socio económicos condicionan la alimentación
en los hogares. En Ecuador -una de las naciones
sudamericanas más densamente pobladas- en
comunidades indígenas de la región oriental o
amazónica, en la provincia de Pastaza, donde la
infraestructura vial es prácticamente inexistente,
se desarrollan sistemas de producción agrícolas
tradicionales llamados chacras por la nacionalidad
kichwa o aja por los shuar y achuar, sin pesticidas
u otros químicos; estos sistemas abastecen de
alimentos a las familias durante todo el año, pese
a soportar hasta 6 000 mm de lluvia anuales, en
las estribaciones orientales de la cordillera de Los
Andes (3).
Alimentos sanos, conocimientos y recursos
para producirlos sin contaminantes, pueden
considerarse parte del patrimonio en comunidades
indígenas originarias en la selva amazónica,
pero condiciones de movilidad humana
provocan desarraigos en el territorio, la cultura
y la alimentación (4). Es el caso que enfrentan
estudiantes que para acceder a servicios de
educación migran del campo a la ciudad y deben
adaptarse a otra circunstancia alimentaria,
no siempre segura, completa, de calidad, ni
supervisada por sus familiares por lo que, se
necesita investigar la adaptación alimentaria en
estudiantes indígenas amazónicos ecuatorianos,
motivo del presente reporte.
En medio de la preocupación mundial por el
cambio climático y las consecuencias del efecto
invernadero en el mundo, se reconoce que cerca
de un 80 % de la biodiversidad del planeta se
conserva en territorios ocupados por pueblos
indígenas, en un 11 % de la tierra, donde unos
300 millones de habitantes, casi un 4.5 % de la
población mundial o 10 % de la población más
pobre, conserva bosques, prácticas agrícolas y
culturas; sus territorios ayudan en la mitigación de
1. Introducción los efectos de contaminación global, aunque sus
poblaciones son todavía poco estudiadas (5, 6, 7).
Más de 20 000 años de ocupación humana se ha
referido en la Amazonia (8), el bosque tropical
continuo más extenso del mundo; hay indicios
de producción de alimentos desde hace unos 6
000 años y pruebas de eficiencia adaptativa de
muchas culturas amazónicas al medio selvático
desde hace unos 3 000 años a. C. (9). Cerca de
Puyo, ciudad amazónica ecuatoriana, capital de
la provincia de Pastaza, se descubrieron vestigios
de ocupación humana y de alimentación, de más
de 2 000 años a.C. (10) y se presume la existencia
de redes densamente pobladas, con sistemas
agrícolas avanzados para alimentar una elevada
población, también desde hace al menos 2 000
años a.C., según los hallazgos en el valle del Upano,
cerca de Macas, capital de la provincia amazónica
de Morona Santiago (11).
Los hallazgos actuales evidencian que los pueblos
indígenas en la Amazonia ecuatoriana tienen
una cultura y tradición muy largas de ocupación
en sus territorios y no un poblamiento reciente,
pero en la historia ecuatoriana, particularmente
en la vida republicana, la ocupación de espacios
rurales no ha tenido vasta atención en educación,
investigación, servicios y ejercicio de derechos
conferidos a la ciudadanía del país. La Amazonia se
considera la región ecuatoriana de mayor pobreza
y necesidades básicas insatisfechas (12, 13).
Los servicios educativos para bachillerato y
universidad se concentran en la capital provincial
de Pastaza, en la ciudad de Puyo. La necesidad
de satisfacción de derechos elementales como
la educación pública, no siempre disponible en
comunidades rurales amazónicas dispersas en
la selva, hace que familias indígenas enteras o
jóvenes solos, migren a Puyo, la ciudad amazónica
más cercana a una capital nacional de la cuenca;
entonces cambian las prácticas consuetudinarias
en las condiciones de ciudad, disminuye el control
de la familia sobre la calidad de la alimentación de
los estudiantes; sucede como parte del fenómeno
de la globalización, que erosiona la diversidad
cultural y natural pero se corresponde, al mismo
tiempo, con las diversas manifestaciones locales
para resolver los problemas que se enfrentan
(14,15,16,17).
La cercanía o lejanía a los principales centros
urbanos, la variación en las condiciones
socioeconómicas y la posibilidad o necesidad de
servicios educativos, modifican varios aspectos
fundamentales como el acceso y la movilización
68Ruth Alejandra Tapia-Arias, et al.Vol. 15 Número 1 2024
de productos y personas, el abandono gradual
de actividades primarias e incluso la estructura
familiar, por lo que las personas han establecido
diferentes estrategias de sobrevivencia,
destacando la incorporación parcial o total al
trabajo asalariado, más accesible en los centros
urbanos, aunque haya una urbanización sin
eficiencia ya que la mayor parte de los ingresos
provienen de la actividad primaria exportadora
y no de las actividades industriales urbanas, de
manera que, la fuerza laboral no necesariamente
emigra por factores monetarios (18).
En zonas rurales con menor migración es más
variada la dieta familiar, gracias a la producción
agrícola de autoconsumo, de manera que se
aprecia que la movilidad humana no siempre
logra mejorar la calidad de vida de las familias,
porque los migrantes se convierten en personas
vulnerables por los cambios de los precios de
mercado de los alimentos y la mayor dependencia
de productos procesados (19).
Agricultura, recolección, caza y pesca han sido
actividades de subsistencia en comunidades
amazónicas del Ecuador (20), ninguna está
disponible en el pequeño espacio urbano al que
llega el estudiante migrante del campo, por lo que,
para responder a la pregunta de investigación, el
presente artículo analiza la cultura alimentaria en
comunidades Indígenas de Pastaza, los cambios
en la alimentación en estudiantes que, por
satisfacer sus necesidades de educación pública,
migraron a la ciudad de Puyo desde espacios
rurales, así como algunas características de los
alimentos prevalecientes en la dieta alimentaria
de estudiantes indígenas.
2.1. Localización y contexto geográfico de la
investigación
La investigación se realiza en la República del
Ecuador, en el cantón y provincia de Pastaza, que
se extiende desde las estribaciones orientales de la
cordillera de Los Andes hasta la llanura amazónica,
en la porción central de la región amazónica
ecuatoriana (RAE). Pastaza es la provincia más
grande en extensión territorial, pero la segunda
menos poblada, después de Galápagos. Toda la
RAE contiene un 5.06 % de la población nacional,
escaso acceso vial e infraestructura de servicios
públicos; la densidad poblacional en la RAE varía
de 2.82 habitantes/km2, en Pastaza, a 15.38
habitantes/km2 en la provincia de Napo (21), en
2.2. Diseño de la investigación
El presente estudio observacional se realiza
con un diseño integrado en el que prevalecen
metodologías cualitativas, el diseño etnográfico,
Comunidades kichwa ubicadas en la zona de colonización
donde se levantaron cuestionarios
Comunidades kichwa y achuar en que se han evidenciado
eventos de interés
2. Metodología
contraste con los 52 habitantes/km2 de promedio
a nivel nacional (22). La provincia de Pastaza está
habitada por siete nacionalidades indígenas
(shuar, achuar, kichwa, andwa, sapara, waodani y
shiwiar), además de poblaciones blanco-mestizas
y afro descendientes. Las comunidades rurales del
territorio kichwa en que se aplicaron cuestionarios
del estudio, fueron escogidas por no tener acceso
vial o transporte terrestre cercano, pero no estar
demasiado lejos de la capital provincial ya que en
Pastaza muchas comunidades tienen únicamente
acceso aéreo o fluvial; las comunidades del área
de estudio están ubicadas dentro de la frontera
de colonización, proceso en que las poblaciones
mestizas de campesinos empobrecidos migraron
desde las regiones Sierra y Costa hacia la Amazonía
para establecerse como colonos, en función de
las reformas agrarias. Por la colonización, la RAE
ha sido mayormente poblada desde la década de
1980, tiene pocos estudios por la dificultad y costo
que implica colectar datos (23, 24).
La figura 1 presenta la zona de estudio, en el
marco de los retos ambientales, que enfrentan por
actividades extractivas, superposición de áreas
protegidas, factores de contaminación y densidad
poblacional; se destacan los lugares de levantamiento
de la información a través de cuestionarios, eventos
y seminarios de discusión de interés.
Figura 1. Comunidades Kichwa y Achuar en estudio, en Pastaza, en el
espacio de retos ambientales
Fuente: Elaborado por los autores a partir de y trabajo de campo y de
shapefiles vectoriales publicados en la Infraestructura Ecuatoriana
de Datos Geoespaciales (IEDG) (25)
de productos y personas, el abandono gradual
de actividades primarias e incluso la estructura
familiar, por lo que las personas han establecido
diferentes estrategias de sobrevivencia,
destacando la incorporación parcial o total al
trabajo asalariado, más accesible en los centros
urbanos, aunque haya una urbanización sin
eficiencia ya que la mayor parte de los ingresos
provienen de la actividad primaria exportadora
y no de las actividades industriales urbanas, de
manera que, la fuerza laboral no necesariamente
emigra por factores monetarios (18).
En zonas rurales con menor migración es más
variada la dieta familiar, gracias a la producción
agrícola de autoconsumo, de manera que se
aprecia que la movilidad humana no siempre
logra mejorar la calidad de vida de las familias,
porque los migrantes se convierten en personas
vulnerables por los cambios de los precios de
mercado de los alimentos y la mayor dependencia
de productos procesados (19).
Agricultura, recolección, caza y pesca han sido
actividades de subsistencia en comunidades
amazónicas del Ecuador (20), ninguna está
disponible en el pequeño espacio urbano al que
llega el estudiante migrante del campo, por lo que,
para responder a la pregunta de investigación, el
presente artículo analiza la cultura alimentaria en
comunidades Indígenas de Pastaza, los cambios
en la alimentación en estudiantes que, por
satisfacer sus necesidades de educación pública,
migraron a la ciudad de Puyo desde espacios
rurales, así como algunas características de los
alimentos prevalecientes en la dieta alimentaria
de estudiantes indígenas.
2.1. Localización y contexto geográfico de la
investigación
La investigación se realiza en la República del
Ecuador, en el cantón y provincia de Pastaza, que
se extiende desde las estribaciones orientales de la
cordillera de Los Andes hasta la llanura amazónica,
en la porción central de la región amazónica
ecuatoriana (RAE). Pastaza es la provincia más
grande en extensión territorial, pero la segunda
menos poblada, después de Galápagos. Toda la
RAE contiene un 5.06 % de la población nacional,
escaso acceso vial e infraestructura de servicios
públicos; la densidad poblacional en la RAE varía
de 2.82 habitantes/km2, en Pastaza, a 15.38
habitantes/km2 en la provincia de Napo (21), en
2.2. Diseño de la investigación
El presente estudio observacional se realiza
con un diseño integrado en el que prevalecen
metodologías cualitativas, el diseño etnográfico,
Comunidades kichwa ubicadas en la zona de colonización
donde se levantaron cuestionarios
Comunidades kichwa y achuar en que se han evidenciado
eventos de interés
2. Metodología
contraste con los 52 habitantes/km2 de promedio
a nivel nacional (22). La provincia de Pastaza está
habitada por siete nacionalidades indígenas
(shuar, achuar, kichwa, andwa, sapara, waodani y
shiwiar), además de poblaciones blanco-mestizas
y afro descendientes. Las comunidades rurales del
territorio kichwa en que se aplicaron cuestionarios
del estudio, fueron escogidas por no tener acceso
vial o transporte terrestre cercano, pero no estar
demasiado lejos de la capital provincial ya que en
Pastaza muchas comunidades tienen únicamente
acceso aéreo o fluvial; las comunidades del área
de estudio están ubicadas dentro de la frontera
de colonización, proceso en que las poblaciones
mestizas de campesinos empobrecidos migraron
desde las regiones Sierra y Costa hacia la Amazonía
para establecerse como colonos, en función de
las reformas agrarias. Por la colonización, la RAE
ha sido mayormente poblada desde la década de
1980, tiene pocos estudios por la dificultad y costo
que implica colectar datos (23, 24).
La figura 1 presenta la zona de estudio, en el
marco de los retos ambientales, que enfrentan por
actividades extractivas, superposición de áreas
protegidas, factores de contaminación y densidad
poblacional; se destacan los lugares de levantamiento
de la información a través de cuestionarios, eventos
y seminarios de discusión de interés.
