133Vol. 15 Número 1 2024
p. 133-142
ANEURISMA DE LA AORTA. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.
RESUMEN
ABSTRACT
Aortic aneurysm. A bibliographic review
ANEURISMA DE LA AORTA. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
(1, 2, 3, 4) Carrera de Medicina, Facultad Salud Pública, Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Panamericana Sur km 1 1/2, Riobamba, Ecuador, EC060155, Riobamba, Ecuador.
(5) Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional de Chimborazo, Panamericana Sur km 1 1/2, Riobamba, Ecuador, EC060155, Riobamba, Ecuador.
Autor de correspondencia:
Correo electrónico: f_maldonado@espoch.edu.ec
Introducción: La aorta se concibe como el vaso de mayor proporción del sistema circulatorio, se origina en el ventrículo izquierdo y
posibilita la circulación arterial y riego sanguíneo al organismo. El daño o debilitamiento de las paredes de la aorta puede resultar en
aneurisma aórtico. La dilatación anormal en la parte ascendente se origina gracias a alteraciones de la perfusión, que fragmenta la
elastina y posibilita la deposición de colágeno, lo que no solo debilita las paredes aórticas, sino que reducen su resistencia mecánica
el incrementan el riesgo de rotura. Objetivo: Ejecutar una revisión sistemática actualizada sobre los fundamentos teórico-clínicos del
aneurisma aórtico. Método: Revisión Bibliográfica. Resultados y discusión: A partir de la revisión de los 32 documentos seleccionados y
la aplicación de criterios de inclusión y exclusión, la evidencia científica demuestra que en el ámbito sanitario cobra relevancia clínica la
presencia de dos clases de aneurismas aórticos: el aneurisma de aorta abdominal (AAA) y el aneurisma de aorta torácica (AAT), que, si bien
se desarrollan en la aorta, resultan independientes en relación con su etiología y patogenia. Conclusiones: AAA y AAT son asintomáticas,
por lo que el diagnóstico y tratamiento suelen ser tardíos; sin embargo, los aneurismas aórticos son más frecuentes y presentan mayor
prevalencia en hombres que en mujeres. La detección temprana de la ruptura de un aneurisma es crítica, pues el proceso quirúrgico se
concibe como la mejor opción para mejorar la supervivencia de los pacientes.
Palabras claves: aneurisma de aorta, aneurisma de aorta abdominal, aorta torácica.
Introduction: Aorta is the largest blood vessel in the circulatory system, originating in the left ventricle and enabling arterial circulation
and blood supply to the body. Damage or weakening of the aortic walls can result in aortic aneurysm. Abnormal dilatation in the ascending
part is caused by perfusion alterations, which fragment elastin and enable collagen deposition, which not only weakens the aortic walls
but also reduces their mechanical resistance and increases the risk of rupture. Objective: To perform an updated systematic review on
the theoretical and clinical foundations of aortic aneurysm. Method: Bibliographic review. Results and discussion: From the review of the
32 selected papers and the application of inclusion and exclusion criteria, the scientific evidence shows that in the health care setting, the
presence of two classes of aortic aneurysms becomes clinically relevant: abdominal aortic aneurysm (AAA) and thoracic aortic aneurysm
(TAA), which, although they develop in the aorta, are independent about their etiology and pathogenesis. Conclusions: AAA and TAA are
asymptomatic, so diagnosis and treatment are usually late; however, aortic aneurysms are more frequent and more prevalent in men
than in women. Early detection of aneurysm rupture is critical since surgery is considered the best option to improve patient survival.
Keywords: Aortic aneurysm, abdominal aortic aneurysm, thoracic aorta.
Facultad de
Salud Pública
ARTÍCULO DE REVISIÓN Historial del artículo: Recibido: 01/02/2024 · Aceptado: 14/05/2024 · Publicado: 23-07-2024
https://cssn.espoch.edu.ec
iD iD iDMario Alejandro Brito García ¹ María de los Ángeles Villegas Ortiz ² Vivian Lucia Lobato Tenelanda ³
mario.brito@espoch.edu.ec maria.villegas@espoch.edu.ec vivian.lobato@espoch.edu.ec
iD iDFausto Vinicio Maldonado Coronel ⁴ * Katherine Maldonado Coronel ⁵
f_maldonado@espoch.edu.ec katherine.maldonado@unach.eu.ec
CSSNLa Ciencia al Servicio de la Salud y la Nutrición
REVISTA CIENTÍFICA DIGITAL

DOI: https://10.47187/cssn.Vol15.Iss1.279
134Mario Alejandro Brito García, et al.Vol. 15 Número 1 2024
El cuerpo humano está formado por una red
de vasos sanguíneos que facilita el intercambio
gaseoso y el aporte de nutrientes. Así, la arteria
aorta se concibe como el vaso sanguíneo de mayor
proporción del cuerpo humano y constituye el
primer mecanismo de transporte sanguíneo (1).
