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p. 167-175
FACTORES DE RIESGO DE ACOSO SEXUAL EN
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR.
RESUMEN
ABSTRACT
Risk factors for sexual harassment in Higher Education Institutions
FACTORES DE RIESGO DE ACOSO SEXUAL EN INSTITUCIONES DE
EDUCACIÓN SUPERIOR
(1) Facultad de Salud Pública. Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH). Chimborazo, Ecuador.
Autor de correspondencia:
Correo electrónico: gabriela.maldonado@espoch.edu.ec
Introducción: El acoso sexual es un problema prevalente en las instituciones de educación superior a nivel mundial con serias
consecuencias en la salud mental de las víctimas por lo que es urgente un abordaje oportuno que permita su detección y su prevención.
Objetivo: Proporcionar una síntesis actualizada sobre la prevalencia, principales factores de riesgo y las consecuencias del acoso sexual
en estudiantes de educación superior a nivel regional y local. Métodos: Se realizó una revisión bibliográfica sistemática cualitativa de
artículos científicos observacionales a nivel regional y local publicados en los últimos 5 años sobre la prevalencia de acoso sexual y en los
últimos 15 años sobre las consecuencias del acoso sexual en estudiantes de educación superior disponibles en los motores de búsqueda:
PubMed y Scielo. Resultados: Se obtuvieron 241 resultados asociados de los cuales únicamente 30 cumplieron con los criterios de
inclusión para la elaboración de esta revisión. Discusión: El sexo femenino, las minorías de género (GLBTI), lugar de residencia rural y
edad temprana son los principales factores de riesgo para sufrir acoso sexual en instituciones de educación superior con consecuencias
graves en la salud mental de las víctimas, tales como: ansiedad, depresión, bajo rendimiento académico, trastornos alimentarios entre
otros. Conclusiones: El acoso sexual en instituciones de educación superior en Ecuador requiere más estudios en nuestra localidad, con
un enfoque multidisciplinario que permita un abordaje eficaz y modelos de prevención.
Palabras claves: Acoso sexual, Universidad, Estudiantes, Factores, Riesgo, Educación, Superior, Ecuador, Prevalencia.
Introduction: Sexual harassment is a serious problem present in higher education institutions at both regional and local levels, with acute
and chronic consequences on the mental health of victims. Hence, timely intervention is urgently needed to enable its detection and
prevention. Objective: To provide an updated synthesis of the prevalence, risk factors, and consequences of sexual harassment among
higher education students at regional and local levels. Methods: A qualitative systematic literature review of observational scientific
articles at regional and local levels published in the last 5 years on the prevalence of sexual harassment and in the previous 15 years
on the consequences of sexual harassment among higher education students, available in the search engines PubMed and Scielo, was
conducted. Results: 241 associated results were obtained, of which only 30 met the inclusion criteria for the preparation of this review.
Discussion: Female gender, gender minorities (GLBTI), rural residence, and early age are the main risk factors for experiencing sexual
harassment in higher education institutions, with severe consequences on the mental health of victims, such as anxiety, depression,
poor academic performance, eating disorders, among others. Conclusions: Sexual harassment in higher education institutions in Ecuador
requires further studies in our locality, with a multidisciplinary approach enabling effective intervention and prevention models.
Keywords: Sexual Harassment, University, Students, College, Risk, Factors, Ecuador, Prevalence.
Facultad de
Salud PúblicaARTÍCULO DE REVISIÓN Historial del artículo: Recibido: 15/03/2024 · Aceptado: 30/05/2024 · Publicado: 23-07-2024
https://cssn.espoch.edu.ec
iD iDGabriela Belén Maldonado Montoya ⁽¹⁾ * Martha Cecilia Mejía Paredes ⁽¹⁾
gabriela.maldonado@espoch.edu.ec martha.mejia@espoch.edu.ec
iD iDRosa Del Carmen Saeteros Hernández ⁽¹⁾ Diana Ximena Ochoa Saeteros ⁽¹⁾
rsaeteros@espoch.edu.ec diana.ochoa@espoch.edu.ec
CSSNLa Ciencia al Servicio de la Salud y la Nutrición
REVISTA CIENTÍFICA DIGITAL
DOI: https://10.47187/cssn.Vol15.Iss1.282

168Gabriela Belén Maldonado Montoya, et al.Vol. 15 Número 1 2024
El acoso sexual en estudiantes universitarios
es un problema serio y prevalente con grandes
implicaciones en su salud mental, su prevalencia
en Estados Unidos se estima en 58% (1), en
universidades del sur de España un 83% (2), En la
República Popular de China 12.5 %, Etiopía 47%
(3), un metaanálisis de acoso sexual en países de
pequeños y medianos ingresos que incluye África
subsahariana, algunos países de Asia y América
Latina muestra una prevalencia variable entre
14.5% a 98.8% en función al país y la herramienta de
investigación aplicada (4). En conjunto con su estudio
de prevalencia se ha demostrado las consecuencias
graves en la salud mental de las personas afectadas
tales como: Trastorno de ansiedad, depresión,
trastorno de estrés postraumático, trastornos de
la conducta alimentaria (bulimia, anorexia etc.)