Figura 1. Comunidades Kichwa y Achuar en estudio, en Pastaza, en el
espacio de retos ambientales
Fuente: Elaborado por los autores a partir de y trabajo de campo y de
shapefiles vectoriales publicados en la Infraestructura Ecuatoriana
de Datos Geoespaciales (IEDG) (25)
69ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
los enfoques narrativos y fenomenológicos,
mientras que a través de cuestionarios se han
auscultado datas cuantitativas para explorar
el caso específico de estudiantes indígenas en
condición de movilidad en la ciudad, considerando
su propio criterio, en la complejidad de la identidad
y cultura en una provincia con siete nacionalidades
originarias, población mestiza y afro descendiente.
Con el diseño etnográfico, la cultura alimentaria
en comunidades Indígenas de Pastaza se describe
especialmente a partir de la observación
participante, la inmersión en comunidades
indígenas kichwa y achuar del interior de la
provincia de Pastaza, donde los pobladores
han realizado eventos e investigaciones para
levantar diagnósticos situacionales y propuestas
de desarrollo comunitario, o han discutido in situ
los procesos de construcción de las propuestas
de planes de vida, sumak kawsay, ordenamiento
territorial en circunscripciones territoriales
indígenas (CTI), cuencas hidrográficas, entre otros.
Con un enfoque narrativo se analizan las vivencias
en comunidades de los autores del presente
artículo y las narrativas de líderes y estudiantes
sobre sus historias de vida, sus percepciones
de importancia sentida, de donde se extrae lo
relacionado a la adaptación cultural alimentaria.
Finalmente, con el enfoque fenomenológico se
trata de comprender y describir la experiencia
de los estudiantes en relación con su propia
adaptación a alimentos y la prevalencia de su
cultura a través de la alimentación. La metodología
se complementa con cuestionarios semi
estructurados aplicados a líderes comunitarios y 64
jefes de hogar en seis comunidades del territorio
kichwa, en su propio asentamiento comunitario,
con registros levantados hasta 2024. Durante
el confinamiento por la pandemia COVID-19, se
emplearon también medios virtuales para acceder
a la información relevante.
Los cambios en la alimentación en estudiantes
que por satisfacer sus necesidades de educación
pública migraron a la ciudad de Puyo desde
espacios rurales, se investigaron a partir de
ocho entrevistas en profundidad, realizadas
entre febrero y marzo de 2024, con un muestreo
por conveniencia, en el que se entrevistaron a
estudiantes que tuvieron que movilizarse hasta
Puyo para acceder a la educación y eventualmente
retornaron a sus comunidades de origen una
vez concluidos los estudios. Adicionalmente, se
entrevistó a personal de salud del Distrito número
01 Pastaza-Mera-Santa Clara, del Ministerio de
Salud Pública (MSP).
2.3. Procedimiento
Para las entrevistas a profundidad se elaboró un
cuestionario de preguntas abiertas que se validó
con dos especialistas en ciencias de la salud,
nutrición y dietética (uno del área de atención
de salud pública y otro del área de investigación
científica en universidades ecuatorianas). Como
muestra piloto se aplicó el cuestionario a dos
estudiantes universitarios autoidentificados
indígenas. A través del Sistema de Información
Académico Docente (SIAD) de la Universidad
Estatal Amazónica (UEA), en el marco del
proyecto “Pluralismo eco cultural en educación
de calidad en la Amazonia ecuatoriana UEA:
ID-FA-PSA 001 2018”, se seleccionó un listado de
quince estudiantes, autoidentificados indígenas
amazónicos; se estableció contacto con cada uno,
viajando hasta su lugar de residencia en Pastaza
o en Napo, para informar de la investigación
y obtener su consentimiento informado de
participación; se verificó que han vivido su niñez
y juventud en su comunidad de origen y tuvieron
que migrar a la ciudad de Puyo para los estudios.
Consecuentemente se realizaron las entrevistas
con el consentimiento de grabación de las
respuestas. Durante el proceso, los investigadores
notaron que a partir de la octava entrevista las
respuestas eran coincidentes y repetitivas por
lo que estimaron saturación de respuestas y no
contactaron al resto de personas del listado pre
elaborado.
Para discutir las observaciones de los autores sobre
la cultura alimentaria en comunidades indígenas de
Pastaza y la adaptación alimentaria de estudiantes
indígenas en la ciudad de Puyo, se elaboró una guía
con preguntas abiertas para entrevistar a líderes
indígenas de las organizaciones representativas
locales. Se elaboró una lista de los nombres de los
ex dirigentes shuar y achuar de las organizaciones
indígenas de Pastaza y la RAE que actualmente
viven en Puyo o cerca de Puyo, que habiendo vivido
su niñez o juventud en una comunidad indígena de
la selva amazónica han tenido que migrar desde su
comunidad de origen por motivos de educación,
que han participado desde la década de 1980 en
los eventos cruciales de discusión de propuestas
que conciernen planes de vida de pueblos y
nacionalidades indígenas y que al establecer
contacto con ellos, mediante visita personal de los
investigadores o por llamadas telefónicas, dieron
su consentimiento de participar aportando con sus
criterios, una vez que fueron informados sobre la
investigación. Del listado se escogió y entrevistó
a profundidad a un ex presidente kichwa de la
Organización de Pueblos Indígenas de Pastaza
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
los enfoques narrativos y fenomenológicos,
mientras que a través de cuestionarios se han
auscultado datas cuantitativas para explorar
el caso específico de estudiantes indígenas en
condición de movilidad en la ciudad, considerando
su propio criterio, en la complejidad de la identidad
y cultura en una provincia con siete nacionalidades
originarias, población mestiza y afro descendiente.
Con el diseño etnográfico, la cultura alimentaria
en comunidades Indígenas de Pastaza se describe
especialmente a partir de la observación
participante, la inmersión en comunidades
indígenas kichwa y achuar del interior de la
provincia de Pastaza, donde los pobladores
han realizado eventos e investigaciones para
levantar diagnósticos situacionales y propuestas
de desarrollo comunitario, o han discutido in situ
los procesos de construcción de las propuestas
de planes de vida, sumak kawsay, ordenamiento
territorial en circunscripciones territoriales
indígenas (CTI), cuencas hidrográficas, entre otros.
Con un enfoque narrativo se analizan las vivencias
en comunidades de los autores del presente
artículo y las narrativas de líderes y estudiantes
sobre sus historias de vida, sus percepciones
de importancia sentida, de donde se extrae lo
relacionado a la adaptación cultural alimentaria.
Finalmente, con el enfoque fenomenológico se
trata de comprender y describir la experiencia
de los estudiantes en relación con su propia
adaptación a alimentos y la prevalencia de su
cultura a través de la alimentación. La metodología
se complementa con cuestionarios semi
estructurados aplicados a líderes comunitarios y 64
jefes de hogar en seis comunidades del territorio
kichwa, en su propio asentamiento comunitario,
con registros levantados hasta 2024. Durante
el confinamiento por la pandemia COVID-19, se
emplearon también medios virtuales para acceder
a la información relevante.
Los cambios en la alimentación en estudiantes
que por satisfacer sus necesidades de educación
pública migraron a la ciudad de Puyo desde
espacios rurales, se investigaron a partir de
ocho entrevistas en profundidad, realizadas
entre febrero y marzo de 2024, con un muestreo
por conveniencia, en el que se entrevistaron a
estudiantes que tuvieron que movilizarse hasta
Puyo para acceder a la educación y eventualmente
retornaron a sus comunidades de origen una
vez concluidos los estudios. Adicionalmente, se
entrevistó a personal de salud del Distrito número
01 Pastaza-Mera-Santa Clara, del Ministerio de
Salud Pública (MSP).
2.3. Procedimiento
Para las entrevistas a profundidad se elaboró un
cuestionario de preguntas abiertas que se validó
con dos especialistas en ciencias de la salud,
nutrición y dietética (uno del área de atención
de salud pública y otro del área de investigación
científica en universidades ecuatorianas). Como
muestra piloto se aplicó el cuestionario a dos
estudiantes universitarios autoidentificados
indígenas. A través del Sistema de Información
Académico Docente (SIAD) de la Universidad
Estatal Amazónica (UEA), en el marco del
proyecto “Pluralismo eco cultural en educación
de calidad en la Amazonia ecuatoriana UEA:
ID-FA-PSA 001 2018”, se seleccionó un listado de
quince estudiantes, autoidentificados indígenas
amazónicos; se estableció contacto con cada uno,
viajando hasta su lugar de residencia en Pastaza
o en Napo, para informar de la investigación
y obtener su consentimiento informado de
participación; se verificó que han vivido su niñez
y juventud en su comunidad de origen y tuvieron
que migrar a la ciudad de Puyo para los estudios.
Consecuentemente se realizaron las entrevistas
con el consentimiento de grabación de las
respuestas. Durante el proceso, los investigadores
notaron que a partir de la octava entrevista las
respuestas eran coincidentes y repetitivas por
lo que estimaron saturación de respuestas y no
contactaron al resto de personas del listado pre
elaborado.
Para discutir las observaciones de los autores sobre
la cultura alimentaria en comunidades indígenas de
Pastaza y la adaptación alimentaria de estudiantes
indígenas en la ciudad de Puyo, se elaboró una guía
con preguntas abiertas para entrevistar a líderes
indígenas de las organizaciones representativas
locales. Se elaboró una lista de los nombres de los
ex dirigentes shuar y achuar de las organizaciones
indígenas de Pastaza y la RAE que actualmente
viven en Puyo o cerca de Puyo, que habiendo vivido
su niñez o juventud en una comunidad indígena de
la selva amazónica han tenido que migrar desde su
comunidad de origen por motivos de educación,
que han participado desde la década de 1980 en
los eventos cruciales de discusión de propuestas
que conciernen planes de vida de pueblos y
nacionalidades indígenas y que al establecer
contacto con ellos, mediante visita personal de los
investigadores o por llamadas telefónicas, dieron
su consentimiento de participar aportando con sus
criterios, una vez que fueron informados sobre la
investigación. Del listado se escogió y entrevistó
a profundidad a un ex presidente kichwa de la
Organización de Pueblos Indígenas de Pastaza
70Ruth Alejandra Tapia-Arias, et al.Vol. 15 Número 1 2024
(OPIP), actualmente llamada en “runa shimi”, el
idioma de la nacionalidad kichwa: Pastaza Kikin
Kichwa Runakuna (PAKKIRU)), un ex presidente
achuar de la Confederación de Nacionalidades
Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (CONFENIAE)
y a un ex Vice Ministro kichwa de la Educación
Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación
y Culturas, que ha ejercido funciones de profesor
durante varias décadas. Sus criterios confirman
los resultados relatados a partir de los eventos de
discusión en que participaron los investigadores.
Las entrevistas incluyen percepciones sobre
condiciones de vida durante el crecimiento en
la comunidad rural; la variedad, frecuencia y
composición de la alimentación en la comunidad,
los principales cultivos (familiares y comerciales),
el uso de recursos de la selva en las comunidades,
lugar de origen del estudiante, las razones y
condiciones de migración para la educación, la
alimentación diaria en una semana típica en su
condición de estudiante, frecuencia y composición
y la opinión sobre los cambios vividos en el tema
alimentario en la comunidad y en la ciudad.
En el proceso de entrevistas se juzgó necesario
completar criterios del personal responsable
de atención a la salud y nutrición desde
establecimientos públicos, por lo cual también se
auscultaron percepciones del personal de salud
sobre la seguridad, suficiencia, cantidad y calidad
de la alimentación de indígenas en comunidades
del interior y en su condición de habitantes de la
ciudad, percibida desde la atención del hospital
público. Las entrevistas se realizaron durante los
últimos meses de 2023 y los primeros meses de
2024.
La metodología mantiene un criterio decolonial
(26), que conecta las experiencias de vida relatadas
y vividas en la comunidad con la discusión de
puntos de vista, la escucha activa y respetuosa
en los espacios de relacionamiento. Las personas
entrevistadas mantienen anonimato en función
de las consideraciones éticas y el consentimiento
de los participantes, quienes fueron informados
oralmente de los propósitos de la investigación
y a quienes se les previno que la participación
es voluntaria y que los participantes pueden
retirarse y dejar de contestar cualquier pregunta
en cualquier momento que lo consideren (27).