En condiciones normales, la aorta posee paredes
gruesas capaces de resistir la presión arterial
normal. No obstante, cuando una persona
presenta patologías genéticas o traumatismos,
es posible que las paredes de la aorta se vean
afectadas y ocasionen daño o debilitamiento de las
paredes de la arteria, lo cual, al paso de la sangre
y la presión ejercida por la misma, puede acelerar
o propiciar el desarrollo del aneurisma, definido
como un crecimiento anormal de la arteria (2,3).
Un aneurisma aórtico se puede visualizar mediante
la presencia de un bulto con aspecto similar a
un globo o de forma tubular. Además, debido a
su extensión y recorrido, esta patología puede
desarrollarse en cualquier parte de la aorta (2,4).
En el ámbito sanitario cobra relevancia clínica la
presencia de dos clases de aneurismas aórticos:
el aneurisma de aorta abdominal (AAA) y el
aneurisma de aorta torácica (AAT), que, si bien se
desarrollan en la aorta, resultan independientes
en relación con la causa de origen y factores de
riesgo que desencadenaron la anomalía arterial (2).
El AAA se presenta con mayor frecuencia y se
esarrolla en la porción abdominal que atraviesa por
la zona del estómago, donde la arteria se encarga
del transporte gaseoso desde el corazón hacia los
tejidos que forman los órganos del abdomen y de
las extremidades inferiores (5).
El AAT es menos frecuente, se desarrolla en la
porción torácica de la aorta, es decir, el área
de la arteria que atraviesa la parte superior del
diafragma (6).
Si bien la clínica de la enfermedad resulta variable,
en muchos casos el aneurisma aórtico se desarrolla
y crece de forma asintomática, aunque en algunos
el paciente experimenta dolor inusual de la parte
baja de la espalda, dolor abdominal y de las
extremidades inferiores, aceleración del ritmo,
hipotensión, náusea, vómito, entre otros (7,8). Al
mismo tiempo, cuando el ensanchamiento de las
paredes de la aorta crece en demasía, las paredes
de la arteria pueden estallar (6).
El aneurisma aórtico es una patología poco
frecuente, sin embargo, las complicaciones
en pacientes mayores pueden ser letales; por
tal motivo, en pro de cumplir con el objetivo
planteado para esta revisión bibliográfica, se
partió de la búsqueda, selección y análisis de
información específica relacionada con el tema
de investigación, facilitando la comprensión de
los aspectos teóricos y clínicos que permitieran
conocer de forma adecuada el desarrollo de la
enfermedad.
2.1. Diseño
Basado en el tipo de documento, el diseño
empleado fue el descriptivo, cuya flexibilidad
permitió abordar de manera adecuada aspectos
relevantes del tema de investigación, para cumplir
con el objetivo planteado inicialmente, gracias al
análisis minucioso de la información seleccionada.
2.2. Estrategia de búsqueda.
Para la revisión sistemática se aplicó el método
PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic
Reviews and Meta-Analyses) que no solo avala la
captura de toda la información recomendada, sino
que ostenta criterios de elegibilidad, estrategia de
búsqueda, fuentes de información y fases para
1. Introducción
2. metodología
Por ello, el diagnóstico y tratamiento adecuado
y oportuno pueden marcar la diferencia entre
la vida y la muerte, mediante la aplicación de
procedimientos que retrasen el crecimiento y
prevengan complicaciones graves y potencialmente
mortales (9,10).
Así, conscientes de la relevancia del tema, el
objetivo de este estudio se centra en: Investigar
los fundamentos teórico-clínicos del aneurisma
aórtico.
La información descrita y detallada en este trabajo
proporciona un acercamiento a una patología que
afecta a millones de personas. Así también, debido
a las características propias de la enfermedad, esta
pasa desapercibida en muchos casos, elevando
considerablemente el riesgo de muerte, por
lo que conocer su clínica y desarrollo permite
establecer un diagnóstico y tratamiento oportuno.