incremento de conductas de riesgo y consumo de
drogas lícitas y/o recreativas entre otros (5), (6), (7).
El acoso sexual se define por la emisión de
comentarios o acercamientos físicos de naturaleza
sexual inapropiados, en el ámbito académico/
educativo se define como cualquier insinuación
sexual no deseada ni consentida, solicitud de favores
de naturaleza sexual, contacto físico o verbal no
deseado ni consentido cuando tiene por finalidad
influir en el trabajo de un individuo, su desempeño
académico, o intenta crear un ambiente laboral o
académico intimidatorio, hostil u ofensivo. El acecho
implica la observación, seguimiento o contacto no
deseado y repetitivo con alguien. La violencia sexual,
también conocida como agresión sexual se produce
cuando una persona toca intencionalmente a otra de
manera sexual sin su consentimiento o con fuerza
física la obliga a participar en un acto sexual en
contra de su voluntad, incluyendo la penetración
vaginal, oral o anal forzada. (8)(9)
El presente estudio de revisión bibliográfica navarrita
(no sistemática) busca exponer esta problemática y
comparar los factores de riesgo descritos en función
a su situación geográfica incluida nuestra localidad
con la finalidad de demostrar su presencia como
problema real y describir sus consecuencias como
un punto importante para la salud pública y servir
como medio conductor a nuevas investigaciones que
busquen entre otros temas modelos preventivos en
nuestra localidad.
1. Introducción
Se realizó una revisión sistemática cualitativa acerca
de la evidencia científica disponible sobre acoso
2. metodología
sexual en instituciones de educación superior
publicada en los motores de búsqueda PubMed
para investigaciones realizadas en América del
Norte, Asia y Europa con los términos MeSH:
“Sexual Harassment, University, Students, College”.
Y en Scielo para las investigaciones realizadas en
Latinoamérica entre ellos Colombia, México, Chile,
Perú y en Ecuador con los térmicos DeSC “Acoso
sexual, Universidad, Estudiantes, Factores, Riesgo,
Educación, Superior, Ecuador”. El enfoque de esta
revisión sistemática es de tipo cualitativa/narrativa,
por lo tanto, en lugar de seguir un protocolo
sistemático y exhaustivo, se optó por una revisión
más interpretativa y discursiva, centrándose en
la síntesis y análisis del problema a demostrar.
Se incluyeron los artículos de investigación de
corte transversal y metaanálisis que analizan la
problemática del acoso sexual en instituciones de
educación superior, se han incorporado estudios
que abordan esta problemática desde diversas
perspectivas de género dentro de los últimos 5
años para los artículos que detallan la prevalencia
del problema y dentro de los últimos 15 años en
cuanto a la evidencia que muestra consecuencias/
impacto en la salud de las víctimas, debido a que la
literatura con mayor evidencia científica al respecto
data desde el año 2009, dichos estudios han
disminuido en los últimos años, ocurriendo todo
lo contrario con los estudios de prevalencia. Se
excluyeron todos los estudios que investigan otras
formas de violencia sexual, aquellos estudios que
fueron realizados en otros entornos que no sean la
educación superior y aquellos que no especificaron
las consideraciones éticas para la elaboración
del estudio. Se reconoce de forma clara que las
principales limitaciones de este artículo se deben
principalmente a su enfoque descriptivo, debido
que la limitada evidencia científica del problema
a tratar incurre en la imposibilidad de generar un
análisis estadístico, imprecisión e imposibilidad de
validez externa o de generalización de los datos sin
caer en la posibilidad sesgo.
Se incluyeron estudios de corte transversal
descriptivos, análisis de revisión sistemática de
carácter cuantitativos y metaanálisis que detallan
el problema de acosos sexual en instituciones de
educación superior, se incluyeron además aquellos
estudios que investigan la problemática en minorías
de género, se incluyeron estudios que detallan la
problemática en función de rango de edad y aquellos
cuyo enfoque radica en las consecuencias sobre
la salud de las víctimas, se excluyeron aquellos
3. Resultados

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INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR.