Se codificaron las entrevistas que se seleccionaron
para el presente reporte desde E1 hasta E4 para
estudiantes; E5-E7 para líderes de organizaciones
indígenas y P8 para el personal de salud
relacionado a las percepciones de calidad,
cantidad y suficiencia de alimentos, según sus
observaciones.
2.4. Análisis de los datos
De las discusiones en eventos se extraen los
criterios principales que relacionan características
culturales específicas que tienen que ver con la
alimentación, incluso su rutina alimentaria como
pueblo indígena. Se analizan las narrativas de
líderes y relacionan con los testimonios expresados
en las entrevistas en profundidad. Por cada
testimonio en eventos y cada entrevista, se realizó
una comparación y contraste con los cuestionarios
levantados en comunidades.
El procesamiento de la información implicó
transcripción de entrevistas, utilizando la
herramienta Pinpoint, creada por Google News
Initiative para la plataforma Journalist Studio,
resumen y análisis de las narrativas.
Las observaciones, los datos de cuestionarios y
las narrativas expresadas a través de las diversas
entrevistas, se contrastaron y ampliaron mediante
investigación documental relacionada a aspectos
que tratan de nutrición, pobreza, datos censales,
reportes o demandas de instituciones públicas
ecuatorianas y artículos científicos en el área de
educación, nutrición y salud.
Las características de los alimentos, prevalecientes
en la dieta alimentaria de estudiantes indígenas,
se investigaron a través de revistas especializadas
en contraste con los testimonios levantados en las
entrevistas.
Para la redacción del reporte se compararon y
analizaron los diferentes criterios y se escogieron
los que fueron considerados más recurrentes,
prevalecientes y profundos en el análisis, por lo
tanto más relevantes, sintéticos y completos.
Se presentan los fragmentos de entrevistas
considerados representativos para los objetivos
de estudio.
3.1. Cultura alimentaria en comunidades
Indígenas de Pastaza
Las chacras kichwa y las aja achuar, sistemas
agrícolas asociados muy diversos, igual que la
cultura alimentaria en las comunidades indígenas
amazónicas de la provincia de Pastaza, progresan
en función del ambiente de alta pluviosidad, baja
3. Resultados
(OPIP), actualmente llamada en “runa shimi”, el
idioma de la nacionalidad kichwa: Pastaza Kikin
Kichwa Runakuna (PAKKIRU)), un ex presidente
achuar de la Confederación de Nacionalidades
Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (CONFENIAE)
y a un ex Vice Ministro kichwa de la Educación
Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación
y Culturas, que ha ejercido funciones de profesor
durante varias décadas. Sus criterios confirman
los resultados relatados a partir de los eventos de
discusión en que participaron los investigadores.
Las entrevistas incluyen percepciones sobre
condiciones de vida durante el crecimiento en
la comunidad rural; la variedad, frecuencia y
composición de la alimentación en la comunidad,
los principales cultivos (familiares y comerciales),
el uso de recursos de la selva en las comunidades,
lugar de origen del estudiante, las razones y
condiciones de migración para la educación, la
alimentación diaria en una semana típica en su
condición de estudiante, frecuencia y composición
y la opinión sobre los cambios vividos en el tema
alimentario en la comunidad y en la ciudad.
En el proceso de entrevistas se juzgó necesario
completar criterios del personal responsable
de atención a la salud y nutrición desde
establecimientos públicos, por lo cual también se
auscultaron percepciones del personal de salud
sobre la seguridad, suficiencia, cantidad y calidad
de la alimentación de indígenas en comunidades
del interior y en su condición de habitantes de la
ciudad, percibida desde la atención del hospital
público. Las entrevistas se realizaron durante los
últimos meses de 2023 y los primeros meses de
2024.
La metodología mantiene un criterio decolonial
(26), que conecta las experiencias de vida relatadas
y vividas en la comunidad con la discusión de
puntos de vista, la escucha activa y respetuosa
en los espacios de relacionamiento. Las personas
entrevistadas mantienen anonimato en función
de las consideraciones éticas y el consentimiento
de los participantes, quienes fueron informados
oralmente de los propósitos de la investigación
y a quienes se les previno que la participación
es voluntaria y que los participantes pueden
retirarse y dejar de contestar cualquier pregunta
en cualquier momento que lo consideren (27).
Se codificaron las entrevistas que se seleccionaron
para el presente reporte desde E1 hasta E4 para
estudiantes; E5-E7 para líderes de organizaciones
indígenas y P8 para el personal de salud
relacionado a las percepciones de calidad,
cantidad y suficiencia de alimentos, según sus
observaciones.
2.4. Análisis de los datos
De las discusiones en eventos se extraen los
criterios principales que relacionan características
culturales específicas que tienen que ver con la
alimentación, incluso su rutina alimentaria como
pueblo indígena. Se analizan las narrativas de
líderes y relacionan con los testimonios expresados
en las entrevistas en profundidad. Por cada
testimonio en eventos y cada entrevista, se realizó
una comparación y contraste con los cuestionarios
levantados en comunidades.
El procesamiento de la información implicó
transcripción de entrevistas, utilizando la
herramienta Pinpoint, creada por Google News
Initiative para la plataforma Journalist Studio,
resumen y análisis de las narrativas.
Las observaciones, los datos de cuestionarios y
las narrativas expresadas a través de las diversas
entrevistas, se contrastaron y ampliaron mediante
investigación documental relacionada a aspectos
que tratan de nutrición, pobreza, datos censales,
reportes o demandas de instituciones públicas
ecuatorianas y artículos científicos en el área de
educación, nutrición y salud.
Las características de los alimentos, prevalecientes
en la dieta alimentaria de estudiantes indígenas,
se investigaron a través de revistas especializadas
en contraste con los testimonios levantados en las
entrevistas.
Para la redacción del reporte se compararon y
analizaron los diferentes criterios y se escogieron
los que fueron considerados más recurrentes,
prevalecientes y profundos en el análisis, por lo
tanto más relevantes, sintéticos y completos.
Se presentan los fragmentos de entrevistas
considerados representativos para los objetivos
de estudio.
3.1. Cultura alimentaria en comunidades
Indígenas de Pastaza
Las chacras kichwa y las aja achuar, sistemas
agrícolas asociados muy diversos, igual que la
cultura alimentaria en las comunidades indígenas
amazónicas de la provincia de Pastaza, progresan
en función del ambiente de alta pluviosidad, baja
3. Resultados
71ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
fertilidad de suelos, pero gran conocimiento
y tradición de adaptación al medio, en estas
particulares condiciones en que las mujeres son
las principales horticultoras, quienes aseguran
alimento para sus familias durante todo el año y
durante todos los años, mientras los hombres se
encargan, principalmente, de la caza y la pesca,
es decir, la provisión de proteína animal, a más
de determinadas funciones artesanales para
proveer los utensilios necesarios en los hogares
y del trabajo más pesado que inicia cada sistema
agrícola.
También está condicionada la alimentación y
cultivos a las formas de tenencia de la tierra.
Mientras en las comunidades del interior, lejanas
a los mercados regionales y accesibles solo por
vía aérea o fluvial, se mantiene la propiedad
comunitaria sin presión de escasez del espacio
de uso para las diferentes familias, en las
comunidades cercanas a la zona de colonización,
donde se contestaron cuestionarios, se ha perdido
la absolutez de la propiedad comunitaria del Ayllu
o filiación étnica linear familiar, prevaleciente en
las zonas más remotas de la selva, en toda la región
amazónica. Aparecen en la zona de colonización,
propiedades individuales o fincas y conforme la
cercanía a los mercados se intensifican los cultivos
para venta a intermediarios y se incrementa el
acceso a productos comprados.
Yuca (Manihot esculenta) y plátano (Musa spp) son
los alimentos prevalecientes absolutamente en
todas las comunidades; les siguen en importancia
el maíz (Zea mays), la papa china (Colocasia
esculenta), el chontaduro (Bactris gasipaes) y
en la zona de colonización la naranjilla (Solanum
quitoense), el cacao (Theobroma cacao), la caña de
azúcar (Saccharum officinarum), como principales
cultivos comerciales. La yuca es uno de los
principales alimentos en la Amazonia; con ella se
produce la chicha (asua para los kichwa o jiamanch
para los achuar) que es el alimento por excelencia
en ambos pueblos; está presente todas las horas
de una jornada de trabajo en la casa, acompaña a
los hombres en la cacería o a las mujeres y niños en
sus labores en la chacra, transportada envuelta en
hojas, como una masa (masato) para ser mezclada
con agua para calmar la sed o el hambre.
Mientras comunidades más lejanas, en la selva
amazónica ecuatoriana, reportan hasta 20
variedades de yuca (Manihot esculenta) para
diferentes especialidades de uso y consumo, en
las comunidades que tienen mayor cercanía al
mercado se reportan apenas tres variedades
de este tubérculo, las que tienen clientes en el
mercado; las variedades especiales para rituales,
tratamientos de curación, dietas y otros usos,
ya no son sembrados; se pierden porque no
tienen mercado, con ello se pierde parte del
conocimiento acumulado por la tradición indígena
local. El mercado y la globalización tienen efecto
en la cultura, en la diversidad de cultivos, el
conocimiento tradicional y la adaptación a nuevas
condiciones de economía monetaria.
En las comunidades del interior rara vez se lleva
algún alimento del mercado; la totalidad de familias
vive de los cultivos propios, la recolección de
frutos estacionales, la caza y la pesca. De acuerdo
al tamaño de la familia, las mujeres tienen dos o
más chacras que no llegan a tener una hectárea
de extensión cada una, pero son manejadas
rotativamente con control del abastecimiento
alimentario. Una de las comunidades del interior
reportó hasta 107 especies diferentes sembradas
en chacras kichwa, prevalecen las especies
alimenticias, pero también están presentes
especies medicinales, saborizantes, rituales y
cosméticas. En la zona de colonización las familias
reportan entre 15 % y 66 % de adquisición de
productos alimenticios en el mercado; los
productos que extraen de la selva o de sus cultivos
propios también se destinan al mercado hasta en
un 90 %, es decir, crece la economía de mercado
en función de extracción de recursos de la selva
y cultivos para el mercado, reemplazando la
suficiencia, seguridad o totalidad de la economía
sin dependencia mercantil prevaleciente en
zonas del interior. La inexistencia de carreteras y
el alto costo de la transportación aérea o fluvial,
inciden en esta diferencia, entre comunidades. En
las comunidades de la zona de colonización hay
mayor presión sobre la tierra, de manera que es
menor la estacionalidad de rotación de cultivos, el
número de chacras y su extensión. Incluso la pesca
disminuye en las zonas de colonización, donde sólo
20 a 77 % de las familias reportan pesca recurrente
con fines alimenticios, únicamente para consumo
familiar o hasta en un 27 % para venta en el
mercado, mientras en las comunidades del interior
la pesca es una actividad fácil, diaria, alimenticia
y recreativa.
En las comunidades del interior la riqueza de
vida, incluyendo la seguridad alimentaria que
manifiestan, depende de las relaciones armónicas
de los seres humanos con la tierra sana, el agua,
la selva (denominados en conjunto sumak allpa),
con las demás familias en la comunidad y otros
territorios (sumak kawsay) y del conocimiento
desarrollado en la vida diaria, desde el rol y modelo
del hombre y de la mujer (sacha runa yachay).
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
fertilidad de suelos, pero gran conocimiento
y tradición de adaptación al medio, en estas
particulares condiciones en que las mujeres son
las principales horticultoras, quienes aseguran
alimento para sus familias durante todo el año y
durante todos los años, mientras los hombres se
encargan, principalmente, de la caza y la pesca,
es decir, la provisión de proteína animal, a más
de determinadas funciones artesanales para
proveer los utensilios necesarios en los hogares
y del trabajo más pesado que inicia cada sistema
agrícola.
También está condicionada la alimentación y
cultivos a las formas de tenencia de la tierra.