En consecuencia, se establece la siguiente
pregunta de investigación, relacionada con el
objetivo planteado: ¿La ejecución de una revisión
sistemática puede brindar una actualización sobre
los fundamentos teórico-clínicos del aneurisma
aórtico?
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ANEURISMA DE LA AORTA. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.
Finalmente, analizados los documentos
preseleccionados, se escogió solo 32 que
guardaron elevada relevancia y pertinencia con
el objeto de estudio. Estos documentos incluyen:
artículos originales, revisiones bibliográficas y
libros de elevada calidad, que garantizaron un
aporte científico y académico para la redacción
de este documento.
4.1. Aorta
Los 32 estudios concuerdan en que la aorta se
considera la arteria más grande del cuerpo humano,
por cuyo interior fluyen grandes cantidades de
contenido sanguíneo que transportan gases y
nutrientes a diferentes partes del organismo. Esta
arteria mide aproximadamente 2.5 cm de diámetro,
tiene contacto directo con el ventrículo izquierdo
cardiaco, el cual le provee sangre con gran contenido
en oxígeno distribuido a todo el organismo, excepto
a los pulmones (1).
Cuando esta sale del corazón se ramifica en arterias
de menor calibre, donde la sangre oxigenada es
transportada hacia la cabeza y las extremidades
superiores. Al mismo tiempo, la aorta cambia de
posición mediante un arqueo hacia la parte inferior
del cuerpo, donde se ramifica y distribuye sangre
oxigenada hacia la zona inferior del abdomen a la
3. Resultados
4. Discusión
la recolección de los datos (11). La búsqueda se
efectuó en las bases de datos: Google académico,
PubMed, SCielo, OvidSalud y ELSEVIER, por contar
con un extenso número de publicaciones en el
área de estudio.
2.3. Criterios de inclusión y exclusión
Como estrategia de selección de documentos se
enfatizó en la aplicación de criterios de inclusión
y exclusión, que consideraron tres aspectos
esenciales: tiempo de publicación (últimos 5 años,
de noviembre de 2018 a noviembre de 2023),
idioma (español e inglés) y tipo de documento
(artículos originales, de revisión, informes, páginas
web).
Criterios de inclusión
1) Tipo de documentos: artículos y libros en bases
indexadas.
2) Tiempo de publicación: publicados en el periodo:
noviembre de 2018 a noviembre de 2023.
Idiomas: escritos en español e inglés.
Criterios de exclusión:
Fuentes bibliográficas no indexadas. Así también,
se excluyeron aquellas fuentes que presentaron
sesgo de publicación (bases que solo indexan
artículos con resultados positivos), o los sesgos
relacionados con la selección, confusión y medición
de las variables de estudio.
2.4. Extracción y análisis de la información
Para incrementar la eficacia del proceso se aplicó
la búsqueda avanzada ofrecida por Google Scholar
y Crossref, lo que garantizó un mejor filtrado de
los términos presentados. De la misma manera,
fueron empleados los operadores booleanos que
facilitan la encadenación entre los conceptos
(12). Concretamente, en la búsqueda booleana
se utilizaron los operadores “AND” para precisar
la búsqueda que contuviera todos los términos
y “OR” con el fin de conseguir resultados en
los cuales se encuentren uno u otro término
empleado. Fueron consideradas las siguientes
combinaciones:
1.- Aneurisma AND Aórtico
2.- Aneurisma OR Aorta
3.- Aneurisma AND (Aorta Abdominal OR Aorta
Torácica).
Las palabras clave consideradas pudieron
identificarse tanto en el título como en el resumen
de los documentos revisados.
La búsqueda inicial partió de la ecuación
“Aneurisma Aórtico”, la cual evidenció 16300
coincidencias, por lo que, con el objetivo de
reducir el número de documentos y garantizar
la relevancia de la investigación se aplicaron los
criterios de inclusión y exclusión previamente
definidos, los que dejaron como resultado
206 documentos apegados a los criterios de
selección. Posteriormente, se redujo el número
de documentos con base en los datos de filiación
completos y pertinencia de título, seleccionando 83
escritos, los cuales fueron analizados brevemente
tomando en consideración acápites importantes
como el resumen, introducción y conclusiones.