El acoso sexual en espacios académicos genera
un entorno hostil lo suficientemente grave como
para obstaculizar la capacidad de un estudiante
para participar y beneficiarse de las actividades
educativas, cabe recalcar que dentro del acoso
sexual se encuentra el acoso de género, el cual
comprende conductas que expresan actitudes
hostiles y degradantes hacia las mujeres o
minorías del género como GLBTI, que puede
abarcar diferentes acciones como: comentarios
ofensivos, gestos sexuales, novatadas, amenazas
e intimidación vinculada al género (10). Klein y
colaboradores fueron pioneros en determinar los
principales factores de riesgo para experimentar
acoso sexual en estudiantes universitarios de
pregrado y posgrado, entre los cuales figuran:
4. Discusión
artículos que se enfocan en otros tipos de violencia
de género y en aquellos de revisión literaria narrativa
debido a que no mostraban datos, sino únicamente
la opinión de un experto en el tema, se descartaron
cartas al editor y otros tipos de artículos debido a su
baja calidad de evidencia científica.
Se obtuvieron en total 241 resultados asociados en
los motores de búsqueda especificados, de los cuales
únicamente 160 artículos cumplían con el criterio
de elegibilidad, 44 artículos se descartan en esta
primera fase por corresponder a artículos de baja
calidad científica (cartas al editor, artículos de opinión
narrativa, muy baja cantidad de participantes) se
descartan116 artículos por enfoque en otros tipos
de violencia (violación sexual, agresión física entre
otros) y 14 artículos se excluyeron finalmente debido
a que su fecha de publicación supera el rango de
tiempo establecido en los criterios de inclusión.
Diagrama 1.- Proceso de selección de artículos científicos:
Fuente: Elaboración propia.
IDENTIFICACIÓNCRIBADOINCLUIDOS
En base al motor de búsqueda PubMed y Scielo se
obtienen 132 y 72 artículos respectivamente con
información relacionada n = 204
n = 30
CRITERIOS DE
ELEGILIBILIDAD
E INCLUSIÓN
CRITEROS DE
ENCLUSIÓN
n = 160
n = 44
Excluidos n = 116
Excluidos n = 14
raza/etnia, género, orientación sexual, año de
estudio, participación extracurricular y consumo
de alcohol. En cuanto a la raza/etnia se encontró
que los estudiantes que son blancos, mujeres y
minorías sexuales tienen un mayor riesgo sexual. La
orientación sexual e identidad de género también
se identificaron como factores de riesgo, en este
estudio se encontró que las mujeres y las personas
transgénero eran significativamente más propensas
a ser acosadas sexualmente que los hombres,
se encontró además que las mujeres con una
expresión de género masculina eran más propensas
a experimentar acoso sexual que las mujeres con
una expresión de género femenina. El tiempo de
permanencia en la universidad representa tanto
un factor de riesgo como un factor protector,
este estudio determina que un mayor tiempo de
permanencia universitaria y que asistir a actividades
extracurriculares se relaciona con mayor riesgo
para sufrir acoso sexual al igual que el consumo de
alcohol en los estudiantes (10).
El estudio “SHoT2018 STUDY” realizado en 50 504
estudiantes de educación superior llevado a cabo en
Noruega demuestra que aproximadamente 24.2%
de los participantes indicó haber experimentado
acoso sexual a lo largo de su vida, con una mayor
incidencia entre las mujeres (31.3%) en comparación
con los hombres (8.0%). En el último año, el 16.7%
reportó haber sufrido acoso sexual. Las formas más
prevalentes de acoso sexual a lo largo de la vida
incluyeron expresiones, sugerencias o comentarios
sexuales sobre el cuerpo y roces corporales, abrazos
o besos no deseados, ambas con una frecuencia
del 15.4%. La exposición a diversas formas de
acoso sexual en el último año fue notablemente
más frecuente entre las mujeres y los grupos de
edad más jóvenes. En cuanto a la identificación de
los agresores, los compañeros de estudio fueron
señalados como responsables del acoso sexual
en el 18% al 29% de los casos, mientras que un
miembro del personal universitario fue identificado
como responsable en el 0.6% al 4.6% de los casos
(11). Li y colaboradores (2023) muestran que en
Asia los hombres tienden a experimentar más
acoso sexual verbal y visual, mientras que las
mujeres son más propensas a sufrir acoso sexual
físico, este estudio demuestra que la comprensión
del acoso sexual se asocia fuertemente con una
menor probabilidad de experimentar el mismo,
con una reducción del 67% en todas las formas de
acoso sexual y se relaciona fuertemente con una
mayor probabilidad de no reaccionar de manera
pasiva o quedarse en silencio, información que
resalta como fundamental para la prevención del
acoso sexual en las universidades.(12) En Jordania.