Mientras en las comunidades del interior, lejanas
a los mercados regionales y accesibles solo por
vía aérea o fluvial, se mantiene la propiedad
comunitaria sin presión de escasez del espacio
de uso para las diferentes familias, en las
comunidades cercanas a la zona de colonización,
donde se contestaron cuestionarios, se ha perdido
la absolutez de la propiedad comunitaria del Ayllu
o filiación étnica linear familiar, prevaleciente en
las zonas más remotas de la selva, en toda la región
amazónica. Aparecen en la zona de colonización,
propiedades individuales o fincas y conforme la
cercanía a los mercados se intensifican los cultivos
para venta a intermediarios y se incrementa el
acceso a productos comprados.
Yuca (Manihot esculenta) y plátano (Musa spp) son
los alimentos prevalecientes absolutamente en
todas las comunidades; les siguen en importancia
el maíz (Zea mays), la papa china (Colocasia
esculenta), el chontaduro (Bactris gasipaes) y
en la zona de colonización la naranjilla (Solanum
quitoense), el cacao (Theobroma cacao), la caña de
azúcar (Saccharum officinarum), como principales
cultivos comerciales. La yuca es uno de los
principales alimentos en la Amazonia; con ella se
produce la chicha (asua para los kichwa o jiamanch
para los achuar) que es el alimento por excelencia
en ambos pueblos; está presente todas las horas
de una jornada de trabajo en la casa, acompaña a
los hombres en la cacería o a las mujeres y niños en
sus labores en la chacra, transportada envuelta en
hojas, como una masa (masato) para ser mezclada
con agua para calmar la sed o el hambre.
Mientras comunidades más lejanas, en la selva
amazónica ecuatoriana, reportan hasta 20
variedades de yuca (Manihot esculenta) para
diferentes especialidades de uso y consumo, en
las comunidades que tienen mayor cercanía al
mercado se reportan apenas tres variedades
de este tubérculo, las que tienen clientes en el
mercado; las variedades especiales para rituales,
tratamientos de curación, dietas y otros usos,
ya no son sembrados; se pierden porque no
tienen mercado, con ello se pierde parte del
conocimiento acumulado por la tradición indígena
local. El mercado y la globalización tienen efecto
en la cultura, en la diversidad de cultivos, el
conocimiento tradicional y la adaptación a nuevas
condiciones de economía monetaria.
En las comunidades del interior rara vez se lleva
algún alimento del mercado; la totalidad de familias
vive de los cultivos propios, la recolección de
frutos estacionales, la caza y la pesca. De acuerdo
al tamaño de la familia, las mujeres tienen dos o
más chacras que no llegan a tener una hectárea
de extensión cada una, pero son manejadas
rotativamente con control del abastecimiento
alimentario. Una de las comunidades del interior
reportó hasta 107 especies diferentes sembradas
en chacras kichwa, prevalecen las especies
alimenticias, pero también están presentes
especies medicinales, saborizantes, rituales y
cosméticas. En la zona de colonización las familias
reportan entre 15 % y 66 % de adquisición de
productos alimenticios en el mercado; los
productos que extraen de la selva o de sus cultivos
propios también se destinan al mercado hasta en
un 90 %, es decir, crece la economía de mercado
en función de extracción de recursos de la selva
y cultivos para el mercado, reemplazando la
suficiencia, seguridad o totalidad de la economía
sin dependencia mercantil prevaleciente en
zonas del interior. La inexistencia de carreteras y
el alto costo de la transportación aérea o fluvial,
inciden en esta diferencia, entre comunidades. En
las comunidades de la zona de colonización hay
mayor presión sobre la tierra, de manera que es
menor la estacionalidad de rotación de cultivos, el
número de chacras y su extensión. Incluso la pesca
disminuye en las zonas de colonización, donde sólo
20 a 77 % de las familias reportan pesca recurrente
con fines alimenticios, únicamente para consumo
familiar o hasta en un 27 % para venta en el
mercado, mientras en las comunidades del interior
la pesca es una actividad fácil, diaria, alimenticia
y recreativa.
En las comunidades del interior la riqueza de
vida, incluyendo la seguridad alimentaria que
manifiestan, depende de las relaciones armónicas
de los seres humanos con la tierra sana, el agua,
la selva (denominados en conjunto sumak allpa),
con las demás familias en la comunidad y otros
territorios (sumak kawsay) y del conocimiento
desarrollado en la vida diaria, desde el rol y modelo
del hombre y de la mujer (sacha runa yachay).
72Ruth Alejandra Tapia-Arias, et al.Vol. 15 Número 1 2024
Con conocimiento del medio hay abundancia,
no hay necesidad prevaleciente de dinero. La
economía se basa en la selva, en las relaciones
con los seres humanos y más que humanos y en
el conocimiento. En las zonas de colonización,
igual que en las ciudades, no se goza del mismo
espacio en amplitud, armonía de relaciones y
conocimientos que permitan desempeños vitales
en abundancia y seguridad.
Lejos de mercados y carreteras de acceso, la
alimentación diaria se produce por cuenta
propia, se cultiva o recoge en la selva; frutos,
lianas, insectos, larvas, animales, hongos, flores,
tallos, brotes, evidencian gran variedad y riqueza
de productos y conocimientos que no están
disponibles para un habitante de la ciudad,
acostumbrado a una regularidad de productos
del mercado. También en la zona de colonización
hay riqueza de biodiversidad que se usa por las
familias con hasta un 67 % de aprovechamiento
de estos recursos que prodiga la selva y que
pueden constituir un 15 % de ingresos monetarios
en las familias, en un supuesto de cuantificación
monetaria de los productos que se extraen de la
selva o de la pesca, que establecen un precio en el
que se pueden comprar o vender productos que
se obtienen de la selva, incluyendo la pesca (24).
3.2. Cambios en la alimentación en estudiantes
migrantes, en la educación pública en Puyo
La cultura alimentaria en la selva, en comunidades
indígenas kichwa y achuar, está determinada no
sólo por el ambiente de selva muy húmeda tropical
sino también por el trabajo diario y las necesidades
de mantenimiento en el entorno. Para asegurar
la alimentación durante todos los días, todos
los años, toda la vida, las mujeres y los hombres
jóvenes y adultos mantienen según sus roles, las
chacras o las ajas (las mujeres), la pesca, la cacería
y cultivos comerciales (los hombres); los niños
desde una determinada edad acompañan a los
padres; las niñas acompañan a las madres y toman
responsabilidad en las chacras y en la elaboración
de la chicha, desde edades muy tempranas.
Para mantener sus trabajos diarios se levantan a
la madrugada para tomar guayusa (Ilex guayusa)
y planificar el día, cuyo trabajo no se ejecuta cerca
del hogar; muchas veces deben recorrer uno, dos
o más kilómetros hasta el sitio de sus labores,
incluso las chacras. Entre las cinco y seis de la
mañana la familia ya está lista para el trabajo en el
campo, come un plato fuerte, normalmente sopa
con pescado y carne o maito (comida asada en el
fuego, envuelta en hojas para que se cueza con sus
propios jugos), yuca, plátano, papa china. Llevan
maitos de chicha (masato fermentado de yuca
envueltos en hojas) para cuando tienen hambre o
sed. La comida es entonces fuerte en la mañana,
escasa al medio día, más bien compuesta por
frutas, hongos e insectos recolectados, y chicha,
la bebida fermentada a partir de yuca, que se
toma durante todo el día de trabajo, hasta que
en la tarde se regresa nuevamente para cocer
alimentos traídos desde las chacras o huertas en
las que la familia estuvo trabajando durante el
día. Esa es la rutina general en la selva, adaptada
al intenso calor del medio día, por eso deben
salir muy temprano, trabajar y regresar también
temprano para descansar. No hay transporte, así
que se llevan en las espaldas los productos para
la alimentación, los dos o más kilómetros que hay
que recorrer hasta el hogar; lo hacen los hombres
y las mujeres. La guayusa les sirve de vitamina
para la fortaleza física diaria. Con la migración a
la ciudad para atender los estudios, se pasa a una
costumbre sedentaria de ciudad y de horarios de
burocracia con desayuno, almuerzo y merienda,
en lugar de las dos comidas consistentes en las
comunidades del interior, antes y luego del trabajo.
Los cambios en la alimentación en estudiantes
indígenas por causa de la migración rural se
observan en varias condiciones de existencia;
muchos jóvenes que requieren estudios llegan
desde las comunidades a vivir en casas de
familiares, amigos cercanos o incluso solos. A
diferencia de la vida en la comunidad, el espacio
es reducido en la urbe, en la propiedad individual;
en la ciudad no pueden contar con espacios de
siembra de cultivos ni bosque de recolección de
frutos y normalmente los ríos de las ciudades han
sido contaminados por la ubicación de desagüe
de las poblaciones, de más está decir que no hay
caza y ésta en todo caso, si hubiera, está prohibida.
En consecuencia, la ingesta de proteína animal se
reduce.
El cambio no es solo alimentario, lo cultural
alimenticio implica una transformación en las
concepciones de vida, en la adaptación a entornos
extraños y en el caso de los estudiantes jóvenes
que migran a la ciudad, muchas veces solos, una
necesidad de enfrentar el tránsito a la madurez y
responsabilidad propia, sin tutela de adultos, como
expresan nuestros entrevistados:
“Llegué a la ciudad a los 14 años. Durante los
primeros años, viví en un convento aquí en la
ciudad de Puyo. Mi mamá pagaba el arriendo
mensual. En el convento comía las tres comidas
al día, pero no era lo que yo había comido toda
Con conocimiento del medio hay abundancia,
no hay necesidad prevaleciente de dinero. La
economía se basa en la selva, en las relaciones
con los seres humanos y más que humanos y en
el conocimiento. En las zonas de colonización,
igual que en las ciudades, no se goza del mismo
espacio en amplitud, armonía de relaciones y
conocimientos que permitan desempeños vitales
en abundancia y seguridad.
Lejos de mercados y carreteras de acceso, la
alimentación diaria se produce por cuenta
propia, se cultiva o recoge en la selva; frutos,
lianas, insectos, larvas, animales, hongos, flores,
tallos, brotes, evidencian gran variedad y riqueza
de productos y conocimientos que no están
disponibles para un habitante de la ciudad,
acostumbrado a una regularidad de productos
del mercado. También en la zona de colonización
hay riqueza de biodiversidad que se usa por las
familias con hasta un 67 % de aprovechamiento
de estos recursos que prodiga la selva y que
pueden constituir un 15 % de ingresos monetarios
en las familias, en un supuesto de cuantificación
monetaria de los productos que se extraen de la
selva o de la pesca, que establecen un precio en el
que se pueden comprar o vender productos que
se obtienen de la selva, incluyendo la pesca (24).
3.2. Cambios en la alimentación en estudiantes
migrantes, en la educación pública en Puyo
La cultura alimentaria en la selva, en comunidades
indígenas kichwa y achuar, está determinada no
sólo por el ambiente de selva muy húmeda tropical
sino también por el trabajo diario y las necesidades
de mantenimiento en el entorno. Para asegurar
la alimentación durante todos los días, todos
los años, toda la vida, las mujeres y los hombres
jóvenes y adultos mantienen según sus roles, las
chacras o las ajas (las mujeres), la pesca, la cacería
y cultivos comerciales (los hombres); los niños
desde una determinada edad acompañan a los
padres; las niñas acompañan a las madres y toman
responsabilidad en las chacras y en la elaboración
de la chicha, desde edades muy tempranas.
Para mantener sus trabajos diarios se levantan a
la madrugada para tomar guayusa (Ilex guayusa)
y planificar el día, cuyo trabajo no se ejecuta cerca
del hogar; muchas veces deben recorrer uno, dos
o más kilómetros hasta el sitio de sus labores,
incluso las chacras. Entre las cinco y seis de la
mañana la familia ya está lista para el trabajo en el
campo, come un plato fuerte, normalmente sopa
con pescado y carne o maito (comida asada en el
fuego, envuelta en hojas para que se cueza con sus
propios jugos), yuca, plátano, papa china. Llevan
maitos de chicha (masato fermentado de yuca
envueltos en hojas) para cuando tienen hambre o
sed. La comida es entonces fuerte en la mañana,
escasa al medio día, más bien compuesta por
frutas, hongos e insectos recolectados, y chicha,
la bebida fermentada a partir de yuca, que se
toma durante todo el día de trabajo, hasta que
en la tarde se regresa nuevamente para cocer
alimentos traídos desde las chacras o huertas en
las que la familia estuvo trabajando durante el
día. Esa es la rutina general en la selva, adaptada
al intenso calor del medio día, por eso deben
salir muy temprano, trabajar y regresar también
temprano para descansar. No hay transporte, así
que se llevan en las espaldas los productos para
la alimentación, los dos o más kilómetros que hay
que recorrer hasta el hogar; lo hacen los hombres
y las mujeres. La guayusa les sirve de vitamina
para la fortaleza física diaria. Con la migración a
la ciudad para atender los estudios, se pasa a una
costumbre sedentaria de ciudad y de horarios de
burocracia con desayuno, almuerzo y merienda,
en lugar de las dos comidas consistentes en las
comunidades del interior, antes y luego del trabajo.