Adicionalmente, se revisaron sus referencias
bibliográficas para hallar fuentes primarias de
información.
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altura de la parte superior de la pelvis. En esta zona
se da paso a una nueva bifurcación de la aorta, la
cual forma las dos arterias ilíacas, encargadas de
suministrar el fluido sanguíneo rico en oxígeno hacia
las extremidades inferiores (1,6).
4.2. Aneurisma Aórtico
Así también, las 32 investigaciones se refieren que,
en condiciones normales, la aorta posee paredes
gruesas capaces de resistir la presión arterial
normal. No obstante, cuando una persona presenta
patologías genéticas o traumatismos, es posible que
las paredes de la aorta se vean afectadas y provoquen
daño o debilitamiento de las paredes de la arteria, lo
cual, al paso de la sangre y la presión ejercida por la
misma, puede acelerar o propiciar el desarrollo del
aneurisma, definido como un crecimiento anormal
de la arteria (2).
Un aneurisma aórtico se puede visualizar mediante
la presencia de un bulto con aspecto similar a un
globo o a una forma tubular; debido a su extensión
y recorrido, esta patología puede desarrollarse en
cualquier parte de la aorta (2,4).
4.3. Clases de aneurisma aórtico
Desde la perspectiva de los autores consultados, el
recorrido de la arteria aorta es extenso, por lo que un
aneurisma puede desarrollarse en cualquier parte de
su recorrido. Las alteraciones aórticas con relevancia
clínica son la neurisma de aorta abdominal (AAA) y el
aneurisma de aorta torácica (AAT); ambas patologías,
aunque se desarrollan en la aorta, su etiología y
factores de riesgo son distintos. (2).
4.4. Aneurisma Aórtico Abdominal – AAA
Según los investigadores seleccionados en la
revisión sistemática, el AAA tiene como punto de
origen la arteria aorta situada en la parte profunda
del abdomen, anterior a la columna vertebral (13).
Este se produce cuando existe un debilitamiento
en la pared de la aorta abdominal, lo que hace que
sobresalga o expanda, formando un ensanchamiento
o especie de bulto (1).
Desde el punto de vista clínico, es usual que, con
el paso de los años, las paredes de las arterias se
debiliten y/o ensanchen, por lo que la presión de
bombeo de la sangre en el interior de la aorta puede
ocasionar la protrusión de esta hacia el exterior,
formando el denominado aneurisma y en este caso
en específico un aneurisma de la aorta abdominal o
triple A (3,14).
Epidemiológicamente hablando, según Figueroa
et al. (6) el AAA varía según la edad, el sexo y la
geografía, es más frecuente en pacientes masculinos
donde abarca del 1.9 % al 18.5 % y del 0 % al 4.2 %
en féminas.
Al mismo tiempo, varios autores (6,15) han
demostrado que el AAA se produce por la
aterosclerosis, caracterizada por el acumulamiento
de material graso y otras sustancias en la luz del vaso
sanguíneo, que forma depósitos duros o blandos
llamados placas que a su vez obstruyen el flujo
sanguíneo normal e incrementan la presión interna
de la arteria.
Entre los principales factores de riesgo vinculados al
desarrollo del AAA sobresale la edad y el sexo, pues
se presenta regularmente en pacientes masculinos
de edad superior o igual a los 60 años, con una
prevalencia de AAA en hombres 6:1 frente a mujeres
(6).
Desde la perspectiva de otros investigadores (16,17),
los estilos de vida relacionados con el consumo de
tabaco incrementan el desarrollo y el riesgo de
ruptura de los AAA, sobre todo en la población
caucásica, teniendo menor impacto en la población
hispana, afroamericana y asiática.
La historia familiar tiene un rol protagónico en el
desarrollo del AAA, sobre todo en parientes de
primer grado de consanguineidad, y aunada a
factores genéticos y a síndromes como el de Marfan,
Ehlers-Danlos y Loeys-Dietz, responsables directos
del AAA, pese a que todavía no se ha identificado
ningún gen o polimorfismo específico relacionado
con esta patología (6).
Finalmente, como destacan algunos investigadores
(6,18) la presencia de enfermedades subyacentes o
comorbilidades en pacientes mayores de 60 años
resultan relevantes para el desarrollo de la AAA. Así,
pacientes con enfermedad arterial coronaria, ECV,
hipertensión e hipercolesterolemia tienen mayor
predisposición a desarrollar AAA.