Spencer y colaboradores demostraron que el

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acoso sexual es muy prevalente en 4 dimensiones:
acoso de género, coerción sexual, atención sexual
no deseada y acoso sexual con contacto físico. En
todas ellas, las víctimas de acoso sexual presentan
asociación positiva con trastornos en la salud
mental relacionadas con depresión (13). En Egipto
los casos de acoso sexual fueron más prevalentes
entre los estudiantes que viven en entornos urbanos
47.1% en comparación del 26.5% de los estudiantes
víctimas que residen en áreas rurales. Los motivos
principales del acoso, según los participantes, fueron
la falta de sanciones a los responsables (42.8%),
seguida de la influencia de la cultura masculina y
el deseo de demostrar masculinidad por parte de
los agresores (31.0% y 30.0%, respectivamente)
(14). Morris y colaboradores (2019) realizan un
análisis que proporciona un posible enfoque para
comprender la evolución del bienestar académico
entre estudiantes universitarios pertenecientes a
minorías sexuales (LGBQ). Los hallazgos indican
que las vivencias de discriminación asociadas a
la identidad de estos estudiantes podrían estar
relacionadas con consecuencias académicas
adversas, como una percepción reducida de apoyo
en el entorno, una menor satisfacción académica
y una disminución en la intención de continuar
matriculados en la universidad (15). Concluyen
que la máxima incidencia del acoso en instituciones
de educación superior se presenta con mayor
frecuencia en edades tempranas entre 18 a 29 años
en contraste con aquellos de 30 años o más, este
estudio examinó los predictores sociocognitivos
y culturales de la satisfacción académica en una
muestra de 731 estudiantes universitarios de
minorías sexuales (15)
McGinley y colaboradores (2020) analizan la etapa
de transición entre la finalización de los estudios
secundarios y el inicio de la educación superior
o universitaria como un factor de riesgo, al igual
que el acoso sexual crónico en estudiantes para el
consumo patológico de alcohol como una estrategia
de afrontamiento evitativa. El estudio transversal
se realizó en 2890 estudiantes de primer año de
ocho universidades en Illinois - Estados Unidos.
Los principales resultados incluyen una asociación
positiva entre el acoso crónico y el aumento del
consumo excesivo de alcohol, embriaguez y
problemas derivados del consumo de alcohol. De
manera interesante, experimentar acoso crónico
se vinculó significativamente con una mayor
probabilidad de consumir cigarrillos, pero no con
el consumo de marihuana (16).
En diciembre de 2017, se lanzó una encuesta
en línea anónima, acompañada por la etiqueta
#MeTooPhD, con el objetivo de proporcionar un
espacio para compartir relatos de acoso sexual en el
entorno académico a nivel mundial, las experiencias
relatadas abarcan desde casos de agresión sexual
hasta formas más sutiles de acoso, como chistes de
índole sexual, comentarios inapropiados y miradas
insinuantes durante conversaciones. Estas historias
ponen de manifiesto consecuencias profundamente
negativas para las víctimas en el ámbito
académico incluyendo situaciones que las llevan a
abandonar la profesión. La comisión de igualdad
de oportunidades de empleo de EE. UU. publicó
un informe en el año 2016, en el cual criticaba
la posición de la academia, la cual a pesar de la
creciente evidencia científica y demás esfuerzos
realizados para demostrar que el acoso sexual
en instituciones de educación es una realidad, las
universidades no han logrado prevenir eficazmente
el acoso sexual, especialmente cuando se trata
de profesores titulares y/o de prestigio. Además,
cuando se toman medidas contra el acosador, estas
suelen ser insuficientes y se perciben como castigos
leves, equivalentes a una simple advertencia. Es
esencial consolidar el acoso sexual como un tema
ético, ya que al hacerlo se incrementa la posibilidad
de que individuos y entidades reconozcan las
consecuencias perjudiciales derivadas de este
comportamiento (17). Un estudio llevado a cabo
por Nightingale S. en 2022 en 1 100 estudiantes
universitarios en EE. UU. enfocado en el acoso
sexual reveló una mayor prevalencia en las minorías
de género, aproximadamente el 35% habría sufrido
acoso sexual, de este porcentaje el 45% calificó el
acoso únicamente como contacto de naturaleza
sexual no deseado, mientras el 55% reportó
agresión sexual de diferentes tipos. Un dato muy
interesante es que el ambiente hostil identificado
no fue dentro del aula, donde los estudiantes
se encuentran bajo la vigilancia/tutela docente,
sino que fue identificado fuera del aula (campus,
dormitorios, bibliotecas) donde los estudiantes
pasan la mayor parte de su tiempo, además
establece una relación significativa directamente
proporcional entre la distancia física del hogar del
estudiante y el sentido de pertenencia y cariño al
campus, lo cual contribuye al silencio en los casos
de acoso sexual por parte de las víctimas y el
mismo tiene relación con el miedo que las victimas
sienten de perder su educación o la imposibilidad de
regresar fácilmente a casa.(18) El estudio transversal
realizado en 16 754 estudiantes pertenecientes a
8 centros universitarios del noroeste de Estados
Unidos demostró que el 19 % de los estudiantes
informaron haber experimentado acoso sexual
perpetrado por profesores/personal administrativo
y el 30 % informó haber experimentado acoso
sexual perpetrado por sus compañeros de clase. De
igual forma los estudiantes universitarios blancos

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FACTORES DE RIESGO DE ACOSO SEXUAL EN
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR.