Los cambios en la alimentación en estudiantes
indígenas por causa de la migración rural se
observan en varias condiciones de existencia;
muchos jóvenes que requieren estudios llegan
desde las comunidades a vivir en casas de
familiares, amigos cercanos o incluso solos. A
diferencia de la vida en la comunidad, el espacio
es reducido en la urbe, en la propiedad individual;
en la ciudad no pueden contar con espacios de
siembra de cultivos ni bosque de recolección de
frutos y normalmente los ríos de las ciudades han
sido contaminados por la ubicación de desagüe
de las poblaciones, de más está decir que no hay
caza y ésta en todo caso, si hubiera, está prohibida.
En consecuencia, la ingesta de proteína animal se
reduce.
El cambio no es solo alimentario, lo cultural
alimenticio implica una transformación en las
concepciones de vida, en la adaptación a entornos
extraños y en el caso de los estudiantes jóvenes
que migran a la ciudad, muchas veces solos, una
necesidad de enfrentar el tránsito a la madurez y
responsabilidad propia, sin tutela de adultos, como
expresan nuestros entrevistados:
“Llegué a la ciudad a los 14 años. Durante los
primeros años, viví en un convento aquí en la
ciudad de Puyo. Mi mamá pagaba el arriendo
mensual. En el convento comía las tres comidas
al día, pero no era lo que yo había comido toda
73ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
mi vida. Con mi mamá había aprendido a preparar
platos con vegetales. En la chacra nosotros nos
poníamos a recoger hongos, hojitas tiernas de
papachina, mandioca, maría panga. A veces,
recogíamos cacao blanco, kila para llevar a la casa
y hacer maito. Cocinábamos papas, papa china o
papa silvestre. Era muy distinta la alimentación, a
mi papi siempre le gustó hacer pesca, no mucha
cacería. Yo no crecí comiendo mucha carne roja.
Entonces sí teníamos la alimentación suficiente.
Creo que muy rara vez, mis hermanos o yo, íbamos
solo con chichita a la escuela. Ya en el colegio, mis
padres criaban gallinas criollas; mi papi un tiempo
hizo unas piscinas para criar peces y también tuvo
un criadero de caracoles de agua dulce. De vez
en cuando, mi mami cuando salía a la ciudad
llevaba arroz, enlatados y cosas así. Yo crecí con
ese sabor propio de la tierra” (entrevista E1, 09/
febrero/2024).
El sabor propio de la tierra, de los productos del
trabajo de la chacra y la selva, de los vegetales
que se recogen y son muy variados, vincula otros
valores: el esfuerzo propio y la responsabilidad
compartidos, el conocimiento, la reciprocidad, el
compartir en abundancia, el no estar vulnerable
alimentariamente porque en presencia de un
desastre que pudiera dañar el cultivo, siempre un
familiar o un vecino va a compartir los productos
abundantes de su chacra, en espera de que ante
una situación similar se le devuelva el favor y se
hace sin estigmas, con naturalidad. En la ciudad,
no siempre se pueden mantener estos valores,
cercanía, conocidos, familiaridad. Se está más
vulnerable.
“Soy del sur de Archidona, mi comunidad está
a cinco minutos de la ciudad, a cuatro horas de
Puyo. En las mañanas, muchas veces madrugamos
para salir a las chacras y solo nos levantamos a
las 3-4 de la mañana para tomar guayusa a
planificar. Cómo te levantas temprano, tienes que
descansar temprano. Siempre desayunábamos a la
madrugada para poder salir temprano al trabajo
y entonces en el día cuando íbamos a la chacra,
encontrábamos frutos y los llevábamos a casa.
Cuando vamos a buscar los frutos en las chacras,
tardamos entre tres o cuatro horas y media. En
la tarde, mi mamá preparaba sopa y muy rara
vez, arroz, después salíamos a hacer deporte en
la comunidad y siempre merendábamos a las 5
o 6 de la tarde, porque a las 7 entre las 7:30 a
8 ya nos acostábamos, dormíamos a esa hora
para despertarnos temprano” (entrevista E2, 10/
febrero/2024).
“En mi casa, mi mamá, a veces, cuando teníamos un
criadero de gallinas, mataba una a nuestro regreso.
Muchas veces, cuando estábamos trabajando en
las chacras, encontrábamos animalitos y cuando
íbamos con los perros, los atrapábamos, a veces,
guatusas o conejos de monte. Otras veces,
cosechábamos cacao blanco que decimos patas
muyu. Hacíamos maitos y a veces, mi papá en
las madrugadas iba al río a pescar. Por ejemplo,
ahora estamos en un día lluvioso y es bueno
salir de madrugada para pescar. Mi papá ya hace
años que no ha ido de cacería, pero la pesca no
ha dejado. Por eso, muchas veces voy a mi casa
para poder degustar. Hemos comprado siempre
lo necesario; la sal, el azúcar muy poco, porque
siempre en la casa tomamos la chicha de yuca y
ahora que viene la temporada de chonta también
se va a venir la chicha de chonta” (entrevista E2,
10/febrero/2024).
La cercanía a las ciudades llega a permear las
tradiciones culturales alimentarias, como nos
manifiestan nuestros entrevistados:
“Hasta los 10-11 años vivíamos en una comunidad,
prácticamente de la finca en el territorio global.
Cuando empezamos a asistir a una escuelita
y luego al colegio, justo había una campaña de
que estaban vendiendo lotes en la parroquia
de Cotundo. Vivimos en una comunidad del
kilómetro 16. Ahí la alimentación era más como
la del campo: pescado, -creo que el pescado es
nuestra comida más fundamental de las familias- y
la sopa de mazamorra, que es como un sancocho
de plátano o yuca. También el arroz y las papas. En
el desayuno, comíamos arroz con huevo, maduro
por temporada, teníamos ganado. En la noche,
siempre era una chicha, maduros, cositas livianas
pero algún alimento así como un maito para
compartir entre varios. Tomábamos leche, pero
natural y mezclada con avena” (entrevista E3, 20/
febrero/2024).
3.3. Características de los principales alimentos
prevalecientes en la dieta alimentaria de
estudiantes indígenas que migran a la ciudad por
factores de estudio
Formalmente, se concibe la migración como
traslado a otros países y continentes, antes que
traspaso de entornos geográficos y culturales en
fronteras internas, como entre las regiones en
Ecuador o las identidades en un país plurinacional
y multilingüe. El desplazamiento de personas que
han nacido en un determinado territorio, para
establecerse en otro estado o país, se considera
migración, sin importar cantidad de personas,
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
mi vida. Con mi mamá había aprendido a preparar
platos con vegetales. En la chacra nosotros nos
poníamos a recoger hongos, hojitas tiernas de
papachina, mandioca, maría panga. A veces,
recogíamos cacao blanco, kila para llevar a la casa
y hacer maito. Cocinábamos papas, papa china o
papa silvestre. Era muy distinta la alimentación, a
mi papi siempre le gustó hacer pesca, no mucha
cacería. Yo no crecí comiendo mucha carne roja.
Entonces sí teníamos la alimentación suficiente.
Creo que muy rara vez, mis hermanos o yo, íbamos
solo con chichita a la escuela. Ya en el colegio, mis
padres criaban gallinas criollas; mi papi un tiempo
hizo unas piscinas para criar peces y también tuvo
un criadero de caracoles de agua dulce. De vez
en cuando, mi mami cuando salía a la ciudad
llevaba arroz, enlatados y cosas así. Yo crecí con
ese sabor propio de la tierra” (entrevista E1, 09/
febrero/2024).
El sabor propio de la tierra, de los productos del
trabajo de la chacra y la selva, de los vegetales
que se recogen y son muy variados, vincula otros
valores: el esfuerzo propio y la responsabilidad
compartidos, el conocimiento, la reciprocidad, el
compartir en abundancia, el no estar vulnerable
alimentariamente porque en presencia de un
desastre que pudiera dañar el cultivo, siempre un
familiar o un vecino va a compartir los productos
abundantes de su chacra, en espera de que ante
una situación similar se le devuelva el favor y se
hace sin estigmas, con naturalidad. En la ciudad,
no siempre se pueden mantener estos valores,
cercanía, conocidos, familiaridad. Se está más
vulnerable.
“Soy del sur de Archidona, mi comunidad está
a cinco minutos de la ciudad, a cuatro horas de
Puyo. En las mañanas, muchas veces madrugamos
para salir a las chacras y solo nos levantamos a
las 3-4 de la mañana para tomar guayusa a
planificar. Cómo te levantas temprano, tienes que
descansar temprano. Siempre desayunábamos a la
madrugada para poder salir temprano al trabajo
y entonces en el día cuando íbamos a la chacra,
encontrábamos frutos y los llevábamos a casa.
Cuando vamos a buscar los frutos en las chacras,
tardamos entre tres o cuatro horas y media. En
la tarde, mi mamá preparaba sopa y muy rara
vez, arroz, después salíamos a hacer deporte en
la comunidad y siempre merendábamos a las 5
o 6 de la tarde, porque a las 7 entre las 7:30 a
8 ya nos acostábamos, dormíamos a esa hora
para despertarnos temprano” (entrevista E2, 10/
febrero/2024).
“En mi casa, mi mamá, a veces, cuando teníamos un
criadero de gallinas, mataba una a nuestro regreso.
Muchas veces, cuando estábamos trabajando en
las chacras, encontrábamos animalitos y cuando
íbamos con los perros, los atrapábamos, a veces,
guatusas o conejos de monte. Otras veces,
cosechábamos cacao blanco que decimos patas
muyu. Hacíamos maitos y a veces, mi papá en
las madrugadas iba al río a pescar. Por ejemplo,
ahora estamos en un día lluvioso y es bueno
salir de madrugada para pescar. Mi papá ya hace
años que no ha ido de cacería, pero la pesca no
ha dejado. Por eso, muchas veces voy a mi casa
para poder degustar. Hemos comprado siempre
lo necesario; la sal, el azúcar muy poco, porque
siempre en la casa tomamos la chicha de yuca y
ahora que viene la temporada de chonta también
se va a venir la chicha de chonta” (entrevista E2,
10/febrero/2024).
La cercanía a las ciudades llega a permear las
tradiciones culturales alimentarias, como nos
manifiestan nuestros entrevistados:
“Hasta los 10-11 años vivíamos en una comunidad,
prácticamente de la finca en el territorio global.
Cuando empezamos a asistir a una escuelita
y luego al colegio, justo había una campaña de
que estaban vendiendo lotes en la parroquia
de Cotundo. Vivimos en una comunidad del
kilómetro 16. Ahí la alimentación era más como
la del campo: pescado, -creo que el pescado es
nuestra comida más fundamental de las familias- y
la sopa de mazamorra, que es como un sancocho
de plátano o yuca. También el arroz y las papas. En
el desayuno, comíamos arroz con huevo, maduro
por temporada, teníamos ganado. En la noche,
siempre era una chicha, maduros, cositas livianas
pero algún alimento así como un maito para
compartir entre varios. Tomábamos leche, pero
natural y mezclada con avena” (entrevista E3, 20/
febrero/2024).
3.3. Características de los principales alimentos
prevalecientes en la dieta alimentaria de
estudiantes indígenas que migran a la ciudad por
factores de estudio
Formalmente, se concibe la migración como
traslado a otros países y continentes, antes que
traspaso de entornos geográficos y culturales en
fronteras internas, como entre las regiones en
Ecuador o las identidades en un país plurinacional
y multilingüe. El desplazamiento de personas que
han nacido en un determinado territorio, para
establecerse en otro estado o país, se considera
migración, sin importar cantidad de personas,
74Ruth Alejandra Tapia-Arias, et al.Vol. 15 Número 1 2024
causas, si se hace en grupos o se hace de forma
individual (28). Este proceso implica cambios en
la persona que migra y que intenta adaptarse
a un nuevo entorno; entre los cambios y las
necesidades de adaptación se sitúan los vinculados
al comportamiento alimentario (29).