Los AAA son de desarrollo lento y progresivo,
generalmente asintomáticos y se presentan con
frecuencia en pacientes con sobrepeso, obesidad
y mayores de 60 años; los signos y síntomas son
variables y dependen en gran medida del tipo de
paciente, ubicación y forma del aneurisma, sin
embargo, cuando este se rompe, pueden aparecer de
forma súbita. Entre los principales signos y síntomas
se encuentran:
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ANEURISMA DE LA AORTA. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.
- Dolor intenso y persistente a nivel abdominal o
de la parte baja de la espalda
- Dolor que irradia hacia la ingle, los glúteos o
extremidades inferiores
- Sensación de cansancio y mareo
- Desmayo
- Vértigo
- Sudoración fría
- Náusea y vómito
- Taquicardia
- Shock (2,19).
La mayoría de estudios coincide en que la base del
diagnóstico es la historia clínica completa y detallada
del paciente y el cuadro de salud que afronta, para lo
cual se necesita realizar un examen físico, pruebas de
laboratorio y estudios de imagen, entre los de mayor
utilidad están:
- Tomografía computarizada (TAC): este
procedimiento emplea una combinación de
radiación ionizante y tecnología computarizada
con la finalidad de obtener imágenes de cortes
corporales tanto en el plano vertical como en
el horizontal, su nitidez, calidad y transmisión
de detalles le confieren alta fidelidad, a su vez,
mediante técnicas de reconstrucción se puede
diferenciar áreas corporales y tiene alta definición
en los diferentes tipos de tejido (20).
- Imágenes por resonancia magnética: este
procedimiento se basa en la combinación de
imanes, radiofrecuencias y una computadora
donde se procesan las imágenes obtenidas de
órganos y estructuras dentro del cuerpo, con lo
cual se busca encontrar la ubicación del AAA.
- Ecografía: constituye uno de los procedimientos
más antiguos empleados en el campo médico
con múltiples beneficios. En el caso del AAA, su
utilidad radica en que gracias al uso de ondas
sonoras de alta frecuencia procesadas en un
computador se pueden crear imágenes de vasos
sanguíneos, tejidos y órganos, con lo cual se
verifica su correcto funcionamiento y el flujo
sanguíneo.
Imagen 1: ECO Doppler arterias renales AAA.
Imagen 2: Tomografía computarizada con contraste (angio-TC) AAA.
Imagen 3: Angiorresonancia magnética de AAA.
138Mario Alejandro Brito García, et al.Vol. 15 Número 1 2024
Una vez realizadas las pruebas físicas, clínicas y de
imagen, se contó con la información necesaria para
establecer el diagnóstico y proceder a la instau-
ración del tratamiento adecuado en función del
grado de complejidad de la patología, para lo
cual el médico tratante deberá analizar el estado
general de salud del paciente y sus antecedentes
médicos, signos y síntomas reportados en la histo-
ria clínica, la gravedad de la afección, farmacotera-
pia y la necesidad resolución quirúrgica. (2,22).
También se emplean procedimientos ecográficos
para controlar el tamaño y el crecimiento del aneu-
risma. Otro factor clave se relaciona con que el
paciente cambie su estilo de vida (dejar de fumar)
y hábitos alimentarios, promover la actividad física
y el consumo de comida saludable, mantener con-
trolada la presión arterial, dislipidemia y enferme-
dades crónicas (23).
En casos donde las medidas mencionadas no sean
suficientes, se procede con el tratamiento quirúr-
gico, donde se realiza una incisión en el abdomen
para visualizar el AAA y repararlo con la ayuda de
un injerto sintético, el cual se une a la aorta por
medio de una sutura (6,24).
Otro procedimiento quirúrgico denominado Rep-
aración endovascular del aneurisma se diferen-
cia con el anterior en que en el primero se hacen
pequeñas incisiones en la ingle y con el apoyo de
los rayos X se puede reparar el aneurisma (24,25).
Otros autores (19,21) entienden que en la may-
oría de casos de los AAA asintomáticos, solo se
requiere intervención quirúrgica cuando el aneu-
risma tiene un tamaño mayor a 5 cm y su índice
Al igual que en el AAA, los signos y síntomas del
AAT pueden ser nulos y solo hacerse visibles en
Tabla 1: Aneurisma Aórtico Torácico y causas.