no latinos, las estudiantes y los estudiantes de
minorías sexuales y de género tenían un mayor
riesgo de acoso sexual. Ser mujer aumenta las
probabilidades de sufrir acoso sexual tanto entre
profesores/personal administrativo como entre
pares en un 86% y un 147%, Los perpetradores
de incidentes de acoso sexual entre profesores
y personal fueron identificados en un 78% como
hombres, un 15% como mujeres y un 7% eran de
un género desconocido para el participante. Una
gran mayoría de incidentes, el 84%, ocurrieron en
el campus. En total, el 61% de estos perpetradores
eran miembros del cuerpo docente, el 27% eran
estudiantes empleados y el 12% eran compañeros
de las víctimas. El estudio demostró además que
los estudiantes latinos y de etnia distinta a la blanca
informaron menos victimización en norte américa,
pero aquellos que denunciaron acoso sexual
enfrentaron una mayor medida de conductas de
acoso represivas secundarias al acto de denuncia
(19).
En el ámbito regional, estudios demuestran cifras
alarmantes en América Latina, diversos estudios
reportan una alarmante presencia de acoso sexual
en universidades. Un estudio transversal realizado
en la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM) Unidad Cuajimalpa en México, muestra
que el 79% de los encuestados indicó haber
recibido información sobre el acoso sexual en la
universidad a través de distintos canales, como
los medios de comunicación, amigos, familia o la
propia institución. Sin embargo, el 67% manifestó
no tener claridad sobre cómo actuar en caso de
ser víctima. En cuanto a las experiencias de acoso
sexual en mujeres el 37.5 % indicó haberse sentido
acosada por sus compañeros, seguido del 25% que
indicaron al personal docente como agresor, y el
19% indicaron ser víctimas por más de un agresor.
Sin embargo el dato más preocupante tiene que ver
con la actitud de la víctima posterior al acoso sexual,
el estudio muestra que el 100% de las víctimas de
acoso sexual no reportó o denunció el hecho, el
35% compartió la experiencia con un compañero
o compañera, el 22% optó por no contarle a nadie,
el 19% lo comentó con personas no especificadas,
el 16% confió en más de una persona, y solo el
6% se lo comunicó a su familia (20). En Bogotá
-Colombia durante el año 2017se registraron 112
incidentes relacionados a agresión sexual, los
cuales ocurrieron en el contexto de actividades
vinculadas al estudio y aprendizaje. Entre estos
casos, 31 correspondieron a agresiones contra
mujeres. De estos últimos, 7 afectaron a víctimas
con educación universitaria, y 4 a personas con nivel
educativo equivalente a especialización o maestría.
En relación con los presuntos agresores, en 16 casos
las víctimas identificaron a profesores, mientras
que en 61 casos señalaron a sus compañeros
de estudio como responsables (21). El estudio
diagnostico proyectivo de la situación de género
en la Universidad de Santiago de Chile realizado por
Lizama y colaboradores en el año 2019 observa que
el 74% de las víctimas no presentaron denuncias, se
atribuyen al desconocimiento, la desesperanza, la
desconfianza o el miedo, reflejando así la expresión
de malestar derivado de sus experiencias en el
entorno universitario (22). Un estudio denominado
acoso y hostigamiento de género en la universidad
de Guadalajara en el año 2019 muestra de forma
alarmante la necesidad de “desnaturalizar” al
acoso sexual en las universidades, en sus hallazgos
investigativos muestra la percepción de normalidad
por parte de los y las estudiantes hacia las formas
verbales de acoso sexual, lo que dificulta el abordaje
adecuado de estos sucesos y promueve el silencio y
el miedo como principal respuesta ante los mismos
(20).