De entornos comunitarios con división del
trabajo por sexo desde edades tempranas, largas
caminatas y gran fuerza física para cargar en las
espaldas los productos alimenticios por kilómetros
hasta el hogar, la migración en fronteras internas
desde la selva amazónica a la ciudad y a la oferta
de bienes y servicios que se pueden adquirir
en el mercado, provoca cambios y necesidades
de adaptación a los nuevos espacios, tiempos,
costumbres, culturas, alimentos. La investigación
de campo, tanto como las entrevistas y testimonios
indican que, en las comunidades de la selva, tanto
kichwa como achuar es prácticamente inexistente
el uso de grasas y azúcar refinada, mientras la sal
es un producto escaso y apreciado; las comidas
son naturales y desabridas. Alimentos crudos,
asados, cocidos y ahumados son la constante.
Aunque consumen hungurahua (Oenocarpus
batahua), morete (Mauriria flexuosa), maní de
árbol (Caryodendron orinocense), maní (Arachis
hipogaea), ticazo (Plukenetia volubilis) pasu
(Grias cauliflora), gallinas y peces que tienen
su grasa natural, en general no se consume
grasa pura, sintetizada, extraída como aceites y
mantecas. En la población migrante puede influir el
comportamiento alimentario que pudiera provocar
enfermedades crónicas no transmisibles asociadas
al fenómeno migratorio por el alto consumo de
azúcares simples o refinadas, consumo de grasas
saturadas, que finalmente provocan enfermedades
cardiovasculares, hipertensión, obesidad y
diabetes (30).
Al considerar las diferencias entre regiones al
interior del país, se aprecia que la población que sale
de las zonas rurales hacia áreas urbanas está sujeta
a cambios en sus costumbres de alimentación y es
considerada un grupo de población vulnerable en
términos de seguridad alimentaria (31). El nivel de
ingresos, en estas familias, se asocia al número de
calorías disponibles en los hogares; sin embargo,
no existe una asociación significativa entre el
tiempo de haber llegado a la ciudad y el tipo y
variedad de alimentos disponibles que consumen.
Los entrevistados manifestaron que en lo esencial,
cuando hay disponibilidad de alimentos, no han
cambiado sus preferencias. Todavía hay que
profundizar en la discusión de las implicaciones de
la migración rural urbana de la población indígena
en relación a la calidad de su dieta.
Con la mayor oferta de educación pública
universitaria se aprecia que la mayor parte de
los hogares generan aspiración de acceso de los
jóvenes a la ciudad y migran de centros rurales a
urbanos. La migración del campo a la ciudad genera
desequilibrios estructurales porque las familias
agropecuarias, cambian su rol desde la producción
de oferta alimentaria del país a consumidores
demandantes de alimentos y mano de obra no
calificada en la urbe (32). Los cambios en la ciudad
implican casos en los que no se desayuna y en
que la comida tiene más alimentos fritos que en
la comunidad, donde casi no existen grasa, arroz
y embutidos, todos con costo de adquisición que
no era muy corriente en la comunidad. Aumenta la
ingesta de carbohidratos mientras ha disminuido
la cantidad de ejercicio físico respecto a la vida en
la comunidad (33). En las entrevistas realizadas se
destaca:
“En las comunidades amazónicas, la tradición
de consumir la chicha como un refresco natural
y la alimentación a base de carbohidratos (papa
china, yuca, verde) no ha cambiado mucho a
través del tiempo. El mayor cambio se evidencia
en la incorporación de alimentos prefabricados
o preelaborados. Sin embargo, su alimentación
como fuente de producción es lo que la naturaleza
les ofrece en cuanto a la disponibilidad de la
proteína que posee alto valor biológico, solo que
es escasa. Respecto a los cambios en la dieta
que se dan al venir de las comunidades hacia la
ciudad, dependen sobre todo del poder adquisitivo
y de la disponibilidad de la variedad u oferta de
productos. Además, en las comunidades, los
alimentos no tienen ningún tipo de fungicidas
y en la ciudad, si tienen esos componentes. Del
factor de poder adquisitivo también dependerá el
número de comidas diarias” (entrevista P8).
Respecto a la disponibilidad en los mercados
urbanos, de alimentos con alto contenido
energético que pueden provocar aumento de
peso, coinciden las percepciones encontradas
en nuestro estudio en Ecuador con estudios que
relacionan la calidad global de la alimentación
y las estrategias de aculturación alimentaria en
el contexto de Latinoamérica, entre migrantes
colombianos residentes en Chile, donde se
determinó un cambio en el patrón de alimentación
junto con una transición nutricional y alimentaria,
en relación a niveles de ingresos para gasto en
alimentos; a mayor malnutrición corresponde
inequidad en la distribución de ingresos; mientras
se encarecen alimentos nutritivos, baja el precio
de alimentos ricos en energía, cuyo consumo se
incrementa y provoca aumento de peso entre
causas, si se hace en grupos o se hace de forma
individual (28). Este proceso implica cambios en
la persona que migra y que intenta adaptarse
a un nuevo entorno; entre los cambios y las
necesidades de adaptación se sitúan los vinculados
al comportamiento alimentario (29).
De entornos comunitarios con división del
trabajo por sexo desde edades tempranas, largas
caminatas y gran fuerza física para cargar en las
espaldas los productos alimenticios por kilómetros
hasta el hogar, la migración en fronteras internas
desde la selva amazónica a la ciudad y a la oferta
de bienes y servicios que se pueden adquirir
en el mercado, provoca cambios y necesidades
de adaptación a los nuevos espacios, tiempos,
costumbres, culturas, alimentos. La investigación
de campo, tanto como las entrevistas y testimonios
indican que, en las comunidades de la selva, tanto
kichwa como achuar es prácticamente inexistente
el uso de grasas y azúcar refinada, mientras la sal
es un producto escaso y apreciado; las comidas
son naturales y desabridas. Alimentos crudos,
asados, cocidos y ahumados son la constante.
Aunque consumen hungurahua (Oenocarpus
batahua), morete (Mauriria flexuosa), maní de
árbol (Caryodendron orinocense), maní (Arachis
hipogaea), ticazo (Plukenetia volubilis) pasu
(Grias cauliflora), gallinas y peces que tienen
su grasa natural, en general no se consume
grasa pura, sintetizada, extraída como aceites y
mantecas. En la población migrante puede influir el
comportamiento alimentario que pudiera provocar
enfermedades crónicas no transmisibles asociadas
al fenómeno migratorio por el alto consumo de
azúcares simples o refinadas, consumo de grasas
saturadas, que finalmente provocan enfermedades
cardiovasculares, hipertensión, obesidad y
diabetes (30).
Al considerar las diferencias entre regiones al
interior del país, se aprecia que la población que sale
de las zonas rurales hacia áreas urbanas está sujeta
a cambios en sus costumbres de alimentación y es
considerada un grupo de población vulnerable en
términos de seguridad alimentaria (31). El nivel de
ingresos, en estas familias, se asocia al número de
calorías disponibles en los hogares; sin embargo,
no existe una asociación significativa entre el
tiempo de haber llegado a la ciudad y el tipo y
variedad de alimentos disponibles que consumen.
Los entrevistados manifestaron que en lo esencial,
cuando hay disponibilidad de alimentos, no han
cambiado sus preferencias. Todavía hay que
profundizar en la discusión de las implicaciones de
la migración rural urbana de la población indígena
en relación a la calidad de su dieta.
Con la mayor oferta de educación pública
universitaria se aprecia que la mayor parte de
los hogares generan aspiración de acceso de los
jóvenes a la ciudad y migran de centros rurales a
urbanos. La migración del campo a la ciudad genera
desequilibrios estructurales porque las familias
agropecuarias, cambian su rol desde la producción
de oferta alimentaria del país a consumidores
demandantes de alimentos y mano de obra no
calificada en la urbe (32). Los cambios en la ciudad
implican casos en los que no se desayuna y en
que la comida tiene más alimentos fritos que en
la comunidad, donde casi no existen grasa, arroz
y embutidos, todos con costo de adquisición que
no era muy corriente en la comunidad. Aumenta la
ingesta de carbohidratos mientras ha disminuido
la cantidad de ejercicio físico respecto a la vida en
la comunidad (33). En las entrevistas realizadas se
destaca:
“En las comunidades amazónicas, la tradición
de consumir la chicha como un refresco natural
y la alimentación a base de carbohidratos (papa
china, yuca, verde) no ha cambiado mucho a
través del tiempo. El mayor cambio se evidencia
en la incorporación de alimentos prefabricados
o preelaborados. Sin embargo, su alimentación
como fuente de producción es lo que la naturaleza
les ofrece en cuanto a la disponibilidad de la
proteína que posee alto valor biológico, solo que
es escasa. Respecto a los cambios en la dieta
que se dan al venir de las comunidades hacia la
ciudad, dependen sobre todo del poder adquisitivo
y de la disponibilidad de la variedad u oferta de
productos. Además, en las comunidades, los
alimentos no tienen ningún tipo de fungicidas
y en la ciudad, si tienen esos componentes. Del
factor de poder adquisitivo también dependerá el
número de comidas diarias” (entrevista P8).
Respecto a la disponibilidad en los mercados
urbanos, de alimentos con alto contenido
energético que pueden provocar aumento de
peso, coinciden las percepciones encontradas
en nuestro estudio en Ecuador con estudios que
relacionan la calidad global de la alimentación
y las estrategias de aculturación alimentaria en
el contexto de Latinoamérica, entre migrantes
colombianos residentes en Chile, donde se
determinó un cambio en el patrón de alimentación
junto con una transición nutricional y alimentaria,
en relación a niveles de ingresos para gasto en
alimentos; a mayor malnutrición corresponde
inequidad en la distribución de ingresos; mientras
se encarecen alimentos nutritivos, baja el precio
de alimentos ricos en energía, cuyo consumo se
incrementa y provoca aumento de peso entre
75ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
migrantes, situación que se agrava por el escaso
apoyo a la agricultura en muchos países (33, 34,
35).
Sin duda, el fortalecimiento económico mediante
la creación de empleo rural emergente y la
provisión de servicios de calidad, amplios y
suficientes, incluyendo la educación pública, en
las regiones menos atendidas, puede regularizar
la migración interna (18) y con ello mejorar la
provisión de alimentos sanos, la nutrición y la salud
en la población rural.
Para los pueblos indígenas que viven de la tierra,
las necesidades básicas son suplidas por el entorno,
por el conocimiento del medio, por el trabajo y los
excedentes que se obtienen de él, básicamente con
mayor actividad física. Las actividades asociadas a
la alimentación van más allá de la transformación
del alimento, incluyen un entramado de prácticas,
saberes y relaciones con seres no humanos como
las plantas, animales, minerales, así como con
los dueños espirituales del territorio. Es por
esta razón que cuando se refiere a los sistemas
alimentarios de los pueblos indígenas amazónicos,
se deben tener en cuenta sus interrelaciones o
sistemas de uso de la biodiversidad (36). Para las
comunidades indígenas habría tres esferas básicas
en la vida: 1) el buen vivir (sumak kawsay) que
implica una vida estable, segura, de bienestar,
en las relaciones con los demás seres humanos,
no humanos y más que humanos que pueblan la
selva, 2) la tierra sin mal (sumak allpa) que implica
una tierra vigorosa, fértil, sin contaminación, de
la cual se puede hacer uso según las necesidades
alimentarias, de recreación, de reproducción
social, 3) el conocimiento de ese medio en el que
se vive (sacha runa yachay) generado en la práctica
de la vida, como un entrenamiento de hombres
y mujeres, en el respeto a la selva y sus seres y
una participación en valores para compartir, usar
y prodigar lo que sea necesario. Esta vida armónica
origina la tendencia de los pueblos indígenas en
Pastaza para conservar el territorio vivo, viviente
(kawsak sacha), respetable y respetado (37, 38, 39)
La alimentación, a su vez, implica bienestar, como
una calidad que previene males, es que la estrecha
relación salud-naturaleza se puede entender a
través del ejercicio de prácticas tradicionales a
partir de los sistemas de conocimiento que incluyen
alimentación hasta conocimiento chamánico,
que involucra el saneamiento y la legalización
territorial, su ordenamiento y aprovechamiento de
4. Discusión
los recursos. Al ser concertados estos aspectos en
un manejo de territorios indígenas, se evidencia
la relación alimentación, salud-territorio (40) en
las comunidades rurales cuando pueden tener,
mantener y manejar sus recursos, lo cual no es
posible en el sector urbano donde ni siquiera
tienen propiedad de un predio, menos de un
espacio para cultivar productos.