Imagen 4: Angiotomografía de AAA.
de crecimiento es de 0.5 cm entre los 6 y 12 meses
a partir del diagnóstico, debido a que el AAA se
presenta generalmente en pacientes geriátricos.
La cirugía no siempre resulta viable, debido a las
condiciones clínicas del paciente y las comorbili-
dades que puede presentar.
Paralelo a ello, se debe considerar que cuando el
paciente evidencia la presencia de signos y sínto-
mas relacionados con la “explosión” de la aorta, la
cirugía inmediata es la opción obligada para redu-
cir las complicaciones y el riesgo de muerte, pues
del diagnóstico y el tratamiento oportuno depende
en gran medida que el paciente logre superar la
enfermedad y se reduzcan las tasas de mortalidad
asociadas al AAA (2,26).
4.5. Aneurisma Aórtico Torácico – AAT
El AAT se produce por un debilitamiento de la
pared de la aorta, incrementado su diámetro hasta
en un 50 % (27,28). La aorta, al salir del ventrí-
culo izquierdo sufre bifurcaciones que dan paso a
la aorta torácica ascendente, el arco aórtico y la
aorta torácica descendente. Así, cuando se habla
de AAT, se hace referencia a la presencia de un
abultamiento de la arteria en la región torácica y
en cualquiera de sus tres segmentos (29,30).
El AAT tiene menor prevalencia que el AAA, y
este se evidencia en la aorta torácica descen-
dente con mayor frecuencia. En la Tabla 1, como
expone Stanford Medicine (27), se observan las
principales clases de AAT y las causas asociadas a
su desarrollo.
Ubicación del
AAT Causas
Aneurisma to-
rácico ascen-
dente
Necrosis de la pared aórtica.
Afectación del tejido conectivo por
trastornos genéticos (Marfan y Ehler-Danlos)
Antecedentes previos de AAT
Arterioesclerosis o endurecimiento de las
arterias
Infecciones (poco frecuente).
Aneurisma de
arco aórtico to-
rácico
Arteritis de Takayasu
Aterosclerosis.
Presencia de aneurisma aórtico ascendente
o descendente.
Aneurisma de
aorta torácica
descendente
Ateroesclerosis
Edad (más de 60 años)
Género y antecedentes familiares
Factores genéticos
Hiperlipidemia
HTA
Consumo de tabaco
Diabetes
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ANEURISMA DE LA AORTA. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.
estadios graves de la enfermedad, también va a
depender de la ubicación, el tamaño y el índice
de crecimiento del aneurisma (6,31).
Usualmente los pacientes refieren la presencia de
dolor agudo a nivel torácico, lo que significa una
llamada de alerta para buscar atención médica
inmediata. El dolor también puede reflejarse en el
cuello y espalda baja; los pacientes con AAT suelen
presentar insuficiencia cardíaca, respiración sib-
ilante, hemoptisis, dificultad para respirar, ron-
quera, disfagia, entre otros síntomas (29,32).
De igual forma, otros investigadores (19,21) sost-
ienen que la base del diagnóstico de la patología
aórtica es clínica y requiere una alta sospecha diag-
nóstica; además, es necesario que el paciente se
realice exámenes de imagen que permitan iden-
tificar la ubicación, tamaño y gravedad del AAT,
por lo cual los exámenes de imagenología que se
suelen citar son:
- Tomografía computarizada
- Resonancia magnética
- Rayos X del pecho
- Arteriografía (angiograma)
- Ecocardiograma
- Ecocardiografía transesofágica.
Posterior a la valoración clínica y la obtención
de los resultados de laboratorio e imagen, el
médico puede establecer un diagnóstico defini-
tivo y encaminar sus acciones a la búsqueda del
tratamiento más adecuado en dependencia de la
condición clínica de cada paciente, para lo cual
considerará la edad, estado general de salud,
antecedentes médicos, farmacoterapia, gravedad
del aneurisma, pudiendo incluir como pautas de
tratamiento:
- Estudios de imagen para controlar la evolución
del aneurisma.
- Cambios en el estilo de vida y hábitos alimenti-
cios (dejar de fumar, comer de forma saludable
e incluir actividad física).
- Control farmacológico de comorbilidades como
la HTA, diabetes e hipercolesterolemia.