Como antecedentes en la investigación y
movimiento social referente al acoso sexual en
estudiantes de educación superior en el Ecuador,
se tiene registro de producción científica que
manifiesta esta problemática en nuestro país
desde el año 2017, un movimiento académico
multidisciplinario crea la Red Interuniversitaria
de Investigación Feminista sobre el Acoso Sexual
(REDIFEM) en el año 2019, así nace una serie de
publicaciones científicas multidisciplinarias con
la finalidad de mesurar esta problemática a nivel
nacional. El mismo año se publica el estudio
emblemático “Visibilización de una lacerante
situación. El acoso sexual en las universidades de
Ecuador” en donde se aplica la primera herramienta
creada y validada en el contexto ecuatoriano para
la investigación de acoso sexual en estudiantes de
educación superior denominada “ASIES”, la misma
evalúa 4 dimensiones: comportamiento verbal,
comportamiento no verbal, comportamiento
físico y chantaje sexual, el estudio englobó 25 000
miembros de la comunidad universitaria de trece
instituciones educativas del Ecuador. El estudio
arrojó los primeros datos de prevalencia de esta
problemática a nivel nacional: 34 % de la comunidad
universitaria ha sido objeto de acoso sexual alguna
vez al interior de su institución; además se destaca
que el acoso sexual reportado incluye acoso
verbal y no verbal como las formas más comunes
de acoso, la mayor prevalencia de los casos radica
en el población estudiantil con el 35 % seguido del
personal docente, administrativo y de servicios con
el 28 %, éstas cifras varían en cada región, siendo
más prevalente en la ciudad de Quito, donde 1 de
cada 5 estudiantes y 5 de cada 10 mujeres han

172Gabriela Belén Maldonado Montoya, et al.Vol. 15 Número 1 2024
sido víctimas de acoso sexual, lo que muestra su
marcada prevalencia con respecto al sexo femenino.
EL estudio muestra que el 46% de los casos se
presentan en menores de 25 años lo que demuestra
que la edad es un factor muy importante, otro factor
clave que incide en la prevalencia del acoso sexual,
según el estudio, es la clase alta y media, al igual
que la etnia con una prevalencia mayor en mestizas
y montubias con el 45% de los casos detectados.
Finalmente, en cuanto al conocimiento de normas
y rutas de protección, la comunidad universitaria
reconoce mayoritariamente como instancias de
apoyo al departamento de bienestar universitario:
entre 66 % y 75 %, sin embargo, el porcentaje que se
atreve a denunciarlos sigue siendo extremadamente
bajo (23). En un estudio realizado por Saeteros R.
y colaboradores en el año 2023 realizado en 3 731
estudiantes de educación superior en Ecuador, se
muestra que el 26.5 % de los estudiantes afirma
haber sido víctima de acoso sexual en su formación.
El acoso sexual fue más prevalente en mujeres,
con un 34.4 %, en comparación con un 15.8 % en
hombres, la orientación sexual hetero, el sector
de vivienda urbano y la autoidentificación mestiza
mostraron una mayor prevalencia de acoso sexual
seguida de la autoidentificación indígena, la cual
no figura en primer lugar pero muestra de igual
forma cifras significativas, en este estudio también
se reporta la edad como un factor determinante
(menores de 25 años) y la presencia de población
vulnerable como personas con discapacidad,
población no reportada en otros estudios a nivel
regional o mundial las cuales también reportan
en este estudio haber sido víctimas de acoso
sexual (24). Otro estudio en nuestra localidad
muestra las formas más prevalentes de acosos:
teniendo en primer lugar las bromas, preguntas
y comentarios de naturaleza sexual ofensiva con
el 56.8% seguidos de comentarios intimidatorios
sobre el cuerpo con el 47.6% de los casos. En
cuanto al acoso no verbal, el 93.17% de los casos
corresponden a miradas de forma morbosa y, de
manera significativa, gestos o señas de índole sexual
que les resultaron incómodos y ofensivos con el
23.25%. En las situaciones de acoso físico, un 73.4%
de los estudiantes experimentó besos y abrazos
no deseados, mientras que el 15.7% indicó haber
sido tocado en partes íntimas o rozado en la zona
genital sin su consentimiento. En relación con las
experiencias de acoso sexual por abuso de poder,
destacan las ofertas de beneficios o recompensas
académicas a cambio de favores sexuales, así como
la aceptación de invitaciones o propuestas sexuales,
representando el 41.0% de los casos. Le siguen las
amenazas de sufrir sanciones o perjuicios en caso
de negarse a propuestas sexuales o afectivas,
con el 29.2% de los casos. Además, se observan
situaciones de chantaje, intimidación y amenazas
para evitar que se denuncie el acoso sexual, con un
22.9% de los casos, que incluyen obligar a vestirse
de manera provocativa para actividades educativas.