Los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas
amazónicos se caracterizan por ser heterogéneos y
complejos, ya que comprenden diferentes medios
y formas de obtención del alimento como la caza,
la pesca, la recolección y la horticultura. Todos
ellos comparten el rasgo común de que se llevan a
cabo respetando y conservando la naturaleza (41).
Las comunidades indígenas, incluyendo la
kichwa y la achuar de la Amazonía ecuatoriana,
como agentes reproductores de un discurso
de dominación que articula la construcción de
subjetividades, son simultáneamente actores
activos en un espacio de luchas y tensiones
sociales, que incluyen origen, migraciones,
alimentación y formas de uso de los recursos; si
bien se hipotetizaba que los kichwa amazónicos
pueden provenir de poblaciones andinas con
costumbres alimenticias distintas que se creían más
antiguas, como se ha expresado en discusiones de
la lógica binaria salvaje/civilizado para reivindicar
su sentido de pertenencia y cohesión social (42),
se ha evidenciado que los pueblos amazónicos
poseen una larga permanencia en esta región
(8,9,10).
Los resultados permiten afirmar que las
comunidades mantienen valores, conocimiento
del medio, adaptación amazónica e identidad y
que en su alimentación mantienen los productos
principales, yuca y plátano, también disponibles
en el mercado local. Han expresado su preferencia
por lo natural, sin contaminantes que amenazan
el medio y la cultura en el ambiente de diversidad
geográfica y biológica de la alta Amazonia
ecuatoriana, donde las poblaciones marginadas
requieren acceso a una educación de calidad y
pertinente (43). Si bien en el Ecuador ha crecido
la aspiración a la educación superior, de 97 818
aspirantes por un cupo que postularon en el
segundo semestre de 2012, a 247 687 aspirantes
para el segundo semestre del 2019, un 8.5%
de ellos corresponde a indígenas aspirantes
registrados que deben migrar a las ciudades que
ofertan educación de calidad (43). Las prácticas
de alimentación, no son solo ingerir comida; saber
cocinar implica saber cultivar, cosechar, pescar
y recolectar. Dicho conocimiento se enlaza, por
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
migrantes, situación que se agrava por el escaso
apoyo a la agricultura en muchos países (33, 34,
35).
Sin duda, el fortalecimiento económico mediante
la creación de empleo rural emergente y la
provisión de servicios de calidad, amplios y
suficientes, incluyendo la educación pública, en
las regiones menos atendidas, puede regularizar
la migración interna (18) y con ello mejorar la
provisión de alimentos sanos, la nutrición y la salud
en la población rural.
Para los pueblos indígenas que viven de la tierra,
las necesidades básicas son suplidas por el entorno,
por el conocimiento del medio, por el trabajo y los
excedentes que se obtienen de él, básicamente con
mayor actividad física. Las actividades asociadas a
la alimentación van más allá de la transformación
del alimento, incluyen un entramado de prácticas,
saberes y relaciones con seres no humanos como
las plantas, animales, minerales, así como con
los dueños espirituales del territorio. Es por
esta razón que cuando se refiere a los sistemas
alimentarios de los pueblos indígenas amazónicos,
se deben tener en cuenta sus interrelaciones o
sistemas de uso de la biodiversidad (36). Para las
comunidades indígenas habría tres esferas básicas
en la vida: 1) el buen vivir (sumak kawsay) que
implica una vida estable, segura, de bienestar,
en las relaciones con los demás seres humanos,
no humanos y más que humanos que pueblan la
selva, 2) la tierra sin mal (sumak allpa) que implica
una tierra vigorosa, fértil, sin contaminación, de
la cual se puede hacer uso según las necesidades
alimentarias, de recreación, de reproducción
social, 3) el conocimiento de ese medio en el que
se vive (sacha runa yachay) generado en la práctica
de la vida, como un entrenamiento de hombres
y mujeres, en el respeto a la selva y sus seres y
una participación en valores para compartir, usar
y prodigar lo que sea necesario. Esta vida armónica
origina la tendencia de los pueblos indígenas en
Pastaza para conservar el territorio vivo, viviente
(kawsak sacha), respetable y respetado (37, 38, 39)
La alimentación, a su vez, implica bienestar, como
una calidad que previene males, es que la estrecha
relación salud-naturaleza se puede entender a
través del ejercicio de prácticas tradicionales a
partir de los sistemas de conocimiento que incluyen
alimentación hasta conocimiento chamánico,
que involucra el saneamiento y la legalización
territorial, su ordenamiento y aprovechamiento de
4. Discusión
los recursos. Al ser concertados estos aspectos en
un manejo de territorios indígenas, se evidencia
la relación alimentación, salud-territorio (40) en
las comunidades rurales cuando pueden tener,
mantener y manejar sus recursos, lo cual no es
posible en el sector urbano donde ni siquiera
tienen propiedad de un predio, menos de un
espacio para cultivar productos.
Los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas
amazónicos se caracterizan por ser heterogéneos y
complejos, ya que comprenden diferentes medios
y formas de obtención del alimento como la caza,
la pesca, la recolección y la horticultura. Todos
ellos comparten el rasgo común de que se llevan a
cabo respetando y conservando la naturaleza (41).
Las comunidades indígenas, incluyendo la
kichwa y la achuar de la Amazonía ecuatoriana,
como agentes reproductores de un discurso
de dominación que articula la construcción de
subjetividades, son simultáneamente actores
activos en un espacio de luchas y tensiones
sociales, que incluyen origen, migraciones,
alimentación y formas de uso de los recursos; si
bien se hipotetizaba que los kichwa amazónicos
pueden provenir de poblaciones andinas con
costumbres alimenticias distintas que se creían más
antiguas, como se ha expresado en discusiones de
la lógica binaria salvaje/civilizado para reivindicar
su sentido de pertenencia y cohesión social (42),
se ha evidenciado que los pueblos amazónicos
poseen una larga permanencia en esta región
(8,9,10).
Los resultados permiten afirmar que las
comunidades mantienen valores, conocimiento
del medio, adaptación amazónica e identidad y
que en su alimentación mantienen los productos
principales, yuca y plátano, también disponibles
en el mercado local. Han expresado su preferencia
por lo natural, sin contaminantes que amenazan
el medio y la cultura en el ambiente de diversidad
geográfica y biológica de la alta Amazonia
ecuatoriana, donde las poblaciones marginadas
requieren acceso a una educación de calidad y
pertinente (43). Si bien en el Ecuador ha crecido
la aspiración a la educación superior, de 97 818
aspirantes por un cupo que postularon en el
segundo semestre de 2012, a 247 687 aspirantes
para el segundo semestre del 2019, un 8.5%
de ellos corresponde a indígenas aspirantes
registrados que deben migrar a las ciudades que
ofertan educación de calidad (43). Las prácticas
de alimentación, no son solo ingerir comida; saber
cocinar implica saber cultivar, cosechar, pescar
y recolectar. Dicho conocimiento se enlaza, por
76Ruth Alejandra Tapia-Arias, et al.Vol. 15 Número 1 2024
tanto, con la dimensión tangible de su mundo,
donde el río, la selva, el lugar de la plantación
(chacra) y las relaciones comunitarias que implica
la casa comunal ancestral (maloca, para los
colombianos) se erigen como espacios culturales
y microcosmos que representan la inmensidad
del territorio ancestral. El saber culinario de la
práctica alimenticia de los indígenas de la región
amazónica puede tener interés en el conocimiento
gastronómico, pero también reivindica todo un
mundo, todo aquello que forma parte de su saber
tradicional (44).
En muchos países subdesarrollados, los hidratos de
carbono procedentes de los cereales representan
aproximadamente el 60 % de la ingesta total de
energía (45). El consumo de este tipo de dietas ricas
en carbohidratos produce una elevada respuesta
de la glucosa y la insulina, contribuyendo así a la
resistencia a la insulina. No obstante, la calidad
de los hidratos de carbono consumidos es tan
importante como la cantidad. Los carbohidratos de
mala calidad se digieren y absorben rápidamente,
lo que da lugar a picos de glucosa e insulina
en sangre. Los estudios observacionales han
demostrado que el consumo de alimentos de bajo
índice glucémico (IG) se asocia a un menor riesgo
de diabetes mellitus tipo 2 (46), una resistencia a
la insulina significativamente menor y una menor
prevalencia del síndrome metabólico (47).
Entre los alimentos amazónicos se destaca la
yuca, la que constituye un alimento fundamental
en las comunidades. La yuca hervida en sal tiene
un IG de 46, constituyendo un alimento idóneo
para individuos que padecen diabetes de tipo
2, aunque el tamaño de la porción administrada
no debe ser mayor a 50 g de carbohidratos
disponibles. Además, se ha asociado una mayor
ingesta de sodio con un menor IG de 24, aunque
puede que no se fomente un mayor consumo de
sal debido a los efectos perjudiciales asociados
a la salud (48, 49, 50). El plátano, por su parte,
al igual que la yuca, de amplio consumo en las
comunidades, posee adecuado valor nutricional
(51, 52). Productos elaborados a base de plátano
han mostrado bajo índice glucémico beneficioso
para la salud (52). Estos resultados tienen
implicaciones prácticas porque la yuca y el plátano,
con apreciables contenidos de carbohidratos
complejos y almidones resistentes, al ser los
alimentos prevalecientes en las comunidades de
origen y persistir en la adaptación alimentaria
de los estudiantes en la ciudad, favorecen su
nutrición, en un contexto alimentario y de salud
en Ecuador, donde existe una alta incidencia de
diabetes tipo 2, del orden del 7.1 % de la población
del país (53). Por otra parte, la gran variedad de
productos cultivables reportados en el presente
estudio tiene excelente sabor, pertenecen a la
cultura alimentaria local, pero no se conocen en
los mercados de alimentos. Su estudio podría
profundizarse para implementar suplementos
alimenticios disponibles a partir de frutos locales,
orgánicos y culturalmente aceptados.
Este estudio muestra la adaptación cultural
alimentaria que sostienen estudiantes indígenas
amazónicos ecuatorianos que migran desde
espacios rurales hacia la ciudad, en busca de
educación de calidad. Se evidencia que, en
la cultura alimentaria original en la selva, las
comunidades indígenas amazónicas ecuatorianas
muestran una tradición cultural y amplio
conocimiento de especies alimenticias que
cultivan en sistemas agrícolas adaptados al medio,
con reportes de hasta 107 especies de plantas
mantenidas en chacras en las zonas del interior,
pero que se pierden en zonas rurales cercanas a
las fronteras de colonización en la provincia de
Pastaza. Al menos un 67 % de los productos que
consumen comunidades indígenas de Pastaza en
la frontera de colonización en la región amazónica
ecuatoriana, se cultivan y gestionan en su
medio selvático, contando con el conocimiento
tradicional, una labor fructífera en la tierra y unas
condiciones de convivencia en el medio que les
permite vivir en armonía y relacionarse.
Los cambios en la alimentación que sufren los
estudiantes indígenas que migran desde el
campo a la ciudad para acceder a servicios de
educación pública, no son solo de horarios y
costumbres alimenticias, de composición de
alimentos y productos. De una alimentación
basada en los productos naturales del medio en
jornadas relacionadas al trabajo en el campo y
al conocimiento de la biodiversidad del bosque
amazónico, se pasa a una disminución del espacio
de actuación, a un sedentarismo y una erosión
de la variedad de alimentos, frutos, productos
de caza y pesca a los que no pueden acceder en
las ciudades, donde priman alimentos fuente de
carbohidratos y alimentos fritos, aspectos que
relacionan nuevos estándares de salud personal
y colectiva. Los cambios se reflejan más bien
en función del poder económico adquisitivo
que ostenten; el mayor cambio se evidencia en
la incorporación de alimentos prefabricados
o preelaborados, pero a criterio del personal
de salud, su dieta se caracteriza por ser alta en
5. Conclusiones
tanto, con la dimensión tangible de su mundo,
donde el río, la selva, el lugar de la plantación
(chacra) y las relaciones comunitarias que implica
la casa comunal ancestral (maloca, para los
colombianos) se erigen como espacios culturales
y microcosmos que representan la inmensidad
del territorio ancestral. El saber culinario de la
práctica alimenticia de los indígenas de la región
amazónica puede tener interés en el conocimiento
gastronómico, pero también reivindica todo un
mundo, todo aquello que forma parte de su saber
tradicional (44).