- Cirugía, siempre y cuando existan signos y sín-
tomas de alarma para realizar el proceso y con-
siderando la individualidad del paciente para
sobrellevar este procedimiento.
- Reparación abierta de aneurisma de aorta
torácica.
- Reparación endovascular del aneurisma (19,21).
4.6. Pronóstico y prevención
En su mayoría los estudios proponen que el
pronóstico de recuperación del paciente depende
de varios factores, no solo de la terapia o trat-
amiento ejecutado, pues al ser una enfermedad
de desarrollo en adultos mayores, suelen presen-
tarse complicaciones relacionadas con las comor-
bilidades y el estado de salud general del paciente,
pues la enfermedad cardíaca, HTA y diabetes se
conforman como factores de riesgo que elevan las
tasas de mortalidad y que contribuyen de forma
directa al desarrollo de esta afección (22,33).
Al mismo tiempo, como medidas preventivas
es necesario que los pacientes mantengan un
estilo de vida saludable, en el cual se prevenga
la ateroesclerosis, se controle la HTA y los niveles
de colesterol y triglicéridos, además, erradicar el
consumo de tabaco, mantener una alimentación
saludable e incluir tiempos determinados para
la realización de actividad física y cardiovascular
acorde a la edad y las condiciones físicas del paci-
ente (2,34).
El presente estudio confrontó las siguientes limita-
ciones: disponibilidad de recursos para el acceso a
bases especializadas, sesgo de publicación, sesgos
propios y resultados contradictorios.
A partir de la revisión de los 32 documentos selec-
cionados y la aplicación de criterios de inclusión
y exclusión, la evidencia científica demuestra que
en el ámbito sanitario alcanza relevancia clínica
la presencia de dos clases de aneurismas aórti-
cos: el aneurisma de aorta abdominal (AAA) y el
aneurisma de aorta torácica (AAT), que, si bien se
desarrollan en la aorta, resultan independientes
en relación con la causa de origen y factores de
riesgo que los desencadenan.
Epidemiológicamente hablando, las investiga-
ciones consultadas comprueban que el AAA varía
según la edad, el sexo y la geografía, y es más fre-
cuente en pacientes masculinos. Así también, esti-
los de vida relacionados con el consumo de tabaco
incrementan el desarrollo y el riesgo de ruptura
de los AAA.
Según estos autores, la historia familiar tiene un rol
protagónico en el desarrollo del AAA, sobre todo
en parientes de primer grado de consanguinei-
dad, y aunada a factores genéticos y a síndromes
5. Conclusiones
140Mario Alejandro Brito García, et al.Vol. 15 Número 1 2024
A la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo por
su contingente en la formación de profesionales.
No existe conflicto de intereses entre los autores,
las instituciones y el contenido del presente
trabajo.
Los autores no declaran conflicto de interés
alguno.
Todos los puntos de vista expresados son de entera
responsabilidad de los autores y no de la Escuela
Superior Politécnica de Chimborazo, Facultad de
Medicina o Cátedra.
Recursos propios.
No existe ninguna fuente de apoyo.
6. Agradecimientos
7. Conflicto de intereses
9. Declaración de conflicto de intereses
10. Limitación de responsabilidad
8. Financiamiento
11. Fuentes de apoyo
como el de Marfan, Ehlers-Danlos y Loeys-Dietz,
responsables directos del AAA.
Por su parte, en su mayoría las investigaciones con-
sultadas sostienen que el AAT tiene menor preva-
lencia que el AAA, y este se evidencia en la aorta
torácica descendente con mayor frecuencia. Al
igual que en el AAA, los signos y síntomas del AAT
pueden ser nulos y solo hacerse visibles en esta-
dios graves de la enfermedad.
La mayoría de pacientes con AAA y AAT no pre-
sentan síntomas, por lo que el diagnóstico y
tratamiento suelen ser tardíos; sin embargo, los
aneurismas aórticos son más frecuentes y pre-
sentan mayor prevalencia en hombres que en
mujeres. La detección temprana de la ruptura de
un aneurisma es crítica, pues el proceso quirúrgico
se concibe como la mejor opción para mejorar la
supervivencia de los pacientes.
1. García-Domínguez M, De la O-Espinoza EA,
Cruz-Muñoz M. Aneurisma aórtico en un paci-
ente con síndrome de Wiskott-Aldrich. Rev
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