Un 22.2% ha experimentado solicitudes explícitas
para tener relaciones sexuales en contra de su
voluntad. Resulta notable que el 17.4% de los casos
involucra haber sido forzado a tener relaciones
o contactos sexuales, mientras que el 12.5% ha
sido presionado para desnudarse, mostrar partes
íntimas del cuerpo o enviar fotografías en contra de
su voluntad. Además, el 4.2% de los casos reporta
haber sido forzado a tener intimidad en contra de
su voluntad durante actividades académicas en
laboratorios, prácticas de campo y otros escenarios
(25). A pesar de la alta prevalencia de acoso sexual
en instituciones de educación superior en América
Latina existe una falta de investigaciones que
aborden las barreras que enfrentan los espectadores
frente a este comportamiento, poseemos escasa
información acerca de los comportamientos y
actitudes de los observadores en las culturas
latinoamericanas. Estas culturas se destacan por
tener normas de género bastante rígidas, arraigadas
orientaciones patriarcales y niveles significativos
de violencia dirigida hacia mujeres y niñas, las
normas de género masculinas podrían obstaculizar
la participación de los observadores por diversas
razones, la más frecuente es la aceptación de varios
mitos erróneos sobre la violación, como culpar a la
víctima en lugar del agresor, lo que podría dificultar
la intervención de los observadores, de igual forma
aquellas personas que respaldan los mitos sobre
violación pueden evitar asumir la responsabilidad
de intervenir y minimizar la seriedad de la agresión
sexual. Un análisis de acoso sexual en universidades
en Latinoamérica hace énfasis en las falencias en
materia legal que no permiten una adecuada/
acertada penalización del acoso sexual y todo lo
que engloba la misma, el artículo "Acoso Sexual
como Violencia de Género: Voces y Experiencias de
Universitarias Chilenas" publicado por Cristoffanini
y colaboradores en 2019 señalan que en Chile, la
legislación únicamente categoriza el acoso sexual
como una forma específica de violencia en el ámbito
laboral, la mayoría de los participantes señala
que el acoso sexual es una práctica común en el
entorno académico, aunque permanece invisible.
Sus propias expresiones revelan la percepción de
actitudes permisivas hacia el acoso sexual por parte
de los docentes y la institución educativa, indicando
que no hay un compromiso real para intervenir en
situaciones de acoso (26)(27).
En nuestro país el acoso sexual en universidades
se ve por la falta de una respuesta oportuna a
los casos reales y comprobables una vez que han

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FACTORES DE RIESGO DE ACOSO SEXUAL EN
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR.
sido denunciados a las autoridades académicas
competentes. Cuando se busca visibilizar o denunciar
la situación, suele atribuirse responsabilidad a
las personas agredidas, acusándolas de haber
provocado la agresión. Si los casos llegan a
instancias judiciales, se ven atrapados en un
sistema que opera lentamente y que revictimiza
a quienes denuncian. Finalmente, cuando se
obtienen sentencias en algunas instituciones de
educación superior, las autoridades recurren a
estrategias administrativas que burlan la ley para
permitir que los agresores regresen a ejercer
sus funciones (9). En cuanto a las consecuencias
del acoso sexual en estudiantes universitarios
se ha documentado extensamente y en diversas
regiones del mundo que el rendimiento académico
de los/as estudiantes que experimentan acoso o
agresión sexual presentan notables disparidades,
evidenciándose en un rendimiento académico
inferior, un aumento del estrés vinculado a la vida
universitaria, una disminución en el compromiso
con la institución y una reducción en la conciencia
académica (28)(29). Tilley y colaboradores
(2020) demostraron que los estudiantes LGBT
experimentan un bajo nivel de bienestar general,
tienen percepciones más negativas del ambiente
en los campus universitarios y sienten un mayor
grado de inseguridad secundario al acoso sexual
que reciben en comparación con los estudiantes
heterosexuales. De igual forma demostró que los/las
estudiantes que se identifican como LGBT indicaron
sufrir con mayor frecuencia acoso sexual de parte
del personal o docentes, acoso sexual proveniente
de otros estudiantes, violencia en relaciones de
pareja y violencia sexual en comparación con sus
pares heterosexuales (8). Un estudio de revisión
sistemática realizado por Klein y colaboradores
escriben las principales consecuencias del acoso