En muchos países subdesarrollados, los hidratos de
carbono procedentes de los cereales representan
aproximadamente el 60 % de la ingesta total de
energía (45). El consumo de este tipo de dietas ricas
en carbohidratos produce una elevada respuesta
de la glucosa y la insulina, contribuyendo así a la
resistencia a la insulina. No obstante, la calidad
de los hidratos de carbono consumidos es tan
importante como la cantidad. Los carbohidratos de
mala calidad se digieren y absorben rápidamente,
lo que da lugar a picos de glucosa e insulina
en sangre. Los estudios observacionales han
demostrado que el consumo de alimentos de bajo
índice glucémico (IG) se asocia a un menor riesgo
de diabetes mellitus tipo 2 (46), una resistencia a
la insulina significativamente menor y una menor
prevalencia del síndrome metabólico (47).
Entre los alimentos amazónicos se destaca la
yuca, la que constituye un alimento fundamental
en las comunidades. La yuca hervida en sal tiene
un IG de 46, constituyendo un alimento idóneo
para individuos que padecen diabetes de tipo
2, aunque el tamaño de la porción administrada
no debe ser mayor a 50 g de carbohidratos
disponibles. Además, se ha asociado una mayor
ingesta de sodio con un menor IG de 24, aunque
puede que no se fomente un mayor consumo de
sal debido a los efectos perjudiciales asociados
a la salud (48, 49, 50). El plátano, por su parte,
al igual que la yuca, de amplio consumo en las
comunidades, posee adecuado valor nutricional
(51, 52). Productos elaborados a base de plátano
han mostrado bajo índice glucémico beneficioso
para la salud (52). Estos resultados tienen
implicaciones prácticas porque la yuca y el plátano,
con apreciables contenidos de carbohidratos
complejos y almidones resistentes, al ser los
alimentos prevalecientes en las comunidades de
origen y persistir en la adaptación alimentaria
de los estudiantes en la ciudad, favorecen su
nutrición, en un contexto alimentario y de salud
en Ecuador, donde existe una alta incidencia de
diabetes tipo 2, del orden del 7.1 % de la población
del país (53). Por otra parte, la gran variedad de
productos cultivables reportados en el presente
estudio tiene excelente sabor, pertenecen a la
cultura alimentaria local, pero no se conocen en
los mercados de alimentos. Su estudio podría
profundizarse para implementar suplementos
alimenticios disponibles a partir de frutos locales,
orgánicos y culturalmente aceptados.
Este estudio muestra la adaptación cultural
alimentaria que sostienen estudiantes indígenas
amazónicos ecuatorianos que migran desde
espacios rurales hacia la ciudad, en busca de
educación de calidad. Se evidencia que, en
la cultura alimentaria original en la selva, las
comunidades indígenas amazónicas ecuatorianas
muestran una tradición cultural y amplio
conocimiento de especies alimenticias que
cultivan en sistemas agrícolas adaptados al medio,
con reportes de hasta 107 especies de plantas
mantenidas en chacras en las zonas del interior,
pero que se pierden en zonas rurales cercanas a
las fronteras de colonización en la provincia de
Pastaza. Al menos un 67 % de los productos que
consumen comunidades indígenas de Pastaza en
la frontera de colonización en la región amazónica
ecuatoriana, se cultivan y gestionan en su
medio selvático, contando con el conocimiento
tradicional, una labor fructífera en la tierra y unas
condiciones de convivencia en el medio que les
permite vivir en armonía y relacionarse.
Los cambios en la alimentación que sufren los
estudiantes indígenas que migran desde el
campo a la ciudad para acceder a servicios de
educación pública, no son solo de horarios y
costumbres alimenticias, de composición de
alimentos y productos. De una alimentación
basada en los productos naturales del medio en
jornadas relacionadas al trabajo en el campo y
al conocimiento de la biodiversidad del bosque
amazónico, se pasa a una disminución del espacio
de actuación, a un sedentarismo y una erosión
de la variedad de alimentos, frutos, productos
de caza y pesca a los que no pueden acceder en
las ciudades, donde priman alimentos fuente de
carbohidratos y alimentos fritos, aspectos que
relacionan nuevos estándares de salud personal
y colectiva. Los cambios se reflejan más bien
en función del poder económico adquisitivo
que ostenten; el mayor cambio se evidencia en
la incorporación de alimentos prefabricados
o preelaborados, pero a criterio del personal
de salud, su dieta se caracteriza por ser alta en
5. Conclusiones
77ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
6. Declaración de conflicto de interés
7. Limitación de responsabilidad
8. Fuentes de apoyo
alimentos fuente de carbohidratos y baja en
vegetales, frutas y fuentes de proteína, es decir, no
está equilibrada. Se trataría de una dieta carente
en la cantidad de nutrientes que necesita para
completar las necesidades calóricas en cualquier
etapa que se encuentre de vida.
A pesar de que se estigmatiza el consumo de yuca
y plátano por su composición de carbohidratos,
la transformación en bebidas de chicha
confiere otras características a estos alimentos
prevalecientes, así como se ha reportado que no
tienen un peso excesivo en el índice glucémico.
Hay consecuentemente necesidad de profundizar
en características contextualizadas con estudios
basados en el lugar, que permitan sustentar
políticas públicas sobre nutrición desde una
perspectiva intercultural.
En continuación de los estudios, se precisa
relacionar la alimentación con la evolución de
habilidades cognitivas y sociales, necesarias
en el desarrollo de las personas, así como
se necesita profundizar en los estudios de la
composición y bondades nutricionales de la
inmensa biodiversidad alimentaria amazónica,
para incorporar en los suplementos alimenticios
los productos saludables, culturalmente aceptados
que están en el conocimiento y uso de pueblos
con una tradición milenaria de cultivo adaptado
al medio amazónico.
Los autores declaran que no tienen ningún
conflicto de intereses que pueda afectar de
manera adversa la integridad y fiabilidad de lo
expresado en el manuscrito.
Los autores declaran que todos los puntos
de vista expresados en el manuscrito son de
entera responsabilidad de los autores y no de la
institución en la que trabajan o de la cual proviene
su financiación.
Los autores agradecen el financiamiento del
proyecto “Papel de la microbiota intestinal en
el control de infecciones parasitarias: un aporte
para mejorar el estado nutricional y cognitivo de
niños y niñas de la Sierra y Amazonía Ecuatoriana
-proyecto GUAGUA”, financiado por la Escuela
Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH),
del proyecto “Estudio del efecto antioxidante
e inmunológico de productos alimenticios de la
Amazonía y su aplicación en la preparación de un
complemento alimenticio -proyecto: MIKUNA”,
financiado por la ESPOCH, y del proyecto
“Pluralismo eco cultural en educación de calidad
en la Amazonia ecuatoriana UEA: ID-FA-PSA 001
2018”, financiado por la Academia de Ciencias de
Finlandia (318665).
9. Referencias bibliográficas
1. Thomson, A., Metz, M. y FAO. Implicaciones
de las políticas económicas en la seguridad
alimentaria: Manual de capacitación. Roma,
Italia. 1999.
2. Lovendal, C. R. y Knowles, M. Tomorrow's
hunger: A framework for analysing vulnerability
to food security. Research Paper, UNU-WIDER,
United Nations University (UNU). 2006.
3. Arias-Gutiérrez, R.; Pérez, M.; Tapia, A. &
Lozano, P. Cultura alimentaria en comunidades
amazónicas. (2018). En: Toulkerides, T. &
Heredia, M. (Eds). Amazonia exótica, natural,
antrópica, turística. UEA-ESPE. Quito-Ecuador.
2018.
4. Calderón Juan Camilo, Cruz Rodríguez Leisy,
Rosero Medina Diego Fernando, Dussan Chaux
Juan David, Arias Torres Dolly. COVID-19: una
oportunidad para revitalizar la autonomía
alimentaria en comunidades indígenas.
Revista de Saúde Coletiva, Rio de Janeiro, 33,
e33089. 2023. DOI: http://dx.doi.org/10.1590/
S0103-7331202333089.
5. Begossi, A. y Dias de Ávila, F. (2003). Wssd
2002, Latin America and Brazil: Biodiversity and
Indigenous People. Environment, Development
and Sustainability, 5(1), 179-195.
6. Iwamura, T., Lambin, E., Silvius, K., Luzar, J.
y Fragoso, J. (2014). Agent-based modeling
of hunting and subsistence agriculture on
indigenous lands: Understanding interactions
between social and ecological systems.
Environmental Modelling and Software, 58,
109-127.
7. Mistry, J. y Berardi, A. (2016). Environment.
Bridging indigenous and scientific knowledge.
Science, 352(6291), 1274-1275.
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
p. 66-80
6. Declaración de conflicto de interés
7. Limitación de responsabilidad
8. Fuentes de apoyo
alimentos fuente de carbohidratos y baja en
vegetales, frutas y fuentes de proteína, es decir, no
está equilibrada. Se trataría de una dieta carente
en la cantidad de nutrientes que necesita para
completar las necesidades calóricas en cualquier
etapa que se encuentre de vida.
A pesar de que se estigmatiza el consumo de yuca
y plátano por su composición de carbohidratos,
la transformación en bebidas de chicha
confiere otras características a estos alimentos
prevalecientes, así como se ha reportado que no
tienen un peso excesivo en el índice glucémico.
Hay consecuentemente necesidad de profundizar
en características contextualizadas con estudios
basados en el lugar, que permitan sustentar
políticas públicas sobre nutrición desde una
perspectiva intercultural.
En continuación de los estudios, se precisa
relacionar la alimentación con la evolución de
habilidades cognitivas y sociales, necesarias
en el desarrollo de las personas, así como
se necesita profundizar en los estudios de la
composición y bondades nutricionales de la
inmensa biodiversidad alimentaria amazónica,
para incorporar en los suplementos alimenticios
los productos saludables, culturalmente aceptados
que están en el conocimiento y uso de pueblos
con una tradición milenaria de cultivo adaptado
al medio amazónico.
Los autores declaran que no tienen ningún
conflicto de intereses que pueda afectar de
manera adversa la integridad y fiabilidad de lo
expresado en el manuscrito.
Los autores declaran que todos los puntos
de vista expresados en el manuscrito son de
entera responsabilidad de los autores y no de la
institución en la que trabajan o de la cual proviene
su financiación.
Los autores agradecen el financiamiento del
proyecto “Papel de la microbiota intestinal en
el control de infecciones parasitarias: un aporte
para mejorar el estado nutricional y cognitivo de
niños y niñas de la Sierra y Amazonía Ecuatoriana
-proyecto GUAGUA”, financiado por la Escuela
Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH),
del proyecto “Estudio del efecto antioxidante
e inmunológico de productos alimenticios de la
Amazonía y su aplicación en la preparación de un
complemento alimenticio -proyecto: MIKUNA”,
financiado por la ESPOCH, y del proyecto
“Pluralismo eco cultural en educación de calidad
en la Amazonia ecuatoriana UEA: ID-FA-PSA 001
2018”, financiado por la Academia de Ciencias de
Finlandia (318665).
9. Referencias bibliográficas
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Environmental Modelling and Software, 58,
109-127.
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78Ruth Alejandra Tapia-Arias, et al.Vol. 15 Número 1 2024
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Precursor of Té Zulay. Latin American Antiquity,
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11. Rostain, S., Dorison, A., de Saulieu, G.,
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79ADAPTACIÓN CULTURAL ALIMENTARIA EN ESTUDIANTES
INDÍGENAS AMAZÓNICOS ECUATORIANOS.Vol. 15 Número 1 2024
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