sexual en estudiantes universitarios reportados en
24 estudios de alta calidad publicados entre los años
2000 -2019, reporta que después de haber sufrido
acoso sexual, aquellos estudiantes que fueron
víctimas mostraron una mayor probabilidad de
recurrir al consumo excesivo o abuso de alcohol,
enfrentar angustia psicológica y experimentar
problemas de salud física. En una investigación, se
observó que el consumo problemático de alcohol
en estudiantes de posgrado del sexo masculino
se vio más influenciado por el acoso sexual en
comparación con sus contrapartes femeninas. Se
evidencia además que una consecuencia del acoso
sexual es un fuerte impacto en salud mental a largo
plazo con desarrollo de trastornos asociados a la
depresión, ira y trastorno de estrés postraumático,
al igual que bajo desempeño académico (30). En
tres investigaciones se constató que los estudiantes
pertenecientes a minorías raciales o étnicas
enfrentaron consecuencias más severas del acoso
sexual en comparación con los estudiantes blancos,
especialmente en lo que respecta a la vergüenza, la
dificultad para reconocer la experiencia como acoso,
así como en términos de depresión, sintomatología
clínica e insatisfacción con la salud.(10)
El acoso sexual en estudiantes de educación
superior es prevalente en todas las regiones del
mundo, el interés creciente por demostrar su fuerte
presencia en la academia y su asociación a factores
de riesgo y desencadenantes se ven reflejado en
el creciente número de publicaciones sobre esta
temática a nivel mundial, Estudios descriptivos y
metaanálisis llevados a cabo en Estados Unidos,
Latinoamérica y algunos países de Europa y Medio
Oriente (entre ellos Noruega, España, Jordania,
entre otros.) muestran una prevalencia elevada
en comparación con ciertos países de Asia como
China, esta variabilidad geográfica se correlaciona
en gran medida con el aspecto sociocultural de los
mismos, en donde prevalece un modelo de normas
de género y relaciones de poder patriarcales, de
igual forma se muestra una relación inversamente
proporcional entre prevalencia y la denuncia del
acoso sexual de las víctimas. El sexo femenino y
edades comprendidas entre 18 y 25 años son un
factor de riesgo importante evidenciado en todas
las regiones del mundo, sin embargo otros factores
determinan su papel como factor de riesgo o
protector en dependencia de la zona geográfica,
de esta manera, y en base a las investigaciones
analizadas en este estudio, se evidencia que las
minorías GLBTI tienen una mayor prevalencia
en Estados Unidos y Europa, sin embargo en los
estudios llevados a cabo en América Latina y
principalmente en Ecuador este sería un factor
protector, debido a su baja prevalencia en los
casos de acoso sexual, de igual forma ocurre con
las variables de etnia (blanca, mestiza, indígena,
montubia) en donde las minorías latinas muestran
una baja prevalencia en países desarrollados al
igual que la autoidentificación blanca en América
Latina y particularmente Ecuador. Las víctimas
de acosos sexual muestran un bajo rendimiento
académico, y trastornos en la salud mental como:
depresión, ansiedad, trastornos alimentarios
y aumento en las conductas de riesgo como el
consumo de drogas lícitas / ilícitas que ponen en
mayor riesgo su integridad física y por ende su
carrera universitaria. En nuestro país los estudios
analizados comprenden una muestra importante
y demuestran uniformidad en la metodología y
5. Conclusiones

174Gabriela Belén Maldonado Montoya, et al.Vol. 15 Número 1 2024
6. Conflicto de intereses
7. Referencias Bibliográficas
herramienta aplicada, sin embargo, la de inferencia
o validez externa de los datos podría incurrir en
sesgo, por lo que se necesitan más estudios para
una adecuada aproximación en cada institución
de educación superior. Aspectos importantes
como implicaciones en la salud de las víctimas y
datos sobre comportamientos y actitudes de los
observadores no se abordan en los mismos, dichos
aspectos son de gran interés académico en países
desarrollados puesto que han sido identificados
como la génesis de la problemática y por ende
el punto de acción clave para su abordaje, por lo
que se concluye que es sumamente importante
estudiar dichos aspectos en nuestra localidad y
con ello iniciar protocolos de prevención de esta
problemática en las instituciones de educación
superior de nuestra localidad.
Los autores no declaran la existencia de conflicto
de intereses.